Capítulo:2

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“Dame de tú vida y de tú tiempo, que te quiero conocer—
Cha cha, Jean Long

En su corta vida le habían robado tres besos.

Primero Jo Xian, un ex-compañero de clases, él a los trece le había robado su primer beso, cabe decir que él pobre chico término con la nariz rota cuando ella lo golpeó por haberle robado dicho beso.

El segundo, Seun Beak, un aprendiz de panadero, al igual que ella, el año pasado le robó un beso, ahora el chico tal vez era estéril después de la patada en la ingle que le dió cuando le hizo semejante abuso.

Ahora, a sus veinte años, un atractivo hombre, Sesshomaru Taisho, le daba el mejor beso que le habían robado en su vida, solo había un insignificante problema, aún no se decidía entre golpearlo, o darle otro beso.

Separó sus labios, la respiración le corría con locura, sus manos estaban aferradas a las solapas del saco de Sesshomaru, y le temblaban un poco, en realidad, todo su cuerpo temblaba levemente, estaba parada sobre la punta de sus pies, así que miró los brillantes ojos ámbar, era como ver el sol, entonces lo decidió de inmediato.

—. Lo siento— dijo con la respiración entre cortada—, no sentí nada— miró esos bonitos ojos ámbar y se dijo a sí misma que era la mentirosa más tonta del mundo.

—. Yo...— ni siquiera lo dejo hablar, sus labios buscaron de nuevo a esos descarados que, segundos antes le habían robado un beso, él respondió con la misma ansiedad, sintió como cada parte de su cuerpo ardía, y solo quiso más de los dulces labios de Sesshomaru, todo su cuerpo vibraba de éxtasis, se sintió viva.

—¿Aome?— ¡Mierda! Ni siquiera supo que podía ser tan rápida, pero en cuestión de segundos reaccionó, se soltó de los brazos que la abrazaban, y se tambaleó un poco cuando sus pies tocaron el piso.

—. Rin...— ¿Como mierdas explicaría esto? La pequeña los miraba con un fuerte sonrojo, y no era para menos, los vio besarse, también se veía sumamente confundida, debía hacer algo.

Sesshomaru estaba un poco avergonzado, no esperaba que la más pequeña de las Higurashi los encontrará en tremenda escena, miró a la azabache que aún no salía de su estupudor.

—¡Pervertido!— grito la azabache, y antes de poder imaginarlo, la pequeña, pero fuerte mano de la chica le dió una bofetada, se congeló, si no recordaba mal ¡Ella también lo había besado!.

La pequeña los miraba llená de asombro, y no la culpaba, ella tenía roja toda la cara y Sesshomaru se sostenía la mejilla que le había abofeteado, ¿Como explicaría que le había metido la lengua al atractivo chico que traían para Kagura?.

— Rin...— ¿Que le diría? “¿No viste nada, o, solo olvida lo que viste?” no podía decir algo como eso.

—. Te espero en el auto— la pequeña, con un marcado sonrojo que disimuló encogiendo los hombros, se alejó de ellos, regreso los ojos al guapo hombre frente a ella, se sintió como una completa loca, no debió darle esa bofetada.

—. Perdón por la bofetada— se disculpó, él solo asintió serio y eso le revolvió el estómago, Sesshomaru daba mucho miedo así—, entre en pánico— se tapó la cara con las manos, quiso llorar por la vergüenza, los cálidos brazos del peliplata la abrazaron y ella se acomodo en su pecho, correspondiendo el cálido gesto, sonrió nostálgica, él se sentía como un refugio, un vacío se instaló en su pecho, sí no quería terminar llorando en la ducha y después comer dos galones de helado, debía alejarse de Sesshomaru lo más pronto posible.

—. Te perdono si salimos el sábado a cenar— eso solo la impulsó a soltarse de nuevo de su abrazo, miró esos ojos ámbar buscando falsedad, pero lo único que vio fue unos cálidos ojos como el sol, ¿Quien puede desconfiar de la calidez del sol? Nadie, entonces, ¿Como podría dudar de esos dos soles que la veían con sinceridad y ternura?.

