Desde que tiene uso de razón, Midoriya Izuku ha visto algo que la gente normal no puede.
Él, a su corta edad de 4 años se percato que todas las personas a su alrededor tenian un extraño hilo rojo atado a su meñique. A medida que fue creciendo, quiso...
✧･ﾟ: *✧･ﾟ:*✧･ﾟ: *✧･ﾟ:*✧･ﾟ: *✧･ﾟ:* Nota antes de leer Los pensamientos de los personajes estarán escritos así:
Y como decirle algo tan complicado...?
Este pensamiento no está relacionado con el capítulo, sin nada más que decir Disfruten ;D ✧･ﾟ: *✧･ﾟ:*✧･ﾟ: *✧･ﾟ:*✧･ﾟ: *✧･ﾟ:*
—El día se hoy se nos reintegra el alumno Midoriya Izuku, por lo que les pediré que tengan cuidado y ojo en sus síntomas o si la herida por alguna razón se le abre notificar a algunos de los maestros o por si no queda nadie... Me llaman a mi—dijo esto último con pereza terminando de comunicar el pelinegro.
No tardo mucho cuando comenzaron a susurrar en cuanto el peliverde paso al salón caminando lentamente y colocando de vez en cuando su mano en donde se encontraba la herida, haciendo una mueca de dolor de vez en cuando.
—Todoroki, ayudalo con su asiento—le ordenó el mayor sabiendo la relación que tenían ambos chicos.
—E-Estoy bien A-Aizawa-sensei...—le dijo el pecoso nervioso haciendo una leve sonrisa.
—No recuerdo haberte preguntado si necesitabas ayuda, esta bien que seas independiente, pero de vez en cuando debes aceptar la ayuda de los demás, así que cállate y deja que Todoroki te ayude—le dijo con seriedad y cansado.
Pasaron unos segundos hasta que Todoroki-kun se levantó de su asiento y delicadamente colocará una mano en el antebrazo del peliverde, mientras que la otra la colocaba en la cintura, teniendo un cuidado mayor, llevándolo hasta su asiento, para soltar levemente al pecoso y acomodar la silla para que el más pequeño pudiera sentarse y el poder volver a su asiento el cual estaba a su lado...
Al principio el pecoso les había dicho a sus amigos que no necesitaba ayuda y que si el la necesitará no demoraría en decirlo, le dolía un poco al caminar, pero siempre se las arreglaba... Bueno no sólo... Durante días el pecoso al tener complicaciones siempre se encontraba con el de cabellos bicolores, como si fuera el destino que los une...
—¿Seguro que puedes ir solo al baño Midoriya? Debes bajar las escaleras—le preguntó nuevamente un Rubio que tenía una marca de rayo en su cabello.
—Tranquilo Denki-kun, estaré bien no te preocupes—le tranquilizó el pecoso con una sonrisa.
—Está bien... Te esperaremos en el salón de clases con Uraraka-chan...—dijo para ver como el pecoso bajaba un poco para después irse.
—Bueno... Esto es un poco difícil—se dijo a si mismo para soltar un poco la baranda de la escalera y tocarse el lugar de la herida por instinto al dolor, perdiendo el equilibrio un poco hasta que sintió como lo tomaban delicadamente un poco más arriba del estómago—G-Gracias...—dijo para girar la cabeza un poco y ver a aquellos ojos heterocromáticos tan cerca de él.
—No hay de que Midoriya—le dijo el más alto para seguir sosteniendolo hasta que llegaron al final de las escaleras—Si quieres, te puedo ayudar a subir cuando vuelvas...
—N-No así esta bien...—levemente bajaba la mirada hacia el piso evitando el contacto visual con el mayor.
—... Está bien, lamento si te molesto lo que hice, pero si estás en problemas te ayudaré, aunque te disguste—dijo algo desanimado para irse por las escaleras.
—... ¿Por que siento que esto es mi culpa...?—se susurró así mismo con tristeza.
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