Cassiopeia

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Samantha había dado un ultimatum a sus hermanos quienes se habían ido a sus habitaciones quejandose todo el camino. Ella encendió las llamas de la chimenea y en menos de veinte minutos había traído en una bandeja, chocolate caliente para todos.

— No me mires así — dijo hacia Sirius cuando alzó una ceja, mirándole — No soy un desalmado y despiadado ser humano.

— No te miro por eso, es que no pareces de las que hace chocolate caliente y se tatúa runas — replicó con una media sonrisa.

Samantha exhaló y sonrió levemente mientras dejaba la taza de chocolate a casa uno. Las llamas de la chimenea iluminaban el lugar de forma acogedora y el cabello de ella parecía relucir moviéndose de un lado al otro al caminar.

—Todos en esta casa saben de ese tatuaje, también saben que me gusta el chocolate, ¿a quien no? Eso sí sería de un  desalmado — suspiró y luego miró a Remus quien había soltado un sonido complacido, estaba sonriendo.

— Este chocolate es...delicioso, muy delicioso — dijo el ojimiel hacia ella quien le regaló una expresión amable y complacida.

— Te lo dice un experto en chocolate. Es lo único que come — soltó Sirius ganándose una mirada de reproche por parte de Lily.

— Bueno, me complace que te guste. Quizás, pueda llevarte a la fábrica. Uno de los negocios de mi familia es ese, el chocolate. Aunque la bebida que probaste es una receta secreta. Ha pasado de generación en generación — dijo muy bajo hacia Remus.

Remus sonrió cuando Samantha había decidido sentarse junto a él, con aquel dulce aroma a chocolate y vainilla que parecía haberse pegado a ella.

— Eres muy buena mintiendo — soltó James. Ella se giró, pero antes que dijera algo el castaño se adelantó — Es un halago. Habrías sido una buena aliada en la escuela.

— Oh, sus famosos merodeadores. Supongo que no habría encajado, no me llevo bien con idiotas y con idiotas me refieron a este — señaló a Sirius.

— ¡Que te den Cassiopeia ! — soltó el ojigris.

— Desearias ser tu, pedazo de idiota — le pinchó — A lo único que seguramente le das es a tu almohada, y te aseguro que son más babas que otra cosa.

— Adoro lo bien que se llevan — se unió James con sarcasmo — Es como si se conocieran de toda la vida.

Lily rodó sus ojos e intercambió una mirada cansada con Remus que parecía pensar lo mismo.

— ¿Cassiopeia es tu segundo nombre? Es muy lindo — dijo Lily con dulzura — Tu hermana, la llamaste Roselyn Vega.

— Oh, la tradición en mi familia es dar nombres de estrella. Desde hace varias generaciones, aunque preferiría que me llamaran Samantha, si no les molesta. Sam. Pero nada de Sammy, lo detesto.

— Entonces tenemos eso también en común — Sirius le miró y le guiñó.

— ¿Sabes que no tendríamos en común? Mi puño en tu cara.

— ¿Tu hermano también tiene un nombre de estrella? — preguntó Lily tratando de aligerar el ambiente.

— Si, Tristan Altair. Según se, a mi madre le pareció adorable que al ser gemelos se llamaran Altair y Vega.

— Como los amantes del cielo — musitó James y todos lo miraron — ¿Qué? Recuerdo que Sirius me ayudó con astronomía y me contó esa historia. Era la única forma en que recordara todos esos nombres.

— Mi padre quería nombres comunes para todos, pero ya ven — se encogió de hombros con aspecto cansado — Estrella o estrellada, más bien sería lo correcto.

Parallel - Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora