Creek week 2020 (1/7)

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Cuando Craig asumió que le gustaba Tweek, también empezó a cargar con otras responsabilidades.

En este momento su responsabilidad era ayudar a su novio era algo nuevo para él.

Hornear y ayudar en la cafetería.

Quizás no parezca tan malo, pero Craig casi no tocaba cosas en la cocina más allá de un cuchillo dentado para el pan o servir la mesa. En la casa Tucker todo era bastante tradicional y su papá prefería enseñarle a arreglar su bicicleta o mirar Red Racer; que en la cocina. O al menos así había sido, ya que desde que empezó su relación con Tweek, su padre se había vuelto más flexible en su pensamiento y pronto Laura estaba guiándolo en la cocina, cosas simples, como ayudarla a mirar la pasta, hacer jugos, nada del otro mundo.

Pero su novio se había enfermado y algo que estaba aprendiendo, es que aún no conocía todo de Tweek.

Al parecer cuando esté se enfermaba, no lo hacía como otras personas, que tomaban algún medicamento o luego de un día ya estaban bien. No, su pareja se enfermaba con fuerza de un día al otro, prácticamente tuvo que ayudarlo todo ese día, porque el chico se dormía cada que podía, su nariz moqueaba mucho y su temperatura fue subiendo lenta pero constantemente.

Mientras compraba todo lo que Tweek le había escrito en la lista para la preparación de sus cupcakes. Hasta que su novio recuperará, Craig Ticket asumiría su puesto y responsabilidades en el café. Aún recordaba como había iniciado está locura.

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A penas llegaron a su casa luego de la escuela, el rubio cayó noqueado y más allá de ponerle su habitual termo; ahora con té caliente junto a más pastillas que lea dieron en la enfermería de la escuela;  junto con un trapo con agua para bajarle la temperatura, Craig no tenía mucho más que hacer. No había visto a su novio tan rojo desde su primer beso y eso era mucho que decir...

Al par de horas el señor Tweek llegó a casa, buscando a su hijo, porque lo estaba llamando para trabajar, ya que en la mañana el niño aún no había presentado ningún síntoma.

Craig y Richard no hablaban demasiado, ya sea porque sus comentarios eran superficiales, los padres de Tweek siempre estaban ocupados con su negocio o cosas como que él y su hijo eran muy gays con una gran sonrisa. Y Tweek le había advertido que a veces no podías direccionar la charla a dónde querías con el hombre.

—Tweek está enfermo —informó, bajando su celular, para ponerle absoluta atención al mayor— ,tiene mucha fiebre, no creo que el pueda trabajar así.

El mayor observaba a su hijo y luego de tocar las mejillas rojas, como no creyendo lo ya dicho, suspiró.

—Esto no será bueno para el negocio —informó— Tweek es nuestro catador oficial y hace poco pusimos a la venta los cupcakes que hace, que problema...

Okey, definitivamente el hombre parecía ir en otra dirección.

— Oh, mmm... debería darle unos días libres del trabajo

Tan rápido como sus palabras salieron, los ojos de Richar se posaron en él, como si hubiera dicho una locura.

—No, no, un día es suficiente para recuperarse —expreso— mañana estará menos enfermo y podrá trabajar, no es la primera vez que pasa.

—pero señor Tweek, yo no creo...

—Así de difícil es manejar un legado Craig —le interrumpió con esa voz calmada y una sonrisa que ahora empezaba a cabrearlo—, mi hijo debe aprender a ser responsable ante todo, o nuestro legado nunca será recordado.

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