XIV. NO TE ACOMODES

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El mundo va evolucionando, es normal, en estos cambios surgen nuevas ideologías que constantemente tocan la puerta, invitándonos a seguirlas, en ocasiones, presentan argumentos tan convincentes que pueden hacernos tambalear.

En el mundo todo es relativo, pero en el espíritu sabemos que hay una verdad absoluta, y es creer en que Jesucristo vino, murió por nosotros, al tercer día resucitó por el poder de Dios, y nos dio el regalo de la salvación, también, creemos en que la palabra de Dios es la verdad absoluta, aunque allá fuera algunos nos llamen ignorantes, entre otras cosas.

No te acomodes con personas que hablen mal de Jesucristo, ámalas, porque a eso nos manda Dios, pero no te confundas, no te benefician.

Dios te puede poner en lugares de mucha honra o privilegio, y es maravilloso, pero por favor, no te desenfoques de la misión, es una ventaja estar en lugares estratégicos, porque tu obediencia y amor a Dios le demuestran al mundo que tú eres diferente, esa diferencia puede ser contagiosa.

2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta. Romanos 12:2 (NTV).

Nuestro mayor ejemplo a seguir debe ser nuestro salvador.

Anteriormente, cuando no conocía este pasaje bíblico, me preguntaba ¿Cómo puedo saber cuál es la voluntad de Dios? Y luego él me dio a entender por medio de su palabra, qué es lo bueno con base a lo que él manda, lo agradable libre de toda malicia, y lo perfecto en el momento que obedecemos lo que dice la Biblia en nuestras vidas.

A veces, escuchamos tanto al mundo, que nuestros oídos se ensordecen ante lo que Dios nos está hablando, razón por la cual no podemos acomodarnos, es vital buscar a Dios y aferrarnos a él.

No te detengas en un terreno movible, porque el objetivo es Jesucristo la roca invencible.

En la actualidad, muchas cosas se deben tocar u observar para poder asegurar que son realidad.
Aun si somos pocos los incómodos, no es motivo de preocupación, porque la esencia de lo incomparable va más allá de lo palpable. Es decir, a Dios lo podemos sentir, y él está muy por encima de lo que en la tierra se considera como real (es más real que la realidad).

No siempre las cosas van a salir como uno quiere. Hay momentos en los que pensamos tener todo bajo control, o de algún modo solucionado, pero, cuando en un dos por tres se nos va derrumbando lo que pensamos tener "seguro", buscamos desesperadamente la manera de reconstruirlo, sin embargo, es como si tuviésemos las manos rotas, porque se nos caen las fichas de nuevo, ahí, en la evidente vulnerabilidad, caemos en cuenta de que no podemos andar sin frenos, hay cosas que humanamente no podemos lograr, aunque lo intentemos mil veces más.

En este caso, lo que nos puede hacer diferentes es buscar a Dios, para que él tome el control, no solo en ese momento de fragilidad, sino siempre, porque en toda situación lo vamos a necesitar.

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Un día, yo iba a la casa de una compañera del colegio, a hacer una tarea, mientras caminaba por la calle, alguien que tenía papel y lápiz me saludó, y me pidió que por favor le diera un minuto, incrédula se lo concedí, esa tarde había mucha gente por el sector (en el supermercado, gente hablando, personas que estaban vendiendo sus productos, estudiantes, entre otros) y me preguntó - ¿me podrías decir un sueño que tengas? Me quedé atónita, no sabía cómo reaccionar, no entendía porqué un desconocido me preguntaba eso, pero después de pensar unos segundos, le confesé mi primer sueño, mientras le contaba, me emocionaba y preguntaba ¿Te puedo decir otro? Y me decía que sí, el caso es que le dije tres sueños. Después, proseguí mi camino para realizar la tarea.
Terminamos de hacer la tarea como a las cinco de la tarde, y me fui a mi casa, que a propósito, quedaba muy cerca de mi compañera de clases, le conté a mi tío y a su novia, ellos estaban cocinando, mi tío me dijo - "se te olvidó una cosa, la más importante"- me quedé pensando un rato, luego le pregunté ¿Cuál? Y me respondió - ser feliz -, en mi mente pensaba "si se cumplen los sueños yo seré feliz".

Efectivamente, ya se ha cumplido entre otras cosas, la más importante, y es - seguir a Dios sobre todas las cosas - para aquel entonces, no tenía ni idea lo que ello significaba porque yo ni siquiera hacía parte de la Iglesia, pero lo pedí, con el tiempo me di cuenta que este sueño me produce felicidad, aun cuando me he visto envuelta en dificultades, he salido feliz de allí. Creo que aquel hombre hacía parte de una iglesia evangélica, admiré el trabajo que hacía, porque me animó a tener la esperanza de soñar, pensar que Dios lo puede hacer, y en medio de un día normal, me inspiró a ver de modo diferente la realidad.


Un Joven DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora