ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 11

736 153 53
                                    

ᴠɪᴇʀɴᴇꜱ, 15 ᴅᴇ ᴍᴀʏᴏ

ᴀᴋᴀᴀꜱʜɪ

Me miro al espejo una última vez, comprobando que tengo el cuello del jersey correctamente doblado. Ladeo la cabeza para fijarme en una mancha casi invisible en la tela y frunzo el ceño, contrariado. Un punzante dolor en la sien derecha hace que cierre los ojos un instante y suelte un gemido.

- Malditas migrañas.- susurro volviendo a abrir los ojos.

Me dedico una mirada de refilón. A continuación me regaño mentalmente por haber hecho horas extras ayer, pero acabo dejándolo pasar por el persiste dolor y porque, al fin y al cabo, es mi trabajo. Desvío la mirada y camino hasta la cocina en busca de una pastilla que me alivie.

"Eso debería ser suficiente para todo el día." pienso mientras bajo la mirada al suelo. "No tengo tiempo que perder. En una hora me he citado con Bokuto en la estación." continuo con mis pensamientos.

Cuando llego al salón y alzo la mirada del suelo la habitación parece moverse y tengo que apoyarme en el respaldo del sofá para no caerme. Ejerzo fuerza en la tela, clavando las uñas, y hago el amago de controlar un dolor que no deja de incrementar a medida que la sensación de vértigo se hace presente.

Cierro los ojos en respuesta, pero nada funciona. El estomago me da un vuelco y un sabor extraño se instala en mi lengua, recordándome que ayer no cené y que aun no he desayunado.

Mi cuerpo se tambalea y comienzo a deslizarme por el sofá, dando un traspié y cayendo al suelo de lado. La habitación se nubla al momento y en lo único que pienso, antes de desmayarme, es que llegaré tarde.

. . .

Abro los ojos poco a poco. La habitación está a oscuras y siento el cuerpo destemplado. Parpadeo un par de veces antes de incorporarme lentamente, con ligeros mareos por el esfuerzo, hasta quedar sentado en el suelo. Me llevo la mano derecha a la cabeza como un acto reflejo y la reviso; solo ha sido un golpe.

Suspiro aliviado, pero eso no impide que una desagradable sensación cruce mi cuerpo lentamente, recordándome las últimas palabras de Kei sobre mis recaídas. "Si se lo digo estará constantemente encima mía. No puedo permitir que deje de vivir por mi." pienso.

Alzo la mirada hacia delante y, en efecto, está atardeciendo. He perdido todo un día libre por culpa de mis migrañas y seguramente por la acumulación de sueño que también ha ayudado a que me desmayase.

A lo lejos los edificios yacentes se tiñen de un naranja pálido mientras que las sombras consumen la otra parte. "Parece una lucha entre el día y la noche." pienso inmerso en tal suceso. "Arg, ya estoy delirando." me incorporo para deshacerme de mis pensamientos.

Llego hasta la cocina para servirme un vaso de agua fría, pero el parpadeo de mensajes nuevos en mi móvil hace que cambie de planes. Reviso el aparato con aire cansado y eso me sienta como una patada en la boca del estomago porque he recordado  que me había citado hoy con Bokuto. 

No lo pienso ni dos segundos antes de llamarle. Tarda unos instantes en descolgar.

- ¿Akaashi?

- Sí, soy yo, Bokuto.- cierro los ojos y tomo aire para soltar lo siguiente.- Perdona, no me he olvidado de la cita, es solo que...- me quedo callado un momento.

"No puedo decirle la verdad." pienso en una mentira que suene convincente.

- No pasa nada, Akaashi.- el tono de su voz deshace mis planes. Suena desganada y, en cierto punto, desilusionada.- Será en otra ocasión. ¿Todo bien?

La pregunta que surge a través del móvil hace que crezca en mi garganta un gran nudo que no consigo deshacer. Ejerzo fuerza en la mandíbula y me mantengo en silencio por unos segundos. "Lo pregunta por cortesía. Claro que lo hace." pienso.

- Todo bien, Bokuto.

"No ha sonado convincente." me repito mientras que el corazón golpea contra mi pecho desbocado. "Tengo que decir algo más..."

- Me alegra escucharlo, Akaashi.- su voz rompe algo en mi interior que no consigo identificar.- Bueno, hablamos en otro momento. Cuídate.

No puedo responder, mi garganta no reproduce ningún sonido y no consigo entender lo qué me está ocurriendo. "¡Responde de una maldita vez!" me grito para reaccionar.

- Sí, cuídate Bokuto.- al segundo me arrepiento y al siguiente me siento solo.

El sonido que me indica que la llamada a terminado aumenta esa sensación. Me duele la boca del estomago y quiero vomitar. Algo se retuerce en mi interior y quiero evitar que salga. Mi cuerpo quiere expulsarlo, pero yo mismo lo retengo. La vista se me nubla nuevamente y el aire parece insuficiente a medida que pasan los segundos.

"Quiero salir de aquí. Necesito aire. No, necesito a Kei." me repito.

Salgo dando tras pies del apartamento, olvidándome de las zapatillas y dejando la puerta abierta. Me giro hacia la puerta de la izquierda y toco al timbre tomando grandes bocanadas de aire, con los ojos bien abiertos.

"Kei, por favor abre." suplico en mi interior.

Vuelvo a tocar y me desespero cuando pasan diez segundos más. Kei abre la puerta cuando siento las ganas de vomitar de nuevo y le dedico una mirada ida antes de adelantarme y caer encima suya.

Escucho su voz llamándome, sus brazos rodeándome y la pesada sensación que me oprimía el cuerpo desapareciendo poco a poco. Cierro los ojos y me aferro a él como si la vida me fuera en ello. Un breve recuerdo pasa por mi mente cuando distingo su voz entre el ruido del aire entrando en mis pulmones.

- Keiji reacciona.- me zarandea por los hombros y fijo la mirada en él.- ¿Qué mierda ha pasado, Keiji?

Bajo la mirada con los labios temblorosos, dejando que las lágrimas salgan libremente.

El amor es cosa de dos (Bokuaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora