7) Give you the world.

0 0 0
                                    

Desde el momento justo en que la china había pronunciado lo de llevársela, y luego de que aquel día tan horrible, pero a la vez maravilloso solo por que pudo descubrir los sentimientos de la menor, Whee In había comenzado a vivir con ella y si bien su casa no era lo suficientemente grande para vivir las dos, ella era la mar de feliz estando de ese modo. Si bien la china es una persona liberal y que no cree en las etiquetas, había una parte de ella que realmente deseaba formalizar la relación con Whee In de la forma correcta, pedirle que fuera su novia como correspondía, así que sin dudarlo comenzó a planear muchas cosas para que aquel evento fuera único y sobre todo especial e inolvidable para ambas.

—Whee In júrame que no echaras ningún vistazo hasta que te diga— comento mientras no dudaba en colocar una venda negra en los ojos, una sonrisa traviesa estaba en sus labios mientras apretaba el nudo con cuidado, luego de tener a la muchacha vendada, no tardo en tomarla de la mano y salir de casa para dirigirse hasta su auto, Cheng Lin lo había planeado todo realmente, a donde llevarla, que canción pondría, realmente en su cabeza estaba todo ideado y esperaba que las cosas salieran bien.

A penas subió a la menor en el auto y luego le puso el cinturón, se fue hasta el asiento del piloto y comenzó a conducir hacia la pista de patinaje, no sabia siquiera si la menor sabia patinar o no, pero tenia claro que hay era donde quería formalizar la relación de ellas, porque se le hacia uno de los lugares más bellos que podían existir en verdad y como las fechas eran perfectas para ello, cuando llegaron a la pista, se pudo notar que la china se había dado el tiempo de arrendarla solo para ellas porque ningún alma se presentaba por el lugar, estaciono el auto, para luego bajar e ir ayudar a su chica, con mucho cuidado la guio hasta la entrada de la pista, mencionando cuando debía de subir los pies porque habían escalones.

Al cabo de unos minutos yacían dentro de la pista y la sonrisa de Cheng Lin no podía ser mas grande —Ya puedes quitarte la venda preciosa— dijo mientras sus pies iban hasta su bolso que estaba apoyado en uno de los bancos de la pista, saco su celular y luego un parlante portátil, para entrar a su lista de Spotify y colocar 'Give you the Word' últimamente cada vez que escuchaba esa canción, solo podía pensar en Whee In, era a la única persona a la cual no dudaría en darle todo lo que pudiera, solo si esta se lo pedía.

—¿Quieres patinar conmigo?— pregunto acercándose hasta ella nuevamente y tomándola de la mano —Tengo algo importante de lo que quiero hablar contigo— al menos para ella era muy importante hablar de eso, no sabia que opinaba la chica con respecto a la formalización y las relaciones serias, pero Chenglin sí que quería llevar eso al siguiente paso como correspondía.

----------------------------------------《♡》-----------------------------------------------

No podía estar más feliz, aunque decir que solo estaba feliz se quedaba corto, estaba increíblemente feliz, lo que menos se esperaba y estuvo tan segura de sí misma que eso no podría ser posible, que era que la mayor pudiera verla de la misma forma que la veía a ella, había sucedido, y no sólo eso, además actualmente ya no estaba viviendo en su casa, sino en la casa de ChengLin, que aunque el motivo principal fuese por lo que sucedió el otro día, algo no precisamente agradable, igualmente Wheein se sentía la más feliz del mundo, el poder pasar más tiempo con ella y ser la primera persona que veía nada más despertar... se sentía en una nube, una nube del cual no quería bajar nunca.

En el día de hoy, y al parecer, la china quería sorprenderla con algo, y ese algo no sabía qué era, lo que la dejaba con bastante curiosidad, más si además se estaba encargando de vendarle los ojos, ¿adónde la estaba llevando? se sentía muy emocionada también por ello, estaba ansiosa por saber de qué se trataba, pero bueno, muy pronto lo sabría, así que por ahora se dedicó a seguir las indicaciones que la mayor le proporcionaba.

—Claro, te lo prometo, pero ya me siento ansiosa, ¿qