Toma mi mano

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Ha estado mucho tiempo en esa habitación, conoce la historia de cada mancha, el familiar sonido del viento chocando con la ventana y el olor a paz que trae el inciencio. Normalmente suele relajarse en ese lugar, porque suele estar ahí para recuperarse, descansar por horas, días, semanas o escuchar las indicaciones de como tratar con sus heridas, tanto en su vida civil como la de súper héroe.

Super dude creía no poder sorprenderse de nada más en aquella habitación de paredes color perla.

Estaba equivocado.

Ahora, tomando el banquillo en el que suelen estar sus visitas o compañeros, está él. Con una incomodidad en el pecho que parece no dejarlo pensar en nada más que la persona en la camilla.

Es la primera vez que estaba ahí desde la otra perspectiva.

Wonder Storm resultó muy herido en la última batalla. Y en su cabeza la escena se repite muchas veces, se recrimina que pudo hacer para evitarlo, se reclama por el exceso de confianza en que nada podría detener a su novio. El orgullo que inflaba su pecho al saber que salía con tal persona, ahora destrozado en pedazos que se acumulan como arrepentimiento, siendo peso muerto dentro suyo.

Nunca se había sentido así.

Afuera, lo que podría ser el fin del mundo sigue su curso. Pero Craig no puede hacer que el mundo siga girando para él, se le hace imposible pensar en otra cosa que en estar al lado de Tweek.

Hace unos días, quién creía invencible casi muere. El corazón de Tweek dejó de latir por 8 minutos y ese hecho se recitaba en su mente, haciendo que un nuevo terror poderoso le quite el aliento, apriete su garganta, y pique sus ojos.

Super dude es el rudo del grupo, pero por ocho minutos su mundo se oscureció tanto que pensó que iba a enloquecer; se sintió el más débil de todos. Lo llamó, una, dos, tres, cuatro veces...

Wonder Storm no respondió.

Un ruido molesto lo atormentó, llenándolo de pánico, hasta que pudo darse cuenta que eran sus propios gritos rogando por piedad. Gritando a todo pulmón porque el rubio se había convertido el centro de su pequeño universo, desapareció y la gravedad que lo mantenía en calma, orden, fuerte, en los pies en el suelo se esfumó; la posibilidad de la tragedia que pudo pasar superándolo.

De no ser por el rápido accionar de su amigo Tupperware, ahora ni siquiera podría sentir la suave calidez de la unión de sus manos.

Una cosa era ver a Tweek creando tormentas de electricas para luchar, verlo crear estática y chispas ante una emoción fuerte o en la intimidad de su habitación mientras exploraban al otro. Pero ver descargas ajenas, siendo presionadas para intentar mantenerlo en el mundo de los vivos. Lo agotó y aterró por completo, le quito la fuerza de siquiera intentar nada.

El doctor Timothy dijo que estaba en un estado shock y le ordenó quedarse con Wonder Storm apesar de que faltaba mucha ayuda allá afuera.

Hace una semana, el suelo de South Park tembló como nunca antes y en medio de eso, la tierra se abrió dando pasó a quien se auto proclamó el motivo del fin del mundo.

La llegada del Anti cristo y su ejército de bestias infernales tomando a todos desprevenidos.

Las bestias no serían tan problemáticas, de no ser que parecía que por cada que destruían, otras dos aparecían en su lugar. Se movían en grupos enormes que eran difíciles retener o seguir. Siendo sus cualidades infernales inciertas en su totalidad ante lo repentino del asunto.

Por otra parte, el anticristo era metódico. Espero el día de acción de gracias para aparecer, dar un mensaje en medio de la noche donde muchos estaban indefensos en medio de los festejos y las copas de más. A un par de horas de su llegada el centro de la ciudad había caído, siendo consumido en sus llamas y los sobrevivientes devorados.

historias fugaces - South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora