Can I hear you sing? 🎤MikaYuu [Concluida]

19🎤 Accidente

Era el noveno mes de embarazo de Yuichirou, irían al hospital a programar la cita para el parto.

Habían desayunado y preparado correctamente, pero no llevaron el auto, ambos querían caminar.

Salieron de su hogar y partieron al hospital. En su camino, veían personas que mostraban sentimientos negativos y otras no.

El estómago se le revolvio a Yuu, detuvo su andar para acariciar su vientre y calmarse.

—¿Qué pasa Yuu-Chan? —cuestiona el rubio viendo al menor, se paró frente a este cuando dejó de caminar.

—Me dió un mal presentimiento. Además se me revolvio el estómago. Siento mucha negatividad y eso me preocupa —responde con el ceño fruncido, aquella mueca que hizo mostraba que algo no andaba bien.

—Tranquilo, nada malo pasará. Yo estoy contigo y te voy a proteger a ti y a nuestra pequeña —comenta el mayor besando al más bajo —. ¿Ya te he dicho lo tierno que te ves con ese vestido y tú pancita? —inquiere con una sonrisa coqueta, su esposo se sonroja y sus labios forman una sonrisa tierna —. Te amo Yuu-Chan —nuevamente unen sus bocas creando un pequeño ósculo, se separan al sentir que la niña se movió.

—Yo también te amo, Mika —siguieron caminando después de aquello.

Platicaban tranquilos sobre sus próximos proyectos de sus carreras y demás.

Aquel miedo en Yuichirou se esfumó, no del todo.

Llegaron a un semáforo, había un poco de gente a su alrededor. Aquel artefacto se puso en rojo y se encendió el de los peatones.

El rubio fue el primero en pisar el pavimento, en cuanto estiró su mano para que el menor la tomara el motor de un coche a toda velocidad resonó en toda la calle. Lo que ocasionó que la pareja y personas voltearan a la dirección de este.

Yuu estaba apunto de gritarle a Mika que se quitará, pero fue demasiado tarde.

El sonido sordo del choque dejo en un shock al moreno, el más alto le miraba con los ojos muy abiertos, también mostraba que estaba en el mismo estado.

El coche freno y de este salió Basteya en el mismo estado que el azabache, solo que ella tenía lágrimas en sus ojos.

Una mujer estaba llamando a una ambulancia y su hija le tomó foto a las placas del coche.

—... ¡MIKAAAA! —gritó Yuu de manera desgarradora, tanto por su marido como los dolores que de parto que se hicieron presentes —. ¡AHHH! ¡MIKAA!

—¡Que sean dos ambulancias, por favor, un doncel está a punto de dar a luz! ¡Rápido! —exclama la mujer.

La ojirubí, rápidamente sube a su coche y lo enciende, pasa a un lado del cuerpo aún con vida de Mikaela, quien rezaba mentalmente por seguir vivo y poder conocer a su hija.

En pocos minutos llegaron las ambulancias acompañadas de una patrulla, a cada uno lo subieron en un vehículo diferente. Los prepararon y llevaron al hospital, el investigador interrogó a la mujer que llamo a la ambulancia, al igual que su hija, dijeron lo que quería e incluso la chica mostró la foto de la placa del auto.

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Una vez en el hospital, el pelinegro dió los datos que pudo tanto de él como de su marido.

A cada uno lo llevaron a quirófanos diferentes. A Mikaela le tendrían que realizar una operación larga para ver y poder arreglar los daños que hubo en su cuerpo y a Yuichirou, atender su parto.

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Tras varias horas, el azabache fue llevado a un cuarto, ya había dado a luz, sus hijos estaban sanos, no eran bebés prematuros. Y sí, tuvo un par de gemelitos. Una niña y un niño, fue una sorpresa tanto para el doctor como para él.

Estaba esperando noticias de su marido, tocaron su puerta y dejó pasar a sus padres y suegros, quienes les felicitaron por el nacimiento y agradecían que nada les haya pasado.

—¿Saben algo de Mika? —cuestiona sin alterarse mucho.

—N-no, aún no sabemos nada de mi bebé. Aún está en quirófano. Estoy pidiéndole a Dios por él —responde Ferid.

—Oh... ¿Llevaron la ropita con las enfermeras que se encargan de cuidar a los bebés? —cuestiona nuevamente el menor.

—Sí hijo, ya las llevamos. Pero vimos que la chica cambio a la niña y otro niño. Usó la otra muda para ese niño que no sabemos de quién es —responde el padre del azabache, quien le sonríe.

—Es tu otro nieto —dijo, los cuatro adultos le miran confundidos —. Sé que en el ultrasonido salió una niña, pero después del cuarto mes, la doctora decía que era un niño y después decía que era un niña, llegó a la conclusión de que podría ser hermafrodita, pero no fue así.

—Oh vaya... —expresa su madre.

Diez minutos después, Ferid y Crowley salen del cuarto para ir a la recepción y preguntar por su hijo.

Cuando la mujer les dijo que no sabía nada y que ella ya daba por muerto al rubio, el peli largo soltó en llanto, sintiendo como si una daga le atravesara el corazón, pero sabía que su hijo seguía vivo.

En pocos minutos apareció un cirujano, preguntó por los familiares de Mikaela, estos se le acercaron, el más bajo le atacó con preguntas, el médico lo tranquilizó dándole la buena y mala noticia.

Aquellos dos al escuchar eso se quedaron callados, se vieron entre si pensando si le tendrían que decir a Yuu o no.

—El joven tenía un anillo en su mano, ¿Es o era casado? —cuestiona el doctor.

—Es casado, su pareja acaba de dar a luz, está aquí mismo —responde Crowley, a quien le entregan la sortija.

—Se la quite antes de iniciar la operación, guardenla y hablén con la esposa de él —recomienda, por último les dicen el número de habitación del rubio para retirarse.

La pareja suspira y se abraza.

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—¿Q-qué? N-no entiendo —comenta el pelinegro con la sortija de su marido entre sus manos —. ¿Por qué...?

—Yuu, escucha. La operación fue complicada, sí, pero Mika está fuera de peligro, solo que está en coma y cuando despierte, puede que tenga indicios de amnesia. No sabemos que cosas no recuerde, solo hay que esperar —responde Crowley a la pregunta de su yerno, Ferid solo asintió.

Yuichirou miro la sortija, estaba esperanzado con que el rubio despertara y que al verlo le reconociera y se acordará de su matrimonio y su futura familia.

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Actualización: 16 de enero de 2021

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