Binding Souls (Suna Rintaro, Osamu Miya X OC)

十九

(Escena +18, y obviamente recomendaciones de canciones por parte de la escritora.)

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(Canción recomendada para escuchar esta parte del capítulo: Lurk – The Neigbourhood.)

Pasos apresurados con dirección a la habitación del castaño, el ambiente que ya se encontraba envuelto en llamas, los besos mojados que eran depositados una y otra vez en los labios contrarios, era simplemente una escena sorprendente, dando a conocer las caras ocultas de ambos adolescentes.

El lado lascivo y sumiso de Hanako.

El lado dominante y bruto de Osamu.

Abriendo sin ningún cuidado la puerta, entraron con desesperación, la ropa simplemente estaba empezando a estorbar.

Depositando con una calma y cuidado a la fémina en la cama, como si fuese un cristal, el muchacho la observó con parsimonia, contemplándola desde arriba.

Las pupilas de la chica se encontraban dilatadas considerablemente y con un brillo especial en ellos: Deseo, cada letra era mencionada en el silencio de aquel cuarto.

El pijama de la chica se encontraba algo descolocado de su delgado cuerpo, las tiras de la polera se encontraban más debajo de sus hombros y levemente levantada, dejando ver su estómago, dando una hermosa vista de su nívea, pálida como la luna pero apetecible para ser marcada.

Sin más preámbulo, deshizo la polera manga larga de pijama de su cuerpo, piel canela, marcado en lugares precisos, aquella v en el abdomen bajo, esas caderas algo estrecha, las clavículas casi pronunciadas, era tan solo una hermosa y exquisita vista para las almendras de la fémina.

El bulto en aquel pantalón oscuro, hacia acto de presencia, y la chica tragó duro y su labio inferior fue atrapado con algo de fuerza entre sus dientes.

Aquel simple acto, fue un remesón para Osamu, tanto en su interior, como en su entrepierna, haciéndolo sentir ansioso, pero sin dejarlo notar, quería hacer sentir segura a su chica.

Y es lo que haría.

La contraria, con algo de vergüenza por esos ojos grises analizando cada uno de sus movimientos, deshizo su polera de tiras, dejando expuesto parte de su cuerpo, sus pechos se alzaban con gracia y delicadeza, su estómago plano y cintura estrecha, eran un deleite, un elixir que podría hacerlo vivir un millón de años.

Solo por verla.

A pasos lentos, Osamu se acercó a ella, para darle un beso calmo, detonando muchos sentimientos en aquel acto, pero dejando un mensaje claro en ello: "Iremos lento."

La grande y suave mano del chico, se posó en uno de los pechos de la fémina, logrando que esta diera un respingo por ese acto, era suave al tacto, y dando un apretón ligero, lo sintió como si de un malvavisco se tratase, y sus oídos se alegraron de escuchar un jadeo.

Piel con piel, cerca uno del otro, piernas entrelazadas en esa cama, manos anclándose en diferentes partes del cuerpo contrario, ardiendo en fuego.

Osamu se acercó incluso un poco más, haciendo que su miembro aún cubierto por la única prenda que lleva puesto rosase un poco la feminidad de la chica, logrando su objetivo, la chica bajo él soltó un gemido suave, tierno, pero a la vez tan candente que dudaba el mantener el control.

-Que sonido más erótico y exquisito, cariño. -soltó con voz ronca el castaño, haciendo temblar y mojar al mismo tiempo a Hanako

Buscando más aquel toque, la chica imitó el movimiento, pero más lento, tortuoso, las manos del muchacho aprisionaron las anchas caderas de la joven, el short de esta seguía estorbando, pero quería hacerle sentir placer primero.