Lo estaban haciendo bien

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Crecer fue inevitable, así que a pesar de que su novio mordiera sus uñas pensando en el futuro y las posibles tragedias que podrían o no, traer el mismo. Craig tomó la mano de su ex novio falso y ahora prometido, intentando mantenerlo siempre con los pies en la tierra. Pasando buenos momentos, como los encuentros en la casa Donovan para visitar a su mini sobrina, que ya estaba gateando, para ver todos los shows de stand up que Jimmy había logrado poner en el catálogo de Netflix. Lo malos momentos, frotando los nudillos del rubio para recordarle que estaba a su lado cuando no pudo mantener a flote el negocio familiar a distancia, vendiendo al fin la tienda familiar por acciones en hardsbuk café; haciendo que sus padres tomarán una desagradable posición pasivo agresiva con ambos. Tweek por no hipotecar su casa para salvar el negocio y Craig por no apoyar esa locura financiera.

Al menos el secreto de la metanfetamina se terminaba de manera definitiva, quedando en el pasado y es una carta que volvieron a jugar para mantenerlos alejados de su vida.

Hablando de su vida, está fue tal y como Craig había soñado de niño. Simple y aburrida, en un agradable modo cotidiano en que sabía su rutina, pero de la que variaban en sus quince días de vacaciones.

Tweek temía al mar, pero disfrutaba mojarse un poco en la playa, también moldear la arena bajo el sol o tomar una siesta con él bajó la sombrilla. Claro hubo uno que otro idiota, pero luego de años soportando a Cartman o las locuras de South park en general. Casi nada podía alterarlos, eso incluía religiosos molestos diciéndoles que irían al infierno o alguien indignándose sólo porque estuvieran apoyados uno contra el otro. No importó mucho, sobre todo cuando el derechazo de Tweek de volvió letal desde los veintitrés y podía noquear a alguien con facilidad. Claro, todo el mundo asumía que él sería quien devolvería el golpe, así que sólo sentían el golpe antes que su mundo diera vueltas y terminarán en el suelo.

Tweek aún se las arreglaba para hacer que endulzará la  mirada en medio de una situación llena de homofobia.

Claro, el mundo lejos de su ciudad natal era genial en unas cosas, pero el equilibrio de las cosas estaba en las espinas del tallo. Por suerte no era muy común y el movimiento al que pertenecían cobraba fuerza, apoyo. Los prometidos hablaron de lo genial que sería que en una o dos generaciones más, la homofobia sería tratada como el racismo, siendo reprochado por mucha gente y obligando a gente joven o anciana a replantear su punto de vista al respecto.

El futuro se volvió su presente y lo estaban haciendo bien.

Con ambos siendo ahorradores desde muy jóvenes, con el combo de que Jimmy se hizo vendedor de  propiedades. Pudieron encontrar una casa tranquila y sin una hipoteca asesina que terminarían de pagar en algunos años, no llegarían a los cuarenta con esa preocupación.

Craig tuvo la familia de conejillos de conejillos de indias que soñó, mientras que Tweek se volvió diestro en más instrumentos. A veces podía escuchar la práctica de guitarra eléctrica y bajo de su mejor amigo en conjunto con su prometido desde la sala, otras el violín en solitario tocando temas melancólicos o videojuegos, el violonchelo se guardaba para las lluvias de primavera, el flautín para días de intensa nevada y el piano para él, cuando Tweek quería seducirlo con su voz. La tropa Stripe y él, eran la audiencia favorita, hasta el punto en que Craig desinstalo Spotify del celular, su guapo rubio favorito sabía sus canciones favoritas.  Un agradable cosquilleo conocido hacía vibrar su pecho como una guitarra, como el primer instrumento que empezó ese reto en su pareja. La extrañaba, pero tenía que admitir que la eléctrica era más genial.

El azabache podía suspirar de flojera por tener que limpiar el corral de sus engreídos, buscar y alistar la comida, los periódicos, el agua, lavar las mantas, limpiar las jaulas, pero todo se hacía más llevadero con música y que Tweek ayudará con muchas de esas tareas. Siempre encontraba agua lista para cambiar, la lavadora y secadora desocupada, las verduras junto a ciertos dulces a disposición en la alacena; para terminar con el hecho de que a veces llegaba a casa y todo lo anterior estaba hecho.

