ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 12

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ᴠɪᴇʀɴᴇꜱ, 15 ᴅᴇ ᴍᴀʏᴏ

ᴀᴋᴀᴀꜱʜɪ

Abro los ojos lentamente, me pesan los párpados y una ligera neblina me incita a parpadear numerosas veces antes de enfocar el techo. Un aroma a limón y a jazmín me relaja al instante, queriendo perderme de nuevo en la inconsciencia.

- ¿Keiji?- la voz de Kei hace que me resista al sueño. Me muevo sobre lo que parece ser el sofá del salón.- No te muevas.- ordena.

Escucho una tetera hervir, cristal tintineando y el murmullo de una voz a lo lejos, la cual no reconozco. Frunzo el ceño sin comprender que hago tumbado allí, ni de quien es esa voz. Hago el amago de incorporarme para buscar de donde proviene, pero Kei me lo impide poniendo una mano en mi pecho y empujándome suavemente.

- Te dije que no te movieras. Deja de ser tan cabezón y descansa.- el tono de molestia en su voz hace que le mire con los ojos entrecerrados.

- ¿Cuánto he dormido?

- Dos horas. Te desmayaste al poco de que te cargase y has dormido desde entonces.- explica mientras que se sienta en una esquina del sofá. A continuación vierte el té en unas tazas.- Me has dado un susto, idiota. Has aparecido de repente, pensé que...

- ¿He interrumpido algo?- pregunto de nuevo, captando su atención.

Me dedica una mirada de reojo.

- Nada que no se pueda solucionar con un buen soborno.

Esbozo una pequeña sonrisa por su comentario.

- Tsukki ya me voy, nos vemos otro día.- la voz que sonaba a lo lejos al fin se hace presente. Quiero incorporarme para verle, pero no consigo grandes progresos al sentir la mirada afilada de Kei encima mía.

- Está bien. La próxima vez te invito a comer algo.- contesta a medida que se levanta y se pierde en la esquina de sofá.

- No te preocupes, estas cosas suceden.- la tercera voz suelta una débil risa y Kei sonríe en respuesta. Parece aliviado de sus palabras.

Ambos caminan hasta la entrada del apartamento y se despiden entre palabras que no logro hacer más nítidas en mi cabeza. Me llevo una mano a la frente y cierro los ojos, la claridad de la habitación me está matando.

"He perdido un día libre, la cita con Bokuto y para colmo mañana tengo que adelantar trabajo." pienso. "Estoy agotado, no quiero hacer nada."

El cuerpo de Kei vuelve a aparecer en la esquina del sofá y abro los ojos para deshacerme de mis pensamientos y mirarle. Algunos mechones rubios caen sobre su frente, acariciando la montura de las gafas y ocultando su mirada. Esbozo una pequeña sonrisa al observar sus movimientos mientras que sigue preparando las tazas y no repara en mi presencia.

- Deja de mirarme así, pervertido.- eso me desconcierta, pero también me hace soltar una pequeña risa.- ¿Y ahora de qué te ríes? De verdad que no te entiendo, tienes que ir al psicólogo o algo, Keiji.

- Estaba pensando en que así fue como nos conocimos.- comento dejando de reírme.

Kei niega con la cabeza y se gira para tenderme una taza de bebida humeante.

- ¿Ahora te ha dado la vena nostálgica?- pregunta alzando las cejas levemente.

- No lo sé, me siento agotado.- pronuncio con cierta cautela.

Se incorporo un poco y tomo la taza con ambas manos y la dejo posada encima de mis piernas. Me doy cuenta de que el olor a limón y jazmín proviene del té y guardo silencio unos segundos.

El amor es cosa de dos (Bokuaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora