historias fugaces - South Park

La perfección del grano de café - creek

Había pocas veces en las que Craig se arrepintiera de sus palabras. Era la clase de chico lógico que no suele decir algo sin antes meditar si el ambiente y la persona, es el correcto para hacerlo. Pero esta era una de esas raras excepciones donde se equivocó.

Prueba de eso, era como su mano no podía dejar su pene desde hace un buen rato, diablos, ni siquiera podía intuir cuánto tiempo había pasado, porque había cerrado las cortinas al llegar a su cuarto. Pronto su polla estaría toda sensible, palpitante y ardiendo, algo muy molesto, pero no podía evitarlo. El tipo en su pantalla fue demasiado para un desprevenido Craig que solo buscaba algo de lo que burlarse, en cambio, se hizo una nada saludable cantidad de pajas.

¿El motivo?, este cam boy llamado Coffee Bean.

Todo empezó con este atractivo rubio, con un antifaz, moviendo cajas; lo que no era nada impresionante; hasta que veías al tipo quitarse la camisa al empezar a sudar. Si sus brazos ya se veían lo suficientemente atractivos bajo esa camisa verde, verlo en todo su esplendor y tomas de primerísimo primer plano junto con el torso al descubierto, haría que cualquier dudoso aceptará su homosexualidad al instante. Craig se movió de su cama al escritorio con su laptop, para mayor comodidad. El torso no era en exceso musculoso, pero podías ver qué sin duda era trabajado al ver la cantidad de cajas de considerable tamaño que cargaba el chico, en lo que parecía un almacén solitario. Podrías notar que a pesar de una apariencia delgada, este chico podría quitarte un diente con un buen golpe, pero no, a Craig le quitó el aliento y los pantalones.

Luego de mover todo, el rubio miró a la cámara hablando por primera vez. Diciendo que ahora se refrescaria un poco, procediendo a pasar un trapo húmedo por su torso, su rostro con una lentitud y sensualidad increíbles. Craig sabía del uso de cámaras, sabía el poder de estas y sin duda quien ayudará a grabar sabía cómo hacer lucir el cuerpo frente al lente. Fue hipnótico, una vez que empezó a sentir algo en la parte baja de su vientre supo que no habría marcha atrás. Puso seguro a la puerta de su habitación y empezó a tocarse, intentando que su ritmo fuera similar al de Coffee Bean, para estar más atento a la pantalla que a nada más. Luego este se empezó a desvestir, se movió de la pequeña silla que recién notaba, para irse a una colchoneta, en la que el proceso de desvestirse fue más rápido y fácil, algo que Tucker agradeció internamente, porque a pesar del ritmo lento de las acciones del cam boy, se moría por ver más del rubio.

Una vez el chico estuvo sin ropa, a excepción de su antifaz, Craig pudo sentir como su boca tenía más saliva de la necesaria, algo así no le pasaba desde la secundaria y su primer encuentro con buen porno gay. Esa sensación lejana de ansiar comida, pero cercana del hambre.

Y una vez el chico lució sus espectaculares piernas, junto a esa piel lechosa con unas pocas pecas, el espectáculo principal llegó. Mientras Craig ya llevaba un rato subiendo y bajando su mano, con su mano libre se quitó su habitual chullo, tirándolo al asar, su mano se secó el sudor que ya llevaba buen rato formándose y moviendo un poco de su cabello. Sintió un tirón por sus bolas, dándose cuenta de que no dudaría mucho más.

Finalmente, llegó al orgasmo con el primer gemido de Coffee Bean.

En definitiva, esto no era como el porno. Fue diferente, más personal y menos exagerado. Casi como si el chico, a través de su pantalla, fuera más alguien que se estuviera grabando para él. Quizás porque la bonita mirada azul estaba viendo fijo hacia la cámara, junto a ocasionales gestos, todos vistos desde diferentes ángulos, pero siempre sabiendo hacían dónde debían dirigirse. Craig descanso un rato, aún apreciando al chico en su pantalla en cada movimiento y gesto, tomó lo último de una bebida energética de hace dos días, el sabor fue malo, pero le quitó la sed lo suficiente para seguir observando. Se encontró mordiéndose los labios más de una vez, era solo una paja, pero el cam boy sabía lo que hacía, lo tenía al filo de su asiento disfrutando como si hubiera vuelto a la hormonal pubertad.