Había muchas maneras en que Tweek enamoró a Craig, pero esta era una nueva y menos glamorosa que la que mostraban en las películas, pero era real.

Los retazos de su niñez aún presentes en sus dientes aún siendo tratados por los braquets. Los de Tweek en los espacios de cuero cabelludo vacíos que nunca pudieron recuperarse de los arrancones. Cosa del estrés,  había dicho el doctor, marcas de que arrastraban experiencias diversas en su existencia. Los Tucker no pudieron permitirse un tratamiento dental tan caro con dos niños, los Tweek intentando que el café fuera causa y remedio de sus descuidos.

"Cariño..."

"¿Mmm?"

"¿No se te antoja una siesta?"

"Si tienes frío, métete en la cama y no te cubras sólo con el cobertor Craig"

"Ni siquiera miraste"

"Pero te conozco"

"La gente cambia Honey"

"Te aprovechas demasiado de mi calor corporal"

"Es agradable y tibio contigo a mi lado, no duermo hasta el día siguiente, pero tengo una gran siesta"

"Mmm...me tientas"

"Vamos, se que ese plano no es tan importante o estarías recibiendo llamadas cada hora"

Tweek puso los ojos en blanco y luego soltó una risa suave. Lo agradable de lo cotidiano y aburrido, siendo esos detalles que ya sabían sobre sus rutinas. Craig sabiendo cuando algo era importante y debía darle su espacio a su pareja en el trabajo o Tweek mandándole un mensaje para recogerlo de su consultorio, para dejar a Heidi de camino a casa, en los días en que cerraban tarde su consultorio, por alguna consulta o procedimiento extra a algún animal.

"Bueno, supongo que alguien debe llenar el espacio entre tus brazos"

La actitud luego de años de terapia y apoyo por parte de todo su grupo cercano, daban a un Tweek relajado, bromista, a veces sarcástico, a parte de lo que ya era.

"Debes venir antes de que alguien más lo haga"

"Eso sería una tragedia"

Un par de besos suaves fue lo primero que sintió antes de tener que acomodarse para hacerle campo a Tweek en la cama. Deslizó sus dedos por los hombros, apretándolos buscando tensión y el suspiro relajado le dijo que estaba logrando aquello.

"Gracias"

"No hay de que, me gusta sentirte" apretó un punto ya conocido en esa espalda, para lograr un gemido largo ", también oírte"

"Eres terrible, dijiste que descansaríamos, tigre"

Un brillo coqueto brillando en los ojos coquetos de su pareja.

"Es porque demorarse en venir, el sueño se me fue un poco"

"¿el sueño se va?, tengo pastillas para eso"

Craig negó con una leve curva en sus labios.

"¿Eso es una queja?"

"No, sólo son hechos"

"Bueno tengo un hecho más"

Pronto sus labios se acariciaban con firmeza, mientras sus dedos viajaban por todas partes y sus cuerpo se aprisionaba de manera sofocante, pero necesaria para hacerlos estremecerse contra el otro. Estuvieron unos minutos así, solo disfrutando del otro hasta que se separaron para regular la respiración. El breve descanso, les dio tiempo para acomodarse contra la silueta del otro y sentir la tibieza agradable que se conseguía de echarse juntos.

Tweek bostezó. Alguien en verdad necesitaba la siesta.

"Durmamos"

Susurró al oído del rubio

"Eso me gustaría"

Tweek se movió un poco más entre sus brazos, hasta estar tan cómodo como para respirar lentamente en unos minutos. Craig siguió su ejemplo, acomodando un poco su almohada y apoyándose en el suave cabello rubio en su quijada.

Su boda era en tres meses, aunque Craig no me necesitaba un papel o una bendición divina para sentirse tan conectado a nadie.

⭐⭐⭐⭐⭐⭐

N/A: Pequeña práctica de un consejo de escritura con creek doméstico.

¿Notaron algo diferente?

Xoxo y no olviden usar su mascarilla

historias fugaces - South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora