Renegada

390 48 15
                                    


El humor de Samantha habia mejorado considerablemente y James se dedicó a ver muy sospechosamente a Sirius quien iba con una sonrisa de autosuficiencia que conocía muy bien. James Potter estaba seguro que su mejor amigo veía a Samantha como una próxima conquista y eso le ponía los nervios de punta, ella bien podía dejarle en su lugar si se lo proponía.

— Parece que tu padre tenía buenos amigos — soltó Lily de pronto y Samantha le sonrió reflejandose en el retrovisor.

— Algo así, aunque ninguno es lo suficientemente responsable. Solo han crecido y ya — soltó con tono divertido.

Aquello hizo que Lily suspirase y se hundiera en sus pensamientos, ¿le depararía un futuro a Harry donde tuviese que vivir del recuerdo de los mejores amigos de James?

— ¡Eh Cassiopeia! ¿Que lío es ese del ciervo y el juez? — preguntó Sirius y ella rodó sus ojos mientras detenía el auto frente a una tienda.

— Solo mi familia tiene permitido llamarme por ese nombre y pues no es tu asunto.

—Anda — insistió — quiero saber. ¿Si sabes que James se convierte en uno? — le miró divertido mientras pasaba su vista de James a ella —  Vamos, seguro todos quieren saberlo pero se hacen los respetuosos.

Samantha le miró divertida y cabeceó, ya había apagado el auto. Rascó su mejilla sopesando si debían o no saber toda la historia.

—  Bien —  se giró a verlos a todos — Uno de los miembros del grupo de cacería en Salem se ha dedicado a la tarea de adentrarse en los bosques que colindan a Blackwood, el punto es que lo tiene prohibido. Cualquiera tiene prohibido cazar en nuestros terrenos por orden de mi bisabuelo — les explicó mientras miraba atentamente hacia los transeúntes que parecían reconocerla — quien hizo sacar de la casa todos los llamados trofeos que en su mayoría eran cabezas de ciervo.

James tragó grueso y Sirius alzó sus cejas algo divertido con la situación.

— Estoy en contra de la cacería y hace dos semanas ese pedazo de idiota ha traspasado los límite — Sirius se fijó en la línea de su frente, una pequeña muestra de su molestia — Un pequeño cervatillo ha llegado a la puerta de la mansión, herido — contó con molestia — así que he decidido tomar el arma de mi abuelo y adentrarme en el bosque con la moto. El muy maldito cazó a su madre y a un enorme ciervo, el cual supongo sería un trofeo —  suspiró y se mordió el labio inferior — Debo decir que ha violado la ley y yo lo he hecho solo un poco, pero he venido a defenderme de la mejor manera que puedo y me he atragantado de libros toda la maldita semama y...

— ¡Eh! Calma Sam, te creemos — le detuvo Sirius — Bueno, ¿y que debes hacer?

— Pues debo defender mi punto. Pero él también lo hará. Es en ese sitio de ahí — señaló una enorme edificación con una inscripción en bronce — siempre ha sido el ayuntamiento, desde la fundación. Dicen que hay documentos allí, puede que encuentren algo mientras yo estoy en lo mío. Bajando las escaleras, hay un mapa, pueden guiarse.

— ¿Estarás bien? —preguntó Remus con suavidad y ella asintió — Alguno de nosotros puede quedarse contigo.

— No es necesario — respondió con arrogancia — siempre he resuelto mis problemas sola. No es la primera vez así que todo estará bien.

— Suena a que llevas una vida complicada — replicó James y ella sonrió con amago de tristeza.

— Suena más a que no puedo ser débil, menos en este sitio — suspiró — Bien señores, es hora de ir a lo nuestro.

Parallel - Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora