Soccer Player // MinSung

15. Infierno personal

¡Contenido sensible y delicado!

Lunes

10:00 AM

Día del encuentro entre JiSung y MinHo

—¡Demonios!—exclamó JiSung, levantándose de golpe al ver la hora en su celular. En media hora más debía juntarse con MinHo y él recién había despertado.

Pasó casi toda la noche en vela, sin poder conciliar con el sueño debido a la emoción y al nerviosismo, recién pudo dormir a las cinco de la mañana y despertó hace unos segundos atrás, entrando en pánico en cuanto vio que tenía media hora para arreglarse y ponerse decente. Pensó en llamar a los chicos para que lo ayuden (aunque eso significara soportar un montón de bromas en doble sentido y burlas hacia el hecho de que parecía una niña de doce años que iba a ver a su crush) pero decidió no hacerlo, eso sólo lo retrasaría y no quería llegar tarde.

Tomó una toalla y corrió hasta el baño del pasillo para darse una rápida ducha. Bajo el agua caliente y rodeado de vapor, se sonrojó al pensar en todas las veces que estuvo en esa misma situación con MinHo, todas las veces en las cuales estuvieron juntos y se entregaban mutuamente, siempre se habló que al principio era solo sexo, pero con el tiempo algo cambió y ambos lo sabían.

Recordó lo bien que se sienten las fuertes manos de MinHo posadas en su cintura, sus labios que parecían estar hechos el uno para el otro, las intensas miradas que se regalaban y los exquisitos besos que lo dejaban suspirando por horas ¡Dios! Lee MinHo fue capaz de calar hasta el fondo de su ser. Aún con los toques que inicialmente eran lascivos y después se convirtieron en algo más, su hyung logró adueñarse de su corazón. Sentía un montón de cosquillas en su estómago al pensar en que se juntaría con su mayor y en que este quería hablar con él. Recordaba lo que habían hablado el sábado en la mañana, las tiernas caricias en su espalda y se sonrojaba cada vez que pensaba en todo lo que había hecho con MinHo el día anterior a ese, fue algo diferente, pero le gustó, no puede negarlo.

Una vez que estuvo listo, salió del baño y se encerró en su habitación, abriendo un montón de cajones para sacar pantalones, una camiseta blanca y un suéter ya que hacía un poco de frío ese día, decidió usar unas prendas en tonos pastel que JeongIn un día le regaló, pero que nunca se atrevió a usar ya que sus padres repudiaban esos colores suaves, decían que eran colores de niña, pero ahora que no estaban, podría usarlas sin problema. Estaba tan concentrado en vestirse que nunca se dio cuenta que había alguien en el primer piso de la casa.

Tomó su celular, ignorando los mensajes de los chicos, quiénes exigían todos los detalles de su reunión con MinHo y después de darse una rápida vista al espejo, salió de su cuarto, casi temblando de la emoción. Bajó dando pequeños saltitos en las escaleras, una sonrisa se extendía por su rostro, sentía que nada podría arruinar su día.

Vaya susto que se dio cuando se encontró a sus padres sentados en la sala de estar, mirando en su dirección con los ojos más fríos que de costumbre.

—H-hola—tartamudeó, sorprendido—, ¿cuándo llegaron? C-creí que llegarían después de almuerzo.

—Teníamos planeado hacerlo, pero nos vimos en la obligación de venir a casa más temprano.

—¿Cómo estuvo el seminario?—preguntó con el corazón latiendo a mil, estaba muy nervioso, no se esperaba encontrarse con sus padres. Por un leve segundo, temió que sus tíos le hayan dicho a sus progenitores que pasó una noche fuera de casa, eso suponía un problema ya que podrían castigarlo y no dejarlo ir a su cita con MinHo.

—Interesante—respondió su progenitora, mirándolo con una ceja alzada y analizando con asco su vestimenta—. ¿Qué haces vestido así? ¿Vas a salir?