Sesión de besos

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⭐⭐⭐

Las sesiones de besos eran algo nuevo.

A pesar de que ambos eran la primer pareja formal del otro, ni Tweek ni Craig habían sido el primer beso del otro.

Aunque eso no evito que ambos descubrieran lo placenteros que estos podían ser. El primer beso de cada uno, no había sido algo que hubieran buscado, era algo que había pasado y siendo una experiencia dónde ambos coincidían que no les gustaría repetir, no había habido ni control o deseo de sus partes. En cambio, cuando establecieron que ambos se gustaban en aquella relación que ya llevaba algunos meses, el hecho de que las muestras afectuosas cambiarán y subieran de nivel fue natural, por sobre todo deseadas y consentidas.

Su primer beso juntos, había sido luego de terminar su juego de súper héroes. El tiempo que habían pasado separados y enojados, les había pegado fuerte. Cuando la adrenalina de enfrentar una de las tantas situaciones caóticas de su pueblo terminó, ambos se sentían aún algo separados, la terapia de pareja había ido bien, pero las cosas ya no eran lo mismo y ambos lo sentían. Querían demostrarse cariño, consolarse ante el dolor que aún procesaban sus cuerpos. Pero Craig era muy torpe en palabras y Tweek no podía ordenar bien sus pensamientos. No fue hasta que Craig se concentro en el enlace de sus manos que la idea surgió, aquello definitivamente lo hacía sentir bien y al ver que un suave apretón parecía calmar también a su novio, Tucker vió que tal vez no necesitaba un gran discurso. Se paró frente a Tweek y le pidió su otra mano, cuando ambas estaban juntas, algo de paz los lleno mientras acariciaban sus manos.

Guiado por una repentina idea, jalo a Craig en dirección hacía el estanque Stark y ocultándose un poco por los árboles del lugar encontró la calma y privacidad que deseaba. Craig parecía confuso, pero esperaba paciente por una explicación de aquello, o al menos lo hacía hasta que Tweek le dió un beso en los labios.

Craig tembló un poco, pero el contacto le fue agradable y guiado por la sonrisa de su novio, se aventuró a darle un par de sonoros besos a Tweek en cada cachete. Los dos niños se sonreían y estaban abochornados, no tenían coraje para hablar sobre el porque de la situación, pero esa sensación de vacío y pesar empezaba a desaparecer mientras su cercanía junto a esos pequeños e inocentes besos parecían la respuesta.

Craig nunca había besado otra cosa por voluntad, que no fuera a Tricia de bebé o Stripe cuando el animalito se asustaba en algunas tormentas. Tweek por su parte, sólo recordaba los besos de su madre antes de dormir o los contados de su padre.

Lo que hacían no tenía nombre aún pero era agradable. Craig besaba muchas partes de la cabeza rubia a la par que acariciaba un poco el pelo, mientras Tweek prefería besar diferentes partes del rostro de su novio y acariciar sus mejillas o nuca. Hubo un momento dónde sus rostros estuvieron especialmente juntos y el acto se sintió natural, chocaron un poco sus narices pero terminaron besandose en los labios, sólo una caricia inocente que los dejó con la sensación de un cosquilleo agradable, lo repitieron un par de veces más, para terminar con un gran abrazo. Luego volvieron con tranquilidad y un mejor humor a casa.

Aquello se siguió dando luego de algunas peleas fuertes o cuando alguno tenía un día especialmente malo. Con el tiempo podían hablar de ello sin pena, lo que los llevó a preguntarse que les gustaba.

No supieron que con el tiempo eso se había convertido en una sesión de besos, hasta que Kenny empezó a contarle a Clyde sobre aquello en el almuerzo, en un día cualquiera.

Sus besos ya no eran solo en el rostro, a veces besaban sus labios hasta que estos se ponían rojos, hinchados e incluso se sentían palpitar(pocas pero fatídicas veces ardían), así que preferían hacerlo luego de clases, también los fines de semana. Tweek descubrió que su novio gustaba de besos en su cuello, ya que esos lo hacían temblar y suspirar de esa manera ronca que enviaba cosquillas a su estómago. Craig por su lado, disfrutaba ver cómo el rubio jadeaba por sus besos cerca de la oreja y mentón, su cuerpo se ponía inquieto, como si ni hubiera controlado la.ansiedad hace años, pero terminaba con una de esas sonrisas relajadas que tanto amaba, junto a las palabras cariñosas que guardaba para la intimidad.

Ese asunto era como volver a conocerse desde un nuevo ángulo que ambos estaban recorriendo con calma y gozó.

El tocarse para expresar cariño era fantástico, ambos, no lo dirían en voz alta muy a menudo, pero esa era la verdad.

Su verdad.

⭐⭐⭐

El smut no es lo mío, pero hay que practicar, ¿no? ( ╹▽╹ )

historias fugaces - South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora