Capítulo 16

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Lanzar mi maletín en la cama y tirar mis zapatos por algún sitio de esta habitación, es lo mejor de cada día. No no. Miento. Lo mejor de cada día es escuchar la voz de Giselle.

Maldita sea. Ya ha pasado una semana desde que estoy aquí en Australia y parezco un loco por el simple hecho de que extraño demasiado a esta mujer. No sé cómo estaré dentro de unos meses, pero peor que ahora seguro.

Me dejo caer en el cómodo colchón y cierro los ojos. No me esperaba para nada que mis pensamientos fuesen tan lejos en cuestión de unos pocos minutos.

Pienso en mi futura esposa. Su dulce sonrisa y sus cálidos abrazos. Sus labios son hermosos y, maldita sea, cómo extraño besarlos. De su boca sale una dulce melodía que escucharía día sí y día también.

Joder, eso es lo que hacía antes. Escuchaba sus gemidos cada día cuando la tocaba, pero no solo en ese momento. La escuchaba detrás de la puerta de nuestra habitación cuando yo salía a veces a caminar cerca de nuestra casa. Se estaba dando placer a sí misma mientras yo no estaba en casa. ¿Me echaba de menos? Claro que sí.

Gemía mi nombre y yo hacía todo lo posible para no entrar bruscamente en la habitación y darle mucho placer. Mis labios devorarían los suyos. Mis manos tocarían sus perfectos pechos y, segundos después, mis dedos se centrarían en la parte más íntima de su cuerpo.

Siento cómo mi respiración cambia cuando recuerdo cómo es amarla. Muerdo mi labio inferior sintiendo cómo mi polla comienza a endurecerse debajo del traje que llevo puesto.

Me da mucha pereza desnudarme y esconderme bajo las sábanas. Así que, mi mano derecha recorre mi estómago dirigiéndose a mi erección. Espero a que suceda algo, pero no ocurre absolutamente nada. Giselle no está conmigo para desabrochar mis pantalones y tocarme de esa manera exquisita que me vuelve completamente loco.

Gruño molesto al darme cuenta de que estoy solo, así que lo hago yo mismo. Toco mi erección encima de la fina tela de mis bóxers y muerdo con más fuerza mi labio inferior dejando que los recuerdos y la imaginación me ayuden con esto.

Las yemas de mis dedos rozan mi erección y un pequeño gemido escapa de mi boca.

—¡Zayn! —escucho un grito que proviene de la puerta principal. Sé perfectamente quién es esa persona.

Maldita sea, ¿en serio no puedo hacer absolutamente nada aquí solo? Ah, es verdad, es difícil estar solo. Siempre tengo que esperar a que sea de noche.

Me levanto de la cama abriendo los ojos y abrocho mis pantalones. Miro mi figura en el espejo y maldigo al ver mi erección bajo mi ropa.

Genial, Zayn. Tu jefa verá esta escena y no podrás esconderte...

—¡Ahora voy! ¡Un momento! —grito.

Para mi suerte, todo vuelve a la normalidad allí abajo. La decepción de no poder darme placer ahora mismo aparece.

Me dirijo a la puerta principal y, al abrirla, encuentro a Jennifer con un vestido verde oscuro y, como no, sus labios están pintados de un rojo intenso.

—Lo siento —dice—. Perdón por haberte despertado.

Si ella supiera lo que realmente estaba haciendo... Corrijo mis palabras. Lo que estaba intentando hacer.

Paso una mano por mi rostro y luego por mi pelo. Sonrío e intento no bostezar.

—Nada nada. No te preocupes —digo moviendo mis manos en el aire y cerrando un poco los ojos—. ¿Ocurre algo?

—Me gustaría tomar un café contigo y hablar sobre lo que estás haciendo estos días en tu nuevo puesto de trabajo.

Abro mis ojos a modo de sorpresa.

Solo espero que no me eche del trabajo y que no se queje de lo que he hecho estos días.

****

¡Hola!

Sí, me cambié el nombre de usuario porque ya iba siendo hora de que fuera uno más decente y más bonito.

Por aquí tenéis un nuevo capítulo. Creo que es corto. Realmente no presto atención a la extensión de cada capítulo. Solo escribo y cuando siento que el capítulo tiene que acabar, ahí lo dejo.

Esta semana me he enterado de que varias personas nuevas están leyendo mi historia y no sabéis lo feliz que me hace saber esto. ¡Muchas gracias a todas estas personitas que se unen y bienvenidxs!

work |zayn malik|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora