ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 26

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ᴅᴏᴍɪɴɢᴏ, 6 ᴅᴇ ᴊᴜɴɪᴏ

ʙᴏᴋᴜᴛᴏ

Apago la televisión con un largo suspiro. No he encontrado nada en Netflix que retenga esa constante pregunta; ¿por qué no me contesta?

-He llegado -Anuncia Kuroo entrando en el apartamento.

Ladeo la cabeza para darle la bienvenida sin energías. Viene cargando con dos bolsas de tela con ropa recién limpia y doblada de la lavandería.

Aún no ha conseguido que, tras tanta insistencia, el casero le descuente la factura mensual de la lavandería.

-Aquí tienes tu ropa -Deja caer una bolsa encima de mi cara. El olor a suavizante de lavanda me arranca una sonrisa- . Hay que poner el nombre en los calzones. No sé cuales son los tuyos, salvo los que tienen estampados de animales.

-Pero si no tenemos la misma talla -Hago hincapié a la par que me levanto del sofá.

Kuroo me dedica una mirada mordaz, parece que le cuesta admitir quién de los dos necesita más espacio en los calzones.

-Ponle el nombre, pierdo mucho tiempo así -Cierra la conversación girándose hacia su habitación.

Alzo los hombros restándole importancia. "No veo que haga falta, los calzones de estampados horteras son suyos, los míos son más bonitos." reflexiono.

Repito el mismo procedimiento desde hace cinco días, reviso la lista de notificaciones cada vez que vibra el móvil con la esperanza de encontrar una respuesta de Akaashi. Como, desde hace cinco días, no la encuentro y en su lugar llegan otros mensajes y correos de Spam.

Rendido, tiro el móvil al sofá y abandono el salón en dirección a la habitación.

Llevo tantos días dándole vueltas al asunto que a día de hoy ya no tengo fuerzas para seguir retorciéndome los sesos en busca de una explicación lógica. Puede que no la haya, y que solo me haya quedado el silencio de esta amistad con Akaashi.

Suspiro de nuevo, aunque esté funcionando el aire acondicionado apenas noto el fluir del aire frío. Entro en la habitación en penumbras, si dejo que entre el calor a estas horas luego no conseguiré dormir.

Enciendo la lámpara del escritorio y la giro para que enfoque el armario. Guardo la ropa lentamente, el olor a suavizante que desprende me relaja al instante.

-Bro, Kenma nos invita a comer, ¿te vienes? -Kuroo aparece con el móvil en la mano- . Tiene que pasar algo para que quiera vernos.

-Y sobre todo invitarnos a comer -respondo cerrando el cajón de la ropa interior- . ¿No vive en Osaka?

-Sí, pero vuelve muy de vez en cuando -Teclea una respuesta en el móvil- . Ya que invita que nos lleve a un buen restaurante -La sonrisa que asoma por sus labios me delata lo que está pensando.

-¿¡Vamos a esa parrillada tan famosa?! -pregunto con énfasis- . Me voy a poner las botas de carne -Hago hincapié con una imagen visual de un buen plato de carne a la parrilla con salsa barbacoa.

-Exacto, bro -afirma sonriente- . Ese restaurante occidental en donde chuparse los dedos llenos de salsa es todo un honor y comer con los palillos es desperdiciar tiempo.

. . .

El restaurante salió en las noticias tras su primera semana de apertura. Fue todo un bombazo por el gran contraste entre localización y captación de clientela.

Si para abrir un negocio, sobre todo un restaurante, te recomiendan que busques un local que esté ubicado en calles concurridas o que tengan buena reputación, los dueños de este negocio no hicieron caso a nada de eso.

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2023 ⏰

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El amor es cosa de dos (Bokuaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora