—Come—.
—¡No! esto es asqueroso, ¡está mirándome!—.
Megumi chilló repugnado y asqueado mientras observaba la cabeza degollada de un ciervo servida en el plato de su comida, la carne cruda del animal expedía un olor pútrido y la sangre hedionda se derramaba sobre la bandeja de plata. En presencia de esa despiadada mutilación, el omega sintió un revoltijo en el estómago y apartó la mirada de los ojos negros sin vida que lo observaban fijamente.
Los oscuros cielos habían caído sobre la frondosa selva y ambos cambia formas se prepararon para degustar la cena, el alfa tigre y el omega gato se encontraban sentados en una larga mesa hecha de bambú, esperando con apetito la comida. Sin embargo, cuando los platillos fueron depositados frente a ellos, el cuerpo de Megumi se habría balanceado hacia atrás cayendo de bruces en el suelo, de no haber sido por el soporte de la silla que sostenía su peso.
Nunca anticipó observar una macabra escena delante de sí, como aquella putrefacta e inerte cabeza de ciervo sobre el plato donde se supone que comería.
—Vamos, no está tan mal una vez que pruebas—.
Sukuna expresó con desdén, mientras desgarraba un pedazo de la carne sangrienta con la garra afilada de su mano, para luego dirigir el trozo hacia su boca y masticar gustosamente la dura piel del ciervo.
Por otro lado, Megumi observó horrorizado como el alfa tigre devoraba el animal muerto sin ninguna pizca de lástima o piedad, lograba sentir la bilis en su garganta estando a punto de vomitar cuando Sukuna arrancó un ojo viscoso del ciervo para tragarlo, limpiando después los restos de comida sobre los labios con su lengua roja.
—¡Claro que no!, ni en sueños podré comer un animal recién cazado a sangre fría—.
—Gatito, recuerda que estás en la selva tropical, aquí no existen platillos de restaurantes cinco estrellas, por lo que de esta forma se alimentan los cambia formas salvajes—.
—Da igual, me niego a comer esto, prefiero mil veces morir de hambre—.
Sukuna suspiró pesadamente entrecerrando los párpados con impaciencia, observando al obstinado azabache cruzar los brazos por encima del pecho y fruncir el ceño en señal de rabieta, negándose a ceder con aquellos hermosos y desafiantes orbes marinos.
—Bien, tú ganas minino gruñón. ¡Aron!—.
El fiel súbdito que se encontraba situado en la misma habitación pero alejado unos considerables metros, con el propósito de otorgarle privacidad a su líder y al invitado de honor, inmediatamente acató el llamado a pesar de haber sido nombrado de manera incorrecta...otra vez.
—¡Sí, líder!—.
—Ve al arroyo y caza unos cuantos peces, prende una fogata y los asas, rápido—.
—¡Sí, señor!—.
El joven aprendiz salió disparado de la habitación, para realizar en el menor tiempo posible la orden dictada por su líder.
—Espero que te guste el pescado, ¿es así?—.
Una leve risa escapó de los labios de Megumi, causada por el evidente temor y desespero que poseía el pobre chico que los acompañaba distante hace unos segundos, huyendo cómicamente despavorido de la habitación al escuchar la exigente orden del alfa tigre.
—Sí, de hecho es mi dieta porque soy un gato después de todo—.
Sukuna y Megumi tomaron al mismo tiempo las copas de cristales posadas sobre la mesa, para luego llenar estas de vino y hacer un brindis sin alguna razón en particular.

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SAVAGE EYES (SukuFushi)
Fanfiction"Como un pequeño gato perdido, entrando a la boca del tigre salvaje y depredador sin siquiera saberlo, todo como consecuencia de querer jugar. Así sería, ambos jugarían en esa noche fría y la luna sería testigo de aquellos amantes explorando sus cue...