Destino errado 3/8

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-Oye Tweek

-¿Mmm?

Ambos se encontraban en la panadería de los Tweak.

-A veces no te entiendo

-Ngh, ¿Por qué?

-A veces pareces muy religioso y me explicas muchas, pero otras veces simplemente desobedeces sin culpa; no termino de entenderte.

Craig ya llevaba un buen tiempo en el pueblo y las cosas habían evolucionado desde la primera visita al lugar, hasta el punto en que Craig estaba en la parte trasera del negocio, mirando al rubio amasar el pan, como ya estaba volviéndose costumbre.

Tweek paró y lo observó con esos curiosos ojos suyos, que se lucían a la luz del atardecer.

-No se porque dices eso...

-Después de la misa, te ví sacar unas monedas de la limosna.

-No le digas a nadie, argh, por favor.

-Quiero saber porque, no dije que te delataría.

Tweek paró su labor, tapando la masa con una manta. Se volteo completamente y aún si mordía su labio, Craig no sabía que esperar. Podía leer a mucha gente luego de un tiempo, pero los porque de Tweek siempre eran... más de lo que él esperaba, así que podían terminar hablando sobre una sola pregunta en una tarde o varias.

-Tú, ¿estuviste en la misa?

Craig asintió. La investigación había avanzado mucho gracias al padre Maxi, quién había sido el último con quién De Lorne había hablado. Ambos tenían una rutina y fue el primero en notar algo extraño con su desaparición, lo que se traducía en que les había llevado a varias pistas que un ojo normal no notaría, pero unos caballeros entrenados sí. Pero volviendo a la misa, sí había estado en el atrio del piano esperando a que está terminará y poder hablar con el padre luego de esta.

-Ya sabes que aquí se toman muy enserio la religión

-Ni que lo digas...

El pan de la unión, aquel símbolo físico que era costumbre realizar por las panaderías durante el mes santo al inicio de la primavera, ese pan estaba disponible todo el año en este pueblo.

-Cuando alguien no da limosna, la gente se vuelve grosera en su mayoria y... los Mc Cormic, son los más pobres de la ciudad. La menor de todos, Karen, está mal, pero hoy todos los observaron mal por no dar dinero hasta el punto en que Kenny tuvo que poner lo que ganó el día de ayer, pero deberían gastarlo en medicina.

-¿Son muy amigos?

Craig había visto al tal Kenny y cuando habló con él por pistas, se dió cuenta de la gran labia de este, además de fijarse en que era siempre coqueto con todos los omegas, sin importar su primer o segundo género.

-No lo somos, directamente, pero mi amigo Butters... sí y se que se preocupa mucho por él.

-¿Por eso te quedaste con las monedas? -agrego con un tono burlón.

-¡Argh!, déjame terminar.

Un golpe le fue dado en la espinilla con una patada y de no ser porque este chico era quien preparaba los pastelillos que tanto amaba, le hubiera devuelto el golpe, tal vez un poco más fuerte.

-Butters me pago para llevarles un poco de pan. Así que después de orar un poco más, estaba cerca de ahí y... solo sentí que era lo correcto.

historias fugaces - South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora