Mala suerte

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+One shot Dip
+Re emplazó de los guiones largo por "palabra", espero se entienda

⭐⭐⭐⭐⭐⭐

"Hoy es el día"

Se repitió por décimo séptima vez, mientras sus pies se arrastraban presurosos por el pasillo del colegio hacía el patio del colegio. Le había pedido a Pip que lo esperará en la esquina del patio de juegos, hoy era el día. Sería simple, sería directo, esto no podía salir mal. Trago duro la saliva mientras sentía los nervios calarle por cada extremidad con fuerza.

Hoy Damien Thorn al fin se declararía 

No habría excusas, ya que no habría interrupciones, sólo palabras cayendo como un balde de agua fría.  

Al fin rompería esa maldita cadena de mala suerte de , ¡dos jodidos años!, en que no había podido confesarse a su mejor amigo, Philip Pirrup. Compensaría la falta de romance luego... si es que el rubio decía que sí. Hablando del rubio, este estaba armando un muñeco de nieve en el patio del colegio. Claro eran mayores, pero eso no implicaba que  jugar con la casi eterna nieve de South Park fuera impedimento. El pecho de Thorn tuvó un brinco cuando notó que ante la concentración, el ingles se mordía un poco los labios.

"Hola Damien"

Este recibió con una amable sonrisa de Pip, quien colocaba una piedra de por ahí como ojo del muñeco.

"Hey Pip"

Se agacho a recoger otro piedra y ponerlo como el ojo faltante del muñeco. Ver al chico menor feliz de su creación fue agradable, pero todo escalo a otro nivel cuando tuvo su completa atención, no hacía falta palabras para que supiera que quería saber porque lo había citado ahí fuera del horario de clases; era momento de abrir la boca.

Suspiro, no debía olvidarlo, claro y directo

"Pip, tu m..."

Un balón se estrello en su cabeza, haciendo que se estrellará con el muñeco de nieve, de manera casual, su ceja se golpeo con los ojos del muñeco, que eran piedras... 

Y como había pasado antes, Damien Thorn no podía terminar con su racha de mala suerte. Sólo consiguió un par de puntadas en la ceja, quizás su único consuelo, fue que Pip lo llevó apoyado todo el camino a la enfermería.

Bien. ¿Conocen la mala suerte verdad?, esa que alguna vez te  impidió hacer algo, bueno, al parecer la mala suerte de Damien era selectiva, porque no la conoció hasta que quiso declararse a su mejor amigo Philip. Un día simplemente se dió cuenta que ya no quería ser su mejor amigo, quería lo que su amigo Craig tenía con Tweek. La idea de caminar con el rubio ingles de la mano lo hacía sonreír de manera exagerada en la intimidad de su cuarto, el único lugar donde se permitía ese tipo de sentimientos o suspiros.

Pero estaba empezando a pensar que no podría hacer esto sólo.

De camino a casa, sintiendo palpitar aún su reciente herida, su humor estaba horrible, hasta el punto en que los perros tenían las colas entre las patas cuando se acercaba. Necesitaba quejarse ante la única otra persona que sabía de esto... aunque no por voluntad sino que fue quien accidentalmente una vez arruinó uno de sus intentos de confesión.

Craig Tucker, el idiota suertudo que se confesó a la primera, quien fue correspondido y para sus malditos dieciséis años, ya tenía tres años de relación con Tweek. Había gente con suerte y otros como Damien que tenía suerte de estar vivo para este punto. En uno de sus intentos de confesiones, en el lugar de comida chatarra favorito de ambos, mientras se llevaba una porción de papas, terminó atorándose con la comida luego de que alguien lo empujará con su bandeja... la cercanía que había logrado, siendo el preludio de ver en primera fila, la expresión de terror de su mejor amigo; sobrevivió, pero tener a Pip casi llorando mató cualquier posibilidad aquella vez.

historias fugaces - South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora