Difícil Situación《Gastina》|✔| #DD2

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La semana había sido todo un dolor de cabeza.

Tenía aproximadamente unos cinco exámenes en puerta, por lo que me la pase estudiando día y noche, combinado con las clases donde tenía que aprender los nuevos temas, más el trabajo en el restaurante. Apenas había dormido durante esa semana. Me levantaba una hora más temprano a lo acostumbrado para estudiar, y desayunaba estudiando, lo cual no era una molestia porque Jorge y Alex estaban igual. En la noche llegaba y cenábamos estudiando. La mesa se iba a romper de tantos libros sobre ella.

Me quedaba hasta tarde leyendo mis anotaciones. No es que sea difícil, dentro de todo, conocía cada tema pero los profesores tenían esa manía de buscar incluso temas que no van con nuestra carrera con tal de vernos fallar. Había aprendido que varios profesores no practicaban su profesión con pasión. Además, eran demasiadas asignaturas y tenía miedo de confundirlas y terminar respondiendo a las preguntas de manera cruzada.

Cada receso entre clases me lo pasaba estudiando, de vez en cuando hacía grupos de estudio con algunos compañeros para no pasar solo todo el proceso. Todos estábamos igual de estresados y, extrañamente, era reconfortante estar todos unidos por la misma causa. Si uno estaba perdido, todos lo estábamos. Nos apoyábamos demasiado, no existía competitividad lo cual era sumamente gratificante. Sabía que no podía dudar al momento de pedir su ayuda.

En el trabajo ocurría lo mismo, cada vez que no había clientes en mi zona, me dedicaba a estudiar sobre la barra. Estaba tan sumido en mis libros que apenas notaba a mi alrededor, solo cuando una mesa me solicitaba. Lo cual no era tan malo considerando que trabajo con Nina.

Las cosas con ella eran otra razón por la que mi semana había sido de infarto. Luego del beso las cosas se habían tornado incómodas, como lo supuse. No nos dirigíamos la palabra más que para hablar del inventario, o del dinero ganado, solo de cosas de trabajo. Nina me evitaba, solo me saludaba al verme pero nada más. No quería compartir el mismo espacio conmigo, y eso era notorio.

Incluso, nuestras vueltas al campus en el auto habían acabado. Todas las noches, James iba a buscarla y ella corría a su auto apurada que a veces ni siquiera se despedía. No podía, siquiera, quedarme a esperar por su llegada junto con ella unos segundos, porque James siempre llegaba diez minutos antes que nuestro horario de salida.

Veía las actitudes de Nina con él. Se arrepentía de besarme, y estaba seguro de que quería contarle a James la verdad, pero aún no lo había hecho. No sabía con exactitud que pasaba por su mente pero podía apostar que no quería lastimarlo. Ella siempre fue partidaria de la honestidad, así que podía adivinar que llevaba una lucha consigo misma en estos momentos.

No me interesaba si le contaba o no. Solo quería volver el tiempo atrás y no haberla besado, no porque no quisiera, sino porque no me gustaba el daño que mi impulso le había causado a Nina. De todas las personas del mundo, es a ella a quien justamente no quería dañar. Lamentablemente, fue lo que hice.

Como sea, el estudio me volvía loco, pero en el trabajo era una gran ayuda. Me distraía de la indiferencia de Nina y de la incomodidad que eso traía.

Pero, como todo, llegó a su fin. Terminé de rendir mis exámenes y, aunque estaba ansioso por saber los resultados, decidí quedarme en el departamento a recuperar mis preciadas horas de sueño. Tan poco dormía que incluso tuve que usar maquillaje—cosa que solo había usado una vez en mi vida cuando me golpeé un ojo—,para poder tapar mis ojeras. No sé cuanto tiempo pasé durmiendo ese día, aprovechando que era sábado, pero no fue suficiente porque terminé enfadado con mi celular por despertarme.

Se trataba de una llamada, lo había encendido después de tanto tiempo. Y es que, luego de lo de Nina lo apague porque no quería hablar con nadie, después con la llegada de los exámenes, lo.apagué porque no podía hablar con nadie. Ahora, ya encendido, titilaba una llamada de Matteo.