Capítulo:4

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Seo-Jo.

Para alguien que se había sentido fea la mayor parte de su vida lograr vestir algo con lo que se sintiera comoda y bonita, era una misión casi imposible, pero ella lo había logrado. Miró con una sonrisa a su reflejo, el vestido rosa pálido le sentaba muy bien, la hacía ver tierna, le encantaba que de manera discreta abrazará su figura, y que llegara hasta las rodillas.

Solo se colocó un poco de labial rosa, y uso muy poca máscara de pestañas, miró la tiara de flores que venía junto con el vestido ¿Debería usarla? Se mordió el labio nerviosa, Sango le había dicho que se atreviera a usar lo que le gustaba, y en de...

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Solo se colocó un poco de labial rosa, y uso muy poca máscara de pestañas, miró la tiara de flores que venía junto con el vestido ¿Debería usarla? Se mordió el labio nerviosa, Sango le había dicho que se atreviera a usar lo que le gustaba, y en definitiva, esa tiara le gustaba mucho, miró su cabello, le llegaba a un poco más abajo de los hombros, y se veía aburrido, con algo de vergüenza se colocó el adorno en la cabeza, se sorprendió al ver que no se veía ridícula, es más, podía atreverse a sentirse bonita.

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Sesshomaru estaba nervioso, había pasado las últimas dos semanas hablando con Aome, y debía admitir que convencerla de tener una cita había sido difícil, pero hoy por fin, después de muchas videollamadas y mensajes, se volverían a ver, ahora, solo ellos dos, ella sería solo para él y nadie más, deseaba tanto tomarla de la mano, besarla, hundir sus manos en su cabello negro, pero más que nada, quería verla reír, contuvo un suspiro, Aome, su pequeño ángel, tan inocente, tan pura, y muy joven para él.

Se sentía como un viejo, la azabache estaba en la flor de la juventud, y él ya era un hombre de 32 años, eso lo hacía sentir cierta molestia, tal vez Aome solo lo quisiera como un amigo, y si las cosas eran así, no podía culparla, ella aún tenía mucha gente por conocer. Le dió otro sorbo al té de menta, entonces la miró, su pequeño ángel, ¿Aome tenía idea de lo angelical que podía llegar a verse? Tal vez lo sabía, y se vestía de esa manera a propósito, sonrió cuando sus ojos conectaron, extrañaba de manera alarmante que esos labios rosados volvieran a besarlo.

—. Hola Sesshomaru— el dulce olor a fresas le acarició la nariz, le encantaba que ella usará olores frutales, solo la volvían más apetecible, más inocente, se levantó de la silla y camino hacia ella.

—. Hola Aome— le dió un beso en la mejilla, muy cerca de la boca, le dió una sonrisa, y la azabache solo atinó a sonrojarse de manera escandalosa, ah... Dios, nadie debía ser tan linda como ella. Le ayudó a sentarse y él volvió a donde estaba, quedando frente a ella en la pequeña, pero cómoda mesa—, el mesero llegará pronto— Aome asintió con el sonrojo aún quemandole las mejillas, el peliplata se bebió un sorbo de té intentando combatir la sequedad en su boca, definitivamente, esa tarde, en ese café, él estaba sentado junto a la chica más bonita de todo el lugar.

—. Es un lugar muy bonito— dijo Aome mirando las paredes decoradas con flores disecadas y enmarcadas como si estuvieran en algún museo, o jardín botánico, también habían muchas flores frescas, dando calidez al lugar.

El Novio De Mi Prima (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora