13

1.1K 65 1
                                    

Alexis

-¡Es que no es posible! - exclamo Nora molesta - esa resbalosa no debe de acompañar al amo Zain a Londres, yo debería.

-Mejor cállate, lombriz desnutrida - espete entre dientes - tu te quedas por perra - sonreí victoriosa, así como ella sonrió cuando creyó que me azotarían. 

-Dejen de pelear - pidió Samira lanzándonos miradas de advertencia - si el amo Zain escucha que están haciendo un alboroto las va a castigar a las dos. A el le gusta el orden en su casa. 

-¡Pero no es justo! - siguió lloriqueando Nora - yo le doy todo al amo Zain. Esta... - me apunto con su delgaducho dedo de zorra - no lo obedece. Lo reta y le falta al respeto. Además de que no le cumple como una verdadera mujer. 

-Esa decisión la tomo el amo - comento Ashley mientras miraba sus uñas rosas con desinterés, pero la rabieta de Nora la estaba divirtiendo - nuestra palabra no es valida en este lugar, ¿lo olvidas? 

-¡A ti nadie te pregunto, Zorra de barrio! - Nora le lanzo una mirada cargada de odio pero Ashley solo le sonrió, divertida - ¡Cuando arrastre tu lindo culito en el piso se te van a quitar las ganas de sonreír! 

-Ya deja el drama y supéralo - la situación ya me estaba aburriendo - Me iré, tu no. Yo con Zain, y tu te quedas por traidora... y perra. 

Solo falto que le saliera espuma por la boca para estar segura de que era una perra con rabia. Sus ojos llameaban por el coraje y sus uñas parecían garras afiladas para lanzarse contra mi, su respiración agitada junto con el temblor que tenia su cuerpo realmente me divertía. 

-¿Que le diste? - susurro, pero su voz carecía de sentimientos - Dime que le diste. El amo Zain nunca había tenido preferencia por ninguna. Solo a ti te permite dormir con el, a nosotras no. A ti te invita a almorzar con el, a nosotras no. El quiere pasar tiempo contigo y nosotras lo tenemos apenas unos minutos y luego no lo vemos por días. - ahora su voz estaba cargada de rencor al igual que su mirada - algo debiste haber hecho para que te trate diferente y quiera estar contigo. 

-¿No has pensado que las perras baratas de pacotilla no son lo suyo? - alce una ceja, burlona - sabes que no me refiero a ti, Ashley - la rubia me sonrió y sacudió la cabeza. 

Nora dio unos pasos, lista para lanzarse contra mi para arañarme, pero se detuvo. Su mueca de enojo se transformo en una sonrisa lenta y maliciosa, podría decirse casi cruel.

-De aquí a mañana pueden pasar muchas cosas, Alexis - siseo como una víbora venenosa - si algo me estorba lo quito de mi camino - dicho eso, giro sobre sus talones y salió de la cocina, no sin antes lanzarme una mirada cargada de odio. 

- Vaya que esta enamorada de Zain - dije y me senté en un taburete de la barra desayunador - El no me trata muy "especial" que digamos - hice comillas con los dedos. 

-Siendo honestas tiene algo de razón - dijo Ashley, pero se apresuro a decir - a lo que me refiero, es que el amo Zain si es diferente contigo. 

-Claro, por eso me usa como saco de box - hable con sarcasmo - ¿Cómo pude juzgarlo tan mal?

-El sarcasmo no se ve bien en una señorita - me reprendió Samira pero me sonreía - date la oportunidad de conocerlo...

-Pero creo que si deberías de cuidarte de Nora - interrumpió Ashley, mirándome con sus ojos marrones llenos de preocupación - recuerda lo que te dije de Tiffa. 

Trague en seco, inconscientemente. Nora realmente podría ser peligrosa, y eso no me conviene ahora. Menos estando cerca de regresar a Londres. Donde esta mi familia. 

-Me cuidare - asegure con una sonrisa titubeante en mi rostro.

(...) 

Me sentía casi como un barril después de la comida que Samira había preparado. Subía hasta la habitación como si estuviera escalando una montaña. Es culpa de Samira cocinar tan rico y hacerme comer tres platos seguidos. 

Abrí la puerta y de inmediato mis ojos se abrieron de par en par. Lleve una mano a mi boca, sin saber que carajos estaba pasando. 

Habían fotos regadas por todo el piso. Todas partidas y rasgadas. Me adentre mas a la habitación, mirando el desastre con el seño fruncido. Me arrodille y tome una foto. Aparecía un niño hermoso de cabello negro, grandes ojos mieles y unos cachetes redondos con una sonrisa que marcaba todo su inocente rostro. 

Mi corazón se estrujo al reconocer al dueño de los ojos mieles. Tome otra foto y en esa estaba una hermosa mujer con Zain en brazos, su madre. El debía tener unos tres años. 

-¿Pero que mierda haz hecho? - me sobresalte al escuchar la voz de Zain detrás de mi. 

Me levante de inmediato y gire en su dirección. Zain estaba en el umbral de la puerta, mirando con total horro todas las fotos en el suelo. Camino lentamente y notaba que su cuerpo se iba agitando poco a poco. 

-Y-yo... - tartamudee, sin saber porque me sentía en problemas. 

Me tomo fuertemente de los brazos y me hizo retroceder a a tropezones hasta una pared, donde me azoto fuertemente. Solté un quejido ante el dolor. 

-Esto te costara, y muy caro - su voz era tan baja y amenazante que me hizo temblar de inmediato. 

-Yo no lo he hecho - me apresure a decir - estoy segura de que fue Nora...

-¡Todo es culpa de Nora! - grito irónico, haciéndome gritar a mi y cerrar los ojos. Los brazos me dolían por la fuerza que ejercía en ellos - a mi no me vas avenir con esa mierda y tu carita de yo no rompo un plato - mi rostro fue golpeado de una fuerte bofetada que me desoriento por completo, casi caí  al suelo pero Zain me sostuvo, con mas fuerza mientras yo sollozaba y sentía el sabor metálico en mi boca. 

-¡Pero yo no lo hice, maldito bastardo! - la desesperación comenzaba a apoderarse de mi cuerpo. 

Tomo mi cabello y me tiro al suelo. Mi instinto de supervivencia me gritaba que me alejara de el lo mas rápido que pudiera. Rodee sobre mi espalda, me apoye sobre mis codos y comencé a arrastrarme hacia atrás mientras Zain me seguía, listo para atacar. 

- Zain, se que se ve mal, pero te lo juro que yo no fui - susurre, aun arrastrándome. 

-¿Te estas vengando, verdad? - pregunto con su mirada cargada de ira, enojo, tristeza y decepción - ¿Cómo encontraste esas fotos? 

-Yo no se como llegaron hasta aquí ...

-¡No me mientas! - grito a todo pulmón y tomo un silla, la levanto sobre su cabeza y por un segundo creí que me daría a mi pero la estrello contra el suelo, rompiéndola por completo. - Creíste que con esto te ibas a desquitar de todo lo que te he hecho, ¿verdad? - mi garganta se había cerrado, no podía decir palabra alguna - ¡RESPONDE!

-¡No lo hice! - grite como pude, con la vista nublada por las lagrimas - Fue Nora, Zain... 

- Amo. Soy tu amo y así me vas a llamar de aquí en adelante. 





Me PertenecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora