Soccer Player // MinSung

14. Canadá

—Bien, ¿cuál es el plan?—pregunta JeongIn—, ¿vamos a ir a su casa, golpear la puerta y decir "es cierto que ya no quieres ser nuestro amigo y que rompiste el corazón del chico del cual estabas perdidamente enamorado"?

—No es una mala idea—reconoce Felix, asomando un poco su cabeza para mirar en dirección de la casa de JiSung.

—¿Podrían decirme qué hacen escondidos como si fueran espías?—indaga SunHee, cruzándose de brazos sobre su pecho—, no es como si los padres de JiSung fueran a golpearnos.

Felix, SeungMin y JeongIn estaban escondidos detrás de un árbol, procurando pasar desapercibidos, aunque llamaban un poco la atención de las personas que pasaban por ahí, pero bueno, mientras que SunHee estaba de lo más normal. Habían pasado unos días desde que MinHo estuvo en el mismo lugar, hablando por teléfono con JiSung y dejando las cosas muy mal entre ambos, desde ese momento, el capitán del equipo había estado más cascarrabias que nunca, descargando su furia y frustración contra quien pudiera, las prácticas se volvieron un auténtico infierno y la curiosidad aumentaba entre los estudiantes al darse cuenta de que este repentino cambio en Lee se dio cuando Han dejó de asistir a la escuela.

A SunHee le costó mucho saber qué ocurrió aquel lunes en el cual MinHo fue a declararse, su hermano estaba muy frío, cerrado y evasor, como nunca antes lo había sido, no con ella al menos. El día anterior logró colmar la paciencia del mayor y este le contó todo lo que sucedió, con el fin de que su hermana dejara de molestarlo, dando por terminado el tema y ordenando que nunca más se mencionara el nombre de JiSung en su presencia.

Tal vez no era problema suyo, pero SunHee se sentía en la obligación de hacer algo. Se le hacía muy extraño el cambio de actitud de JiSung y quería investigar más a fondo, ella no creía eso de que "estaba confundido" o que en verdad no quería a MinHo, porque eso era una vil mentira, ella fue testigo de las miradas que ambos se dedicaban, la curiosa manera en la cual se buscaban cuando estaban en el campo de fútbol, las salidas en las cuales la usaban a ella como excusa para que los padres de Han se quedaran tranquilos y un montón de situaciones que solo corroboraban que los sentimientos eran recíprocos.

SunHee toda su vida a visto a MinHo cuidarla, siempre se ha preocupado de ella, la ha cuidado desde que era un bebé y siempre veló por su seguridad y su felicidad, ahora quería devolverle el favor y arreglar toda esta situación, debía hacerlo, no le gustaba ver lo destruido que estaba su hermano. Cuando supo lo que sucedió, habló con los amigos de JiSung para que la ayudaran, no podían quedarse de brazos cruzados, además de que ellos también estaban involucrados en todo esto.

—Habla por ti—dice Kim, saliendo del escondite con algo de miedo a que los progenitores de Han pudieran verlos desde la distancia—, los padres de Sunggie te adoran, SunHee. No sabes la cantidad de veces que Hannie se quejó de que casi lo obligaban a pedirte matrimonio.

La menor hizo una mueca involuntaria.

—Bien, ¿qué vamos a hacer ahora?—preguntó JeongIn. Esa era una muy buena pregunta, habían ido con todas las intenciones de solucionar las cosas y de hablar con JiSung, pero no es como que lo hayan planeado muy bien y no sabían si improvisar sería una buena idea.

—Ir a tocar la puerta no es una buena opción—señala SeungMin—, está el auto de su padre en la entrada, eso quiere decir que todos están en la casa.

—Podríamos entrar por la ventana de su habitación—propone Felix.

—Queremos hablar con él, no ir a la cárcel—interrumpe SunHee—, además hay más probabilidades de que terminemos en el hospital, su habitación está en el segundo piso de su casa.

—Había que intentarlo—el australiano se encogió de hombros.

Con el pasar de los minutos, se quedaban sin ideas y la frustración en el grupo aumentaba considerablemente, aunque estuvieron a punto de morir de miedo cuando vieron a JiYu, la madre de JiSung, salir de la casa por unos minutos, pero ella no reparó en la presencia de ninguno de los cuatro y pudieron quedar algo más tranquilos.