Capítulo 8

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—¡Suerte cariño, recuerda tener cuidado en el campamento!—exclamó una mujer de cabellos verdes desde la puerta de aquel pequeño departamento.

Esa era una típica despedida de una madre viendo como por primera vez su pequeño salía a pasar tres días en un campamento de su escuela, estaba claro que ya no era un niño, pero para ella siempre lo sería aún cuando iría hasta ese lugar solo...

—¡Todoroki-kun te pido por favor que cuides a mi Izuku como nunca! —gritó por último la mujer más fuerte que antes, haciendo sonrojar de vergüenza al joven pecoso.

—¡M-Mamá!—gritó avergonzado el pecoso dándose la vuelta para verla.

—¡Lo haré con gusto Señora Midoriya!—exclamó el bicolor recibiendo una mirada de enojo acompañada por un puchero y un sonrojo.

—¡Que les vaya bien!—gritó por última vez para entrar a la casa.

—¿Por que me miras así?—preguntó el heterocromatico.

—Si haste el inocente, vamonos de aquí antes que mi mamá grite fe nuevo—dijo para comenzar a caminar con un sonrojo posado en sus mejillas.

—Es mejor, no queremos que te pongas como un tomate que está lo suficientemente maduro—comentó para acelerar su paso caminando a su lado.

—¿Tomate... Maduro?—preguntó bajo para acelerar a una tienda deteniéndose en el vitral viéndose la cara lo roja que estaba— E-Estoy... ¿¡Estoy muy rojo!?

—Pff—se escuchó un sonido peculiar logrando que se diera vuelta aquel peliverde viendo a su amigo riéndose con la mano derecha tapándose un poco la boca por aguantar la risa y cerrando los ojos.

—E-Eh... Que lindo... —susurró sin darse cuenta aquel pecoso.

—¿Eh?—percatandose de lo que el peliverde susurró lo miro dejándose de reír para ahora mirarlo con cara de asombro—¿Que... Dijiste Midoriya?

—E-Eh... Que llegaremos tarde Todoroki-kun así que corramos—le mintió el pecoso comenzando a correr con sus mejillas aún algo rojas.

Después de tanto correr hasta llegar a la escuela donde se veían a varios autobuses los cuales partirían en dirección al campamento al cual se dirigían, se podían ver a los dos profesores a cargo, nadie entendía porque estaban juntos si eran tan diferentes, El profesor Aizawa de Historia y Ciencias Sociales y Toshinori Yagi de Educación Física y Salud, uno extrovertido, animado y muy gracioso y el otro gruñon, estricto y muy desinteresado en otros asuntos no correspondientes a su materia, pero por lo menos tenían a un profesor que sin duda todo sería más divertido.

—B-Buenos... D-Dias P-Profesor A-All Migth—dijo entre cortado por lo cansado que había sido correr toda esa distancia aquel peliverde, all migth era uno de sus apodos más populares por su grandeza y su fuerza extraordinaria.

—¿Mm? Oh Joven Midoriya y Joven Todoroki ¿Por que están tan agitados? —preguntó con curiosidad dándose la vuelta viendolos mejor.

—V-Vinimos... Corriendo... Desde la casa de Midoriya... —dijo cansado el bicolor comenzando a enderesarse.

—Pero ¿Por que corriendo? Si son las 8:15 nos vamos a las 9:00 al campamento... Ahh se que les dije en clase que trataran de tener una vida más ejercitada, pero no deben esforzarse tanto—dijo con una sonrisa de orgullo al ver lo dedicados que eran aquellos chicos.

—P-Profesor All... Might nosotros... Solo corríamos por que-... —no pudo continuar ya que vio a su profesor dándose la vuelta para mirar a una persona que lo llamaba.

El Hilo de Nuestro AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora