Capítulo 45

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Giselle camina a mi lado después de pedirle a su padre que nos deje un tiempo a solas. De verdad tenemos que hablar.

La consulta ha ido bien y ambos hemos soltado el aire que conservábamos en nuestros pulmones después de escuchar a la doctora decir que el bebé está bien, pero que, por favor, descanse y se aleje de todo lo que le pueda causar estrés.

Las lágrimas se acumularon en mis ojos y Giselle me abrazó con fuerza cuando abandonamos la consulta. La he abrazado mientras lloraba en su hombro.

—Vamos a tener un bebé, Zayn —dice y busca mi mano para agarrarla. Sus dedos están fríos, pero me da igual. Necesito tocar su piel.

—Sí, vamos a tener un bebé —asiento apretando su mano—. ¿No me lo ibas a contar?

Se encoge de hombros y mira como sus pies se mueven encima de la casi invisible hierba cubierta por una capa de nieve.

—Iba a escaparme de aquí y tenerlo yo sola —dice avergonzada—. No dejaría que mi hijo estuviera cerca de una persona así —mueve la mano y la miro con el ceño fruncido—. Ya sabes, una persona asquerosa y machista. La misma persona que me habló en Twitter.

Paro de caminar y la miro. Entrelazo nuestros dedos y ella me mira sin parar. Sus ojos se llenan de lágrimas. Acaricio su mejilla.

—Me alegro tanto de que no fueses tú. Zayn, no soy nada sin ti —dice—. Este bebé crecería y yo no sería completamente feliz sabiendo que te he perdido.

—Giselle, escúchame —le pido—. Soy tu Zayn. El Zayn del que te despediste en el aeropuerto y mira —meto mi mano en el bolsillo de mi chaqueta y saco un collar. Los ojos de Giselle se abren como platos y comienza a llorar mirando la joya que tengo en la mano—. Es el collar de tu abuela y aquí lo tienes.

Lo coge con ambas manos y veo una gran sonrisa en sus labios. Coloco un mechón de pelo detrás de su oreja y se centra en el collar tan valioso para ella.

—Giselle, no he cambiado. Te juro que no he cambiado —le digo esperando a que reaccione diciendo algo sobre nuestro futuro.

Su mirada se clava en mi rostro después de que le pusiese el collar. Coge una de mis manos y la coloca encima de su vientre.

Siento cómo mi cuerpo empieza a temblar un poco cuando hace esto.

Juraría que me estoy controlando para no caerme al suelo de la emoción.

Su vientre está un poco más hinchado de lo que recordaba. Su rostro sigue siendo perfecto bajo el sol. Esta es mi Giselle, pero ahora está embarazada y debo protegerla.

—¿Qué tal si hacemos una tarta y la compartimos con mi padre? —pide y sonrío intentando no llorar—. Para él será una tarta de agradecimiento por dejar que me quedase en su casa. Y para mí será uno de los primeros dulces que tomaré en este largo viaje.

Me río al escucharla e inmediatamente me imagino a mi Giselle con una barriguita hinchada acostada en el sofá pidiéndome que le compre dulces.

Ella sonríe y muevo mi mano en su vientre.

—Está un poquito más gordito —digo y Giselle me mira con el ceño fruncido.

—¿Qué está más gordito? —pregunta sin entender nada. Sus cejas se mueven dejando ver su lindo rostro.

—Tu cuerpito —respondo y ella me da un golpe suave en el brazo mientras ambos reímos.

Caminamos sobre la nieve. Su sonrisa ha aparecido en su rostro y yo imagino a nuestro pequeño bebé con nosotros.

Mi futuro va a ser feliz. Estoy seguro de ello.

work |zayn malik|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora