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El tiempo solo iba pasando, y cada vez era peor. Las semanas en el trabajo eran una tortura. Cuando había mucha clientela, era pesado, sí, y mucho, pero al menos eso evitaba tener que relacionarme con Nina y mantenía mi mente ocupada.

Sin embargo, cuando no había mucha gente, y yo podía estar en paz conmigo mismo, el silencio con Nina no hacía más que incrementar la incomodidad entre nosotros. Estaba seguro de que ella lo había notado, y es por eso que iba a la cocina a hablar con alguien más. Yo me dedicaba a centrarme en el estudio. Solo que cada vez era más difícil.

En el descanso del trabajo, centraba mi vista a mis apuntes, pero todo lo demás estaba en otras partes. Mis oídos escuchaban la voz de Nina y su risa llenar el espacio. Mi nariz conocía tan distinguidamente su aroma, que podía determinar si se encontraba demasiado cerca o lejos de mi persona. Ni hablar de mi cuerpo que se tensaba o ponía nervioso cada vez que presentía su cercanía.

De vez en cuando, solía mirarla de reojo, me gustaba verla tan cómodamente con los demás y saber que ya no lo era conmigo. Me hacía daño a mi mismo haciéndolo pero no lo podía evitar. A veces, cuando notaba mi presencia, solía sonreírme. Sabía perfectamente que solo lo hacía por educación, pero eso no evitaba que mi corazón saltara de alegría al notar que me sonreía de vuelta. Solo que luego, le dedicaba una sonrisa más grande a su novio cuando iba a buscarla al trabajo. Eso mataba mis esperanzas, y de igual manera, todos los días buscaba la forma de que volviera a sonreírme.

Supongo que a eso se le puede llamar una especie de masoquismo, ¿no? Me dolía. Me dolía amarla. Me dolía amarla y saber que ella no me correspondía, pero a la vez no podía dejar de hacerlo. Y lo intentaba. Varias veces. Trataba de salir con mis amigos, distraer mi mente en otras actividades, dedicarme al estudio, y nada parecía ser suficiente.

Esto me recordaba bastante a un suceso que viví anteriormente, y que, irónicamente, involucraba a la misma chica. Cuando ella y yo terminamos me sentía de la misma manera.

Claro que esa vez fue más sencillo. Fue sencillo porque no tenía que verla todos los días. Porque ella no estaba con nadie más. Porque no veía su alegría con otras personas y su incomodidad conmigo. Fue sencillo porque no vivía en el mismo lugar que yo.

Bien dicen que superar a alguien es más fácil cuando no lo ves. El verdadero desafío es enfrentar a esa persona.

Supongo que yo acababa de entrar a ese desafío, y también supongo que lo superé.

Lo supe cuando salí del local y lo primero que vieron mis ojos fue a Nina recibiendo a besos a su novio. Los vi en silencio y sonreí.

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Sonreí ante lo último que mencionó mi profesor y salí del curso. Afuera, me esperaba Valentina impaciente.

Acababa de rendir mi último examen antes de las vacaciones de verano y ella quiso rendir el mismo conmigo. Alex y Jorge harían uno al día siguiente sobre otra materia, por lo que ahora estaban estudiando.

—¿Cómo te fue?—se acercó ansiosa.

—Aprobado—presumí riendo cuando escuché un chillido de su parte y me abrazaba efusivamente.

Ambos sabíamos lo mucho que nos habíamos esforzado para aprobar ese examen. Habían sido horas y horas de estudio, con demasiado café en el cuerpo y poco tiempo de sueño. Apenas si había dormido esa semana, pero cada maldito segundo.

Difícil Situación《Gastina》|✔| #DD2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora