Capítulo 40

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Desde la entrada del aparcamiento de esta gran casa se escuchan las canciones que salen de unos grandes altavoces. Supongo que así, con este gran sonido, la gente de los alrededores aparecerán sin ni siquiera tener una invitación de la persona que organiza esta fiesta.

Arrastro mis pies hacia la entrada de esta gigantesca casa. Varios coches pasan cerca de mí y yo ni me inmuto al notar su presencia. No creo que me vayan a atropellar.

El aparcamiento está lleno y algunos coches están situados sobre la perfecta hierba cortada. Arrugo la nariz al ver esto e inmediatamente pienso en que los dueños de estos coches son unos irresponsables.

La casa debe valer un montón de dinero porque es gigantesca. Diría que es una mansión y no una casa por el tamaño que tiene y por el gran espacio que hay a su alrededor. Al final de este espacio hay unas altas vallas de metal.

Un chico pasa a mi lado después de abandonar el coche con una chica un poco más joven que él. Cuando este me ve, levanta una mano como si nos conociéramos. Hago lo mismo con una pequeña sonrisa y él sigue caminando con esta joven.

Al entrar en la casa, la música inunda mis oídos y siento que soy incapaz de escuchar a las personas, pero me sorprende que pueda escuchar varias conversaciones.

Miro de un lado al otro y encuentro a varios grupos de personas. No todos hacen lo mismo. Unos hablan con una gran alegría. Otros bailan con una bebida en la mano. Y los demás se besan o, más bien, se comen la boca mientras tocan sus cuerpos.

Ladeo la cabeza cuando miro un trío al final de un pasillo. El chico está adorando a las dos chicas que lo acompañan. Sonríe y pasa su lengua por sus labios mirándolas. Ellas se besan entre si y puedo ver sus lenguas cada vez que ladean la cabeza hacia la derecha o hacia la izquierda.

El beso se intensifica y pestañeo varias veces seguidas intentando apartar mi mirada, pero no funciona.

No es la primera vez que veo un trío, pero nunca antes lo había visto en la vida real. Me parece muy interesante y me apetece probarlo algún día.

No me veo capaz de besar un chico mientras una chica me mira con deseo.

Niego con la cabeza al imaginarme la escena. De momento sólo me queda mirar a estos tres y saber si realmente quiero hacer un trío.

La chica morena aprieta uno de los pechos de la otra. Veo cómo esta abre la boca soltando un gemido. El chico con el pelo teñido de azul mira a las mujeres con más deseo que antes.

—¡Hola! —una voz hace que apartarte la mirada de estos tres.

Me centro en una joven rubia que está delante de mí. Sonríe con dulzura y le devuelvo la sonrisa, pero sin enseñar los dientes.

—Hola —digo y veo que lleva un top blanco ajustado a sus pechos.

—Soy Vivian —asiento un poco y sigue hablando porque no digo nada—. Se puede decir que soy la creadora de la fiesta —ríe con dulzura y sonrío. Alargo mi mano para que la estreche.

—Soy Zayn —estrecha mi mano y miro de un lado al otro sabiendo que estoy en esta mansión sin ningún permiso—. Y no me has invitado. Me voy ya.

Vivian mueve las manos rápidamente y agarra uno de mis brazos.

—No te vayas. Puedes quedarte y, además, me alegro de que vinieras.

Miro sus ojos verdes y sus pestañas postizas. Asiento un poco y noto cómo me mira a la cara. Se acerca un poco más a mí.

—¿Te pones pestañas postizas? —suelta y se lleva la mano a sus labios escuchando lo que acaba de decir. Se ríe debajo de su mano y puedo ver cómo sus ojos se hacen más pequeños—. Lo siento. No debería de haber dicho eso. Ignóralo.

Me río al escucharla y meto mis manos en los bolsillos de mi pantalón gris.

—No te disculpes. Y no, no uso pestañas postizas.

Retira su mano de sus labios y su boca crea una "o" perfecta.

—No puede ser —sonríe intentando no reír—. Te envidio.

Suelto una carcajada y hago como si me fuese a quitar mis propias pestañas y se las doy a Vivian.

Ella se une a mis carcajadas.

—Disfruta de la fiesta y recuerda que puedes estar conmigo en todo momento —mueve una de sus manos en el aire y sonríe con dulzura.


Después de beber unos cuántos whiskys, tengo un cigarro entre mis labios. Dejo salir el humo y miro a Vivian. Está sentada en el brazo del sofá sosteniendo un vaso alargado con una bebida roja dentro.

Miro el cigarro entre mis dedos y echo la cabeza hacia atrás en el sofá dejando que el humo salga de mi boca lentamente.

Cierro los ojos pensando en mi presente. Sinceramente, no es una mierda porque aún sigo dibujando día sí y día también. Me encanta dibujar y me expreso haciendo esto.

Sé perfectamente que he perdido a Giselle y no veo que haya vuelta atrás. Mi amnesia no ayuda nada y no comprendo porqué me ha dejado. Nunca la he dejado de querer y siempre le he demostrado mi amor hasta en el último día que duró nuestra relación.

Pestañeo mirando el humo mientras pienso en mi pésima vida, en mi pésimo presente.

Escucho la risa de Vivian y la miro. Se ve que es feliz y espero que nunca sienta esta gran tristeza que siento cada día.

—Vivian —la llamo e inmediatamente me mira con una gran atención como si fuera la única persona que estuviera en la mansión—, ¿me puedes llevar a casa?

work |zayn malik|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora