U N O

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YoonGi.

-¿No piensas levantar tu culo, e ir a clases?

- No- respondí aún medio dormido con el rostro enterrado en mi almohada.

- Que recién hayas salido de tus vacaciones de dos semanas en la cárcel por exhibicionismo, no significa que debas faltar más.

Volvería a enseñar mi pene con tal de no ir a esa mierda. Pensé

Resople con fastidio y abrí los ojos, levanto la vista hacia Min Jihoon, la persona que se hace llamar mi padre y el único miembro de mi familia con el que me llevo bien.

- Cinco minutos más- finjo llanto, mientras arrastro la sábana hasta mi cabeza.

- Son las ocho y media, se supone que entras a las siete en punto, te di suficiente minutos, ahora levanta- de un fuerte jalón me quitó las sábanas.

¿Qué clase de padre dejaba que su hijo llegue tarde a la escuela? Sin duda el mío era de esa clase, siempre con la excusa de: –"Al menos vas, ¿No? Malo fuera que no asistieras, total, lo bueno se hace esperar–"

Sí, mi padre era peculiar.

Salió con la amenaza de que si no me levantaba en tres minutos, me lanzaría un balde de agua helada, suspiré y me levanté, pues él ya había hecho eso una vez y no fue divertido, casi me ahogo por tener la boca abierta.

Arrastré mis pies descalzos fuera de la habitación, y él me dedicó una sonrisa de gominola.

¿Cómo diablos aquel apuesto hombre de 49 años, baja estatura y sonrisa dulce sea un peligroso y temido ex-convicto, que estaba bajo libertad condicional, que aún debía presentarse cierto tiempo en la fiscalía y que no podía dejar la ciudad?

Su rostro (sin los tatuajes de lágrimas, y mi nombre encima de su ceja) encajaría perfectamente en una revista de modelos, en una valla publicitaria o en la TV como Idol, podría haber sido un doctor o un empresario, pero no. El destino fue cruel al poner a un hombre tan hermoso bajo las garras de la peste humana.

- ¿Soy o me parezco?- preguntó divertido mientras servía nuestro humilde desayuno en los platos un poco rotos.

- Eres, mi bonito dolor en el trasero.

- Que simpático- ahora fue mi turno de regalarle una amplia sonrisa de gominola heredada de él.

Desayunamos juntos viendo padre de familia, a mi no me gustaba y a él le daba gracia; prefería South park mil veces y no esa estupidez poco original.

Engullí el huevo y el pan en forma de sándwich, y me fui a vestir con el insípido uniforme y a cepillar los dientes, metí mis cosas en mi bolso cruzado al pecho, caminé como siempre hasta la puerta continúa de mi habitación y me fui de allí con mi típico: "–No me esperes despierto–"a mi padre.

Salí de mi choza y caminé hasta el improvisado Garaje, donde se encontraba mi motocicleta, la encendí y me largue de allí hasta la parada de bus, dónde aparque ilegalmente y saqué mi teléfono, marqué el número de mi mejor amiga en la tierra, al cuarto timbrado su voz adormilada me respondió:

- ¿Quién jode un lunes en la mañana?

- El amor de tu vida, trae tu trasero y el de tu prima hacia la parada, son las ocho y media pasadas.

Suspiró con frustración y me colgó, una señora al pasar me miró con miedo, luego apartó la vista y me rodeó para caminar detrás de mi. Reí sin ganas ante ese hecho, todo el vecindario me conocía y temía, incluso las mujeres como ella que me conocían desde bebé.

YO ANTES DE TI---  MYG/KNJ |NAMGI|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora