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Terminé mi desayuno y me dispuse a ordenar mis útiles para ir a la universidad. Del otro lado de la habitación, Jorge se encontraba haciendo lo mismo.

—Por cierto, hoy no vengo a dormir—avisó.

—No es viernes para que salgas así como así, tienes responsabilidades—lo regañé yendo a la cocina por un vaso de agua.

—Ya suenas a mi padre—mencionó logrando que suelte una estruendosa carcajada.

Jorge era tan liberal y despreocupado que no podía evitar ser quien le recordara cada una de sus responsabilidades. Axel era centrado, mucho más que yo, de hecho, era él quien cuidaba de Jorge y de mí, pero desde que estaba en pareja es como si hubiera vuelto a la edad del pavo. Los efectos del amor. No podía evitar actuar como padre a veces.

—Oye, hablando de eso—regresé a mi cama por mi mochila.—Tal vez ya va siendo hora de que Martina se entere de que tu orientación sexual no admite mujeres.

Mencioné logrando que detenga lo que estaba haciendo para mirarme. Frunció el ceño antes de hablar.

—No le veo de importante para nuestra amistad, además de seguro ya lo habrá notado—le restó importancia y se puso la mochila al hombro.—Digo es obvio que soy sarcástico cuando hablo de las minas que "me llevo a la cama"—comentó haciendo comillas con sus dedos ante sus últimas palabras.

—Yo creo que no se dio cuenta—ambos caminamos a la salida del departamento.—Eres coqueto, coqueteas con cada persona que se te pasa por el frente, y con Martina no fue diferente.

—Bueno, pero...

—Martina podrá fingir ser indiferente a todo y odiosa, pero en el fondo tus atenciones la están ilusionando—mencioné mientras salíamos del lugar y cerraba con llave.

—¿Crees que se llevó ideas equivocadas?—me preguntó preocupado.

—No sería la primera vez que te pasa.

Eso era cierto, Jorge era un encanto con todo el mundo, sin importar su género y varias chicas habían terminado fascinadas con su trato hacia ellas. Jorge solo era amable y divertido, pero más de una vez coqueteaba, no lo hacía a propósito, simplemente le salía natural. Era parte de su naturaleza, que por más que trataba de cambiar, no podía hacerlo.

—Tal vez deba decírselo—mencionó mientras llegábamos al estacionamiento para subir a mi auto.

—Será lo mejor, igual puedes ir dándole pistas, ¿no?

—Supongo que sí, gracias por decirme, te juro que no lo había notado—dijo sonriendo.

Cuando estábamos por subir al auto, Jorge vio a Nina con sus amigas salir del otro edificio y no pudo evitar invitarlas a que las lleváramos. Después de todo, íbamos a la misma universidad. Resignado, me subí al asiento piloto y esperé a que las tres llegaran.

Las saludé con un asentimiento de cabeza y una pequeña sonrisa, deseando que no se notara mi incomodidad. Hice todo lo posible para no tener ningún tipo de contacto visual con Nina, era lo último que deseaba. Agradecía muy en el fondo que Jorge estuviera con nosotros, eso hacía que el camino se mantuviera ruidoso. Mientras manejaba en silencio, ellos conversaban entre bromas y risas.

—¿Está todo bien?—preguntó cuando terminamos de despedirnos de ellas al llegar, y las vimos bastante alejadas.

—Sí, ¿por qué?—caminamos hacia nuestro salón.

—Desde hace días que te vengo notando distraído y deprimido—mencionó, al parecer era bastante obvio con mis emociones.—Además, no pasas tanto tiempo con nosotros, estas solo con Valentina, y ahora, en el camino estuviste muy callado, ¿problemas con Nina?

¡Ding, ding, ding!¡Tenemos un ganador! Aunque no sé si pueden considerarse problemas, siendo que no discutimos en ningún momento.

—Estamos manteniendo distancia—mencioné.

—¿Por qué?

—Tiene novio, y no puedes ser amigo de tu ex que te besó, y que admitió seguir enamorado de ti, si estas en pareja.

Jorge me miró anonadado mientras ingresamos a nuestra primera clase del día. Se mantuvo en silencio un rato.

—Vaya, tu vida es todo un drama—fue lo único que pudo decir, me reí dándole la razón.—Lamento que tengas que pasar por eso.

Vi su rostro convertido en una mueca. Suspiré fuertemente.

—Yo también.

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Terminé de limpiar la última mesa y me fui a la barra para esperar a que algún otro cliente precisara de algo. El trabajo en semana era muy bajo pero al menos me entretenía. Supiré al ver que Nina llegaba a mi lado y empecé a limpiar la barra para fingir que estaba haciendo algo importante.

Las cosas entre nosotros cada vez eran más incómodas que siempre buscaba algún pretexto para no compartir momentos con ella. Estaba seguro que si Nina lo notaba, no hacía nada por evitarlo. En el fondo, ella agradecía la distancia.

—¿Será que podemos hablar?

Sentí su voz y me giré a verla sorprendido. Mi ceño se frunció por la confusión, sinceramente, no esperaba que ella decidiera romper el silencio que habíamos formado.

—Em... sí, claro—dejé el trapo a un lado y me dediqué a observarla para tener una mejor conversación. Asegurándome primero que nadie necesitara de nuestra presencia.

—Siento que la última vez que hablamos fui un poco insensible—murmuró jugando con sus manos y evitando mirarme a los ojos.

Recordaba esa vez. Fue luego del beso. Era imposible olvidarla a decir verdad.

—No te preocupes, te conozco y de seguro te puso nerviosa la situación—sonreí tratando de restarle importancia.—Me disculpo de nuevo por eso.

—Aún así, debí haber dicho más—insistió.—Es que el momento me sobrepasó, estaba muy nerviosa y no podía parar de pensar en lo que le había hecho a James y...

—Repito que lo entiendo—la interrumpí al ver que empezaba a hablar tan rápido y sus palabras chocaban entre sí.—En serio no tienes que preocuparte.

—Pero lo hago—esta vez si me miró, no pude evitar sentirme culpable cuando vi su rostro preocupado.—Cuando confesaste que aún sentías cosas por mí fue peor, porque esperaba solo hubiera sido un impulso, y no fue así, además dejé eso como si fuera nada.

—Realmente, no sé si quisiera hablar de esto—murmuré girando mi rostro avergonzado.

—Lo último que quise fue ilusionarte con un regreso—continuó.—Eres una persona asombrosa, Gastón, tengo hermosos recuerdos a tu lado y siempre serás especial para mí—giré a verla cuando escuché su voz quebrada. Estaba conteniendo sus lágrimas, lo cual me haría sentir peor a mí.

«Y lamento tanto haberte dañado. Esa fue una de las razones por las que me alejé estas semanas. No quería seguir lastimándote, por lo que pensé que si manteníamos una relación sumamente profesional sería mas fácil para vos—comentó, pues en eso tenía razón.—Solo que ahora pienso que debía disculparme y explicarte. Lamento como sucedieron las cosas, y agradezco que lo entiendas»

Me mantuve en silencio por unos minutos y asentí sonriendo con la boca cerrada.

—Lo entiendo, no hay problema—murmuré.

—Gracias—susurró y vi en ella las intenciones de abrazarme, más se retuvo a sí misma y fue a atender a uno de los clientes.

Entendía a Nina, y quería su felicidad, pero eso no hacía que doliera menos. Al menos ella estaba bien, debía conformarme con eso.

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Editado.
13.01.2022

Difícil Situación《Gastina》|✔| #DD2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora