One

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Selva Tropical.

—¡Líder! Informo que hemos recibido la invitación del evento que se realizará en la ciudad central, el Grupo Zen'in especificó reiteradamente que esperan ansiosos su presencia y participación en el evento célebre de este año—.

—¡Tsk! esos bastardos son un jodido dolor en el culo—.

Expresó un hombre imponente a su súbdito, con una obvia mueca de fastidio pintada en su duro rostro.

El joven aprendiz y fiel súbdito que informaba tal comunicado a su líder alfa, tragó saliva en grueso y apretó fuertemente sus manos unidas que estaban posicionadas detrás de su espalda, con una posición firme ante el gran trono donde estaba sentado un hombre que expedía poder, fuerza, autoridad, respeto. Pero sobre todo, miedo.

Aquel hombre de cabello rosado pálido, poseía ojos escarlatas intensos como la sangre, siendo inevitable dejar caer la mirada en él. Además, muchos consideraban a ese mismo hombre un espectáculo aterrador a la vista debido a las marcas de tigre, que lucían por todo su torso, brazos, hombros, cuello y parte de su rostro.

Marcas que eran producto de una transformación incompleta y que esta misma era hecha a propósito por el dueño de ellas. O simplemente lo hacía por diversión o mera satisfacción.

El joven aprendiz observa con obligación a su maestro sin poder anticipar que orden le dictaría este, al mismo tiempo que intentaba esconder sus nervios a flote. El chico agradecía a todos los dioses el hecho de que entre él y su maestro se interponía una larga y ostentosa mesa, separándoles con una prudente distancia para no tener que ser reprendido al mostrar debilidad frente a su líder.

—Aunque, pensándolo bien. Hace mucho tiempo no he colocado ni una sola "pata" en las calles urbanas de esa gran dichosa ciudad, ¿no crees Aron?—.

Replicó con su característica voz burlona, envuelta en un odioso cinismo y picardía.

—Así es líder, exactamente hace 13 años—.

Los curiosos ojos del torpe súbdito, estaban cargados de incertidumbre como sí tratará de adivinar cual sería la próxima jugada de su líder, y es que sabía perfectamente que el gran líder alfa del Clan Ryomen tenía un pasatiempo favorito de hacer lo impredecible a costa de su diversión y placer. Porque ello es su instinto salvaje, sin mencionar que también lo es, el dolor.

—Mocoso, envía una respuesta afirmativa sobre mi participación en el evento y nada más—.

—¿Ah? O sí, por supuesto líder...pero maestro, ¿me permite decirle algo?—.

—Ya estás hablando, ¿o no?—.

Sukuna le recriminó con su mirada.

—¡Sí, lo siento!. Pero quería recordarle que mi nombre es Aizen—.

—Ambos nombres comienzan por la "A", así que desaparece de mi vista antes de que te sirva como ofrenda de almuerzo a las panteras del clan vecino—.

La voz grave y profunda retumbó en las paredes de la enorme sala donde trabaja el aterrador tigre de bengala, por lo que inmediatamente se arrodilló en el suelo hecho de bambú, mostrando su debido respeto para luego levantarse y marcharse de ese lugar como alma que lleva el diablo, deseando poder cortar su lengua antes de decir estupideces que molestaban a su maestro.

Preguntándose a la vez, el por qué de repente el líder había aceptado la insistente invitación que fue recibida por tantos años y rechazada al mismo tiempo por parte del imponente alfa, sobre todo por ser una invitación al gran evento realizado por el Grupo Zen'in conformado por una poderosa familia o "manada" de lobos, que residía en la gran ciudad donde habitan humanos y cambia formas civiles.

SAVAGE EYES (SukuFushi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora