Desde que tiene uso de razón, Midoriya Izuku ha visto algo que la gente normal no puede.
Él, a su corta edad de 4 años se percato que todas las personas a su alrededor tenian un extraño hilo rojo atado a su meñique. A medida que fue creciendo, quiso...
Estaba su asiento respectivo con un libro en sus manos y agradeciendo el haberse levantado más temprano de lo normal para poder seguir leyendo como le encantaba, pero el silencio profundo se vio afectado por un peliverde agitado.
*Pov Todoroki*
—¡Y-Ya llegué!—gritó aquel peliverde muy agitado.
—¿Por que estás tan agitado Midoriya?—pregunté con curiosidad.
—Pues, se supone que en mi despertador eran las 8:30, pero al parecer estaba mal la hora—dijo para reír algo nervioso.
—Bueno, por lo menos tienes algo de tiempo antes de que empiecen a llegar los demás—dije en un intento para calmarlo.
—Ese es un punto a favor—dijo para después sentarse en su lugar que casualmente estaba frente a mi—Por cierto Todoroki-kun ¿Por que llegaste tan temprano?—preguntó para darse vuelta y mirarme con sus ojos verdes esmeraldas.
—Me gusta el silencio cuando quiero leer, así que hoy me desperté más temprano de lo usual y comencé a leer aquí—dije para poder colocar el separador en mi libro.
—Oh, lamento si te interrumpí—dijo mientras bajaba la mirada.
—No, esta bien de alguna forma tu compañía es agradable—dije sin pensar.
—¿D-De verdad? Eso me alegra mucho—dijo para poner una de sus sonrisas radiantes.
Iba a responder pero fue en esos momentos en los que llegó algunos de nuestros compañeros interrumpiendo nuestra conversación.
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*Pov Mi*
Pasaron las horas hasta llegar al tan esperado receso para el almuerzo, donde todo alumno se reunía con su característico grupo de amigos o novias/os, era bastante claro con quien iba cada quien, pero no para un chico de cabellos bicolores, siendo el nuevo de la escuela aun no tenia algún grupo al que pertenecer hasta que llego un ángel peliverde.
—Todoroki-kun, si no tienes ningún lugar en el que te puedas sentar te puedes sentar con nosotros—dijo para comenzar a caminar hacia una mesa.
—¿Nosotros?—dijo siguiendo al peliverde hasta llegar a una mesa con algunos de sus compañeros.
—Sip, aquí nos reunimos, Lida-kun, Uraraka-chan, Denki-kun y Tsuyu-chan—dijo el pecoso para sonreír.
—Si no les molesta, espero poder sentarme aquí—dijo el heterocromatico dirigiéndose al grupo.
—No es ningún problema siempre es bueno tener a alguien nuevo gero—respondió una chica de cabellos verdosos.
—Estoy de acuerdo con mi Tsuyu es grato tener nueva compañia—dijo la chica de cabellos castaños— Y más si es el novio de nuestro Deku-kun—agregó con una sonrisa en su cara haciendo sonrojar al más pequeño.
