he ✧ minimo

Ahora él tiene a su novio.

Todo marchaba bien para Minhee.

Y mal para Jungmo.

Realmente mal.

Había faltado un día al colegio por la gripe que contrajo al salir de su casa a media noche. Madrugada de hecho, a la cual tomó como un momento para pensar.

Pero contrario a la estampida de mensajes que esperaba por parte de su mejor amigo, recibió solo un "espera, ya contesto".

Y nunca lo hizo.

Cabe recalcar, ambos eran como mantequilla de maní y jalea (así se habían proclamado de niños, ya que se complementaban muy bien) y si uno faltaba, al otro se le caía el mundo, literalmente.

Siempre esperaban a la hora de la salida para visitarse y con muchas ansias recuperaban el día perdido. Así fue en todo momento, incluso en su adolescencia, eran inseparables. 

Pero hoy, al llegar a casa, luego de media hora después de que las clases concluyeran, se encontraba solo. Nadando en el silencio de su apartamento, recostado sobre el sofá.

Minhee no le escribía, así que se sentía aburrido.

Fue cerrando los ojos de a poco, sintiendo su cuerpo pesar y el atrayente calor envolverlo.

✧

Los constantes golpes estruendosos en la puerta principal lo despertaron. Estaba desorientado en su propia casa, mareado, con demasiado calor.

Tal vez era Minhee. Deseaba que lo fuera, quería abrazarlo, dejarse cuidar. Se encontraba muy mal físicamente, todo le daba vueltas.

—¿Wooyeon?

— ¡Jungmo! Gracias al cielo, estás bien—  Soltó un  suspiro sonoro, dándole a entender que estaba más tranquila — Te mandé demasiados textos ¿Por qué no los respondías, eh?— Habló a modo de reproche, pidiendo permiso para entrar.

—Ni los vi, dormí mañana y tarde, discúlpame Wooyi...— Comenzó a masajear su sien, aquél dolor se intensificaba.

Los mensajes.

¡Minhee!

Corrió hacia su celular para prenderlo.

Efectivamente Wooyeon le había enviado muchísimos.

Pero Minhee no, jamás volvió a escribir. Y su ultima conexión era de hace unos minutos.

¿Desilusionado, Jungmo?

No.

Sí.

—¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor? Te traje algunas cositas.

—Gracias, de verdad no debías hacerlo.

Le invitó a tomar asiento a su lado, en los minutos que ella llevaba hablándole, cabeceó incontables veces.

Se encontraba fatal.

— Tu me estás mintiendo, no te ves nada bien—Se inclinó hasta tenerlo cerca y llevó ambas manos a su rostro —Maldición ¡Ardes en fiebre!

Tal vez por eso tenía demasiado calor.

— El doctor... El doctor dijo que es normal. Estoy bien, Woo, solo tengo mucho sueño, demasiado.

Habló apenas, sintiendo una terrible  sed y el corazón latirle a una velocidad increíble. Le faltaba el aire.

—¿Debo llamar a Minhee? Tal vez sepa que hacer, no puedo dejarte así— Enunció agitada.

Sonrió débil, decaído.

—¿Minhee? Minhee está ocupado, no puedes llamarlo. Ahora él tiene a su novio.

Fue lo ultimo que dijo, para luego caer rendido entre los cojines del sofá.

✧

Podía sentir algo húmedo sobre mi cabeza, me costaba un poco respirar. Se sentía olor a comida en el aire y de repente, no sabía en donde estaba parado.

O acostado.

Pero sabía que estaba incómodo.

Me incorporé con dificultad, sintiendo mi nariz tapada.

Claro, la gripe.

— Despertaste.

Miré hacia la voz y me di cuenta que era Wooyeon. No se había ido todavía. Noté que en sus manos traía una bandeja con algo que se veía apetitoso.

—¿Qué ocurrió? Me duele el pecho, uh.

—Tranquilo, te dormiste porque estás mal, es común que te sientas así, tu cuerpo está con bajas defensas. Ven a comer, tienes que recuperar fuerzas.

—¿Cómo lo sabes?

—¡Oh! Llamé a tu mamá, en un principio me dijo que viniera a traerte unas cosas, pero no sabía que te encontraría en tales situaciones, por eso volví a llamarla y me indicó que hacer. Así que  ¡ta-dan! Te hice una sopa. Ah, y vendrá mañana temprano.

Sonrió.

— Gracias.

Correspondí a su sonrisa.

Hubiese querido enamorarme de ella, tan linda por dentro y por fuera.

Sin embargo, aquí estoy como todo un idiota, enamorado de mi mejor amigo, que hasta la hora, no me había escrito ni visitado pese a haberle dicho que estoy enfermo.

Aunque no era su obligación cuidarme ¿Verdad? Nunca lo fue.

Inevitablemente se sentía raro. Raro el hecho de ser cuidado por mi exvecina que por Minhee, como normalmente hacíamos.

Siempre nos cuidábamos mutuamente.

Nada más que hoy caí en cuenta nuevamente.

Minhee tiene a su novio. Y tengo que respetar que su tiempo se limita a él.

Muy posiblemente dejaré de verlo con frecuencia, de abrazarlo, de sentirlo... Algo que debo asumir antes de sentirme peor.

Pero estoy completamente seguro de que no me abandonaría. Jamás haría algo como eso.

Ahora bien ¿Y si lo hacía?

¿Cómo hacer para que no doliera?