Por fin el moreno volvio a su hogar, acompañado de sus hijos y padres.
Mikaela no había despertado, pero se propuso que al siguiente día iría a verlo aunque tendría que ir acompañado.
Cuando los acomodaron en los Moisés, los bebés se movieron un poco quejándose. Los Amane miraban a los nenes pero al ver que dejaron de hacer aquello los tres suspiraron aliviados. Sin duda los pequeños estaban buscando acomodarse.
Yuichirou tomó asiento en el sofá plegable sintiendo su cuerpo más relajado.
—¿Quieres que te lleve mañana a verlo, cariño? —cuestiona la mujer tomando las manos de su hijo.
—Sí, mami, gracias —ambos se abrazaron.
—Chika se parece mucho a ti hijo —dijo el padre del azabache.
—¿En serio? —inquiere el azabache menor.
—Sí, ¿sabes? Contigo fue un lío, ni siquiera sabíamos si ibas a ser niño o niña, eso era porque no te dejabas ver. Compramos ropa de diferentes colores pero solo pantalones, camisas y calcetines. Y bueno, ya sabes que paso con los vestidos. Tu madre los guardó para una buena ocasión y es ahora que se los daremos a tu pequeña —dijo el hombre acariciando dulcemente la mano de su hijo.
Dejaron que su primer retoño descansará, una enfermera llamada Chihiro fue a ayudarle a cuidar a sus hijos y un poco en quehaceres del hogar.
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Al día siguiente, Yuu y Akane fueron al hospital para que el moreno viera a su marido. Ya que la madre del moreno no pudo, simplemente los fue a dejar.
Aunque los bebés no podían entrar al cuarto. Estando afuera en la recepción, le avisaron al pelinegro que Mikaela ya había despertado solo que se encontraba dormido y tal vez tenía su sueño profundo.
Aún así, el pelinegro fue a su habitación, dejando que su amiga se quedará afuera cuidando a los bebés.
Una vez adentro, el moreno se acercó lentamente. Vestía un pantalón deportivo calientito y una sudadera unisex, la cual era rosada y bueno tenía su pelo suelto.Miro al rubio por un rato, suspiro feliz, se acercó poco a poco a este y le dió un tierno beso en los labios de su contrario. Luego se alejó con delicadeza para no lastimarse. Ya que su parto se dificultó y tuvieron que hacerle una cesárea.
—Hola mi amor. Ya estoy aquí como te prometí —dijo Yuu en voz baja —. Traje a los bebés. No podía dejarlos solos con la enfermera que me ayuda, ella... Es un tanto nerviosa cuando los bebés lloran. Sé que quieres verlos, como dije ese día son unos be-
—¿E-enfermera...? —inquiere el rubio abriendo sus ojos lentamente. El moreno quedó estupefacto ante aquello ni siquiera se movía. Cuando Mika logró ver quién era le pareció extraño ver a Yuu ahí —. ¿Y-Yuu-Chan? ¿Q-qué haces aquí? No creí que me vinieras a ver —comenta el mayor.
—¿Por qué lo dices? —pregunta el azabache un tanto confundido.
—Nos conocimos hace unos meses y tú... —mira la mano izquierda del otro —. Hasta estás casado —dice desilusionado y no sabía porque se sentía así.
—¿Q-qué...? No, no, dime qué esto no puede estar pasando —ruega en voz baja y escucha a sus hijos llorar —. Seguro tienen hambre —murmura viendo la puerta, la cual se abre dejando ver a su amiga un tanto agustiada —. Tráelos para acá por favor —pide y la chica le hace caso, además de que le ayuda a sentarse en un sofá.
Baja el cierre de su sudadera, y descubre su pecho, acercando a ambos bebés a sus pezones para que coman.
Luego de unos minutos, los gemilitos volvieron a su carreola. Akane se fue, ya que le salió compromiso, ahora aquellos dos se quedaron solos con los nenes.—¿Entonces tú novio y tú se casaron? —el otro le mira un tanto alarmado.
—¿Te refieres a Narumi? —el mayor asiente en respuesta —. Agradezco a Dios que no me case con él. Pero cambiando de tema, ¿Sabes en qué año estamos? —cuestiona otra vez pero con un tono preocupado.
—... ¿En el dos mil veinte? —responde a forma de pregunta —. Pero sigo sin entender como es que te emba- —el menor interrumpe.
—Mika, dentro de unas semanas será el dos mil veintidós. Hace unos días tuviste un accidente y ese día nacieron ellos dos. Aunque no sabía qué venía con una sorpresa de más —dijo, buscando esperanza de que el mayor recordara un poco.
Aunque lo único que recibió, fue una mirada de confusión. Suspiró de manera silenciosa. Sacó su teléfono y le envío un mensaje a su hermano, pidiéndole que pusiera las fotos que tenía con Mikaela en su habitación, en una de las mesitas de noche y que después fuera por él.
Esperaba que Mei no malinterpretara lo que quería hacer.Nuevamente suspira guardando su celular en la pañalera.
—¿Ya te dijo el doctor lo que tienes? —custiona el moreno, a lo que el rubio asiente en respuesta.
—Me dijo que tengo un tipo amnesia. Tal vez tarde en recordar varias cosas, y bueno necesitaré el apoyo de las personas que más aprecio. Aunque no creo que pueda vivir solo —dijo.
—Yo te puedo ayudar, formé parte de tu vida apartir de septiembre de dos mil veinte, aparte, vendiste tu departamento, por mientras te has quedado en mi casa. Desde hace nueve meses —dijo, el mayor se sonrojó y luego sonrió.
—E-está bien —titubea un poco, no sabía porque pero se sentía alegre de que Yuu no estuviera casado con Narumi, pero quería saber quién era su marido y padre de sus hijos —. ¿Puedo ver a los bebés y bueno... También puedo cargarlos? —inquiere un poco apenado.
—Claro —responde el menor con una sonrisa, lleva con mucho cuidado la carreola y al estar cerca, Mikaela los mira con un brillo de felicidad en sus ojos, Yuichirou le da a la pequeña y luego al pequeño.
Al cabo de un rato, Mei llegó. Ayudó a su hermano a poner los bebés en la carreola, se despidieron y se fueron.
Poco después llegaron los padres del rubio. Los tres hablaron tranquilos y notaron que su hijo se veía feliz. Le cuestionaron el porque de su felicidad, este respondió que vio al ser más hermoso del mundo y a los hijos de este. Les contó sobre Yuu y de que vivía con él. El peli largo estaba feliz de escuchar a su hijo hablar de su yerno, al parecer se acordaba un poco. Crowley estaba pensando que su yerno sería la mejor opción para que mejorará en su estado.
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Actualización: 24 de enero de 2021
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Can I hear you sing? 🎤MikaYuu [Concluida]
Random"¿Puedo escucharte cantar? No me importa si ya te escuché, sólo quiero oír tu voz y perderme en el calor de tus brazos. Hazme sentir bien... Hazme sentir que tengo vida... Hazme sentir... Lo que otros amores no pudieron... Haz que mi cuerpo se estre...