—. No eres para mí— murmuró bajito, él solo sonrió de lado.

—. Conozco a tus primas desde hace mucho tiempo— se acercó a ella y le acarició las mejillas, se estremeció al sentir las ásperas y cálidas manos acariciar su piel—, son lindas— él abmitio sin tapujos—, pero les falta humildad, amabilidad, y un montón de cosas más—ella no tenía pruebas, pero tampoco dudas—, en cambio tú, eres la más bella de las Higurashi— sus mejillas volvieron a colorearse de carmín, nadie le había dicho eso, su corazón pálpito como si estuviera corriendo una maratón—, no usas ropa provocativa, ni demasiado maquillaje, eres dulce, amable, tienes los pies en la tierra— miró con admiración al hombre frente a ella, le costó creer que él viera todo eso en ella, solo habían compartido pocas horas—, quiero conocer todo de tí, eres lo más interesante que he encontrado en mi vida, déjame conocerte— estaba convencida, Sesshomaru era el hombre perfecto. Pero ella, era un ser tan imperfecto y lleno de inseguridades, no podía, ni debía, darse el lujo de soñar con tener más de lo que podría tener.

Se apartó dejando espacio entre ellos, sintió un poco de frío, se abrazo a sí misma, pero sus propios brazos no eran tan cálidos como los de Sesshomaru—. Ha sido muy amable conmigo— hizo una reverencia de agradecimiento—, muchas gracias— sonrió lo mejor que pudo en ese momento, Sesshomaru había sido para ella esa tarde, como un espejismo para su maltrecho autoestima, debía abmitir que sentía su orgullo recargado para la próxima década, se lo agradecería por siempre—, espero que su vida sea muy buena señor Sesshomaru— él la miró confundido, ¿Ella lo estaba rechazando con amabilidad? Había rechazado a tantas mujeres de maneras tan despiadadas, que recibir un rechazo tan sutil y amable era como recibir una cachetada de la vida.

—. Aome...—

—. Ha sido muy amable— ella lo interrumpió—, muy pocos hombres han sido amables conmigo cuando mis primas están cerca— vio un destello de dolor en sus ojos chocolate, sus entrañas se removieron, ella era tan amable y fuerte, conocía perfectamente a las primas de la azabache, eran mujeres vanidosas, poco amables, no le extrañaría que tratarán mal a Aome.

—. Aome— oírlo pronunciar su nombre le removió el corazón—, tengamos una cita— quería aceptar con todo su corazón salir con él, está era la segunda vez que se lo pedía, pero no quería exponerse a la furia de Kagura, sus tías y primas, debía arriesgar mucho. Su corazón dolió, pero optaría por mantener la paz con su prima.

—. No puedo— le dio una sonrisa llena de tristeza—, pero agradezco su interés en mí— se acercó a él, antes de soltarlo completamente, haría su último acto de valentía, se colocó de puntillas y unió sus labios con los del peliplata, lo hizo con delicadeza, y dulzura, quería darle un buen beso, uno para recordar con cariño, un beso que la representara, cerró los ojos, dejando ser el momento.

Sus brazos se engancharon en su cuello, juntando sus cuerpos, mezclando sus perfumes, dejando su olor en el otro, con dulzura acarició los labios de Sesshomaru, cada sentido de su cuerpo despertó, y memorizo ese momento, atesoraria este beso con Sesshomaru, porque estaba segura, sería el último.

Lentamente separó sus labios, y sus pies volvieron a tocar el suelo, le dió una última sonrisa al peliplata—. Gracias por su amabilidad— se giró y camino hacia su auto, que estaba estacionado al otro lado de la calle, Rin la miraba como si fuera sí ídolo, se avergonzó de inmediato, la pequeña había visto todo, lo más probable era que mal entendiera las cosas.

Tenía tanto que explicar, y ni siquiera sabía por donde comenzaría. Suspiró, Sesshomaru aún después de renunciar a conocerlo, le traería muchos problemas, más de los que le gustaba tener.


Continuará...

Gracias por leer.

Atte: Lovestruck

El Novio De Mi Prima (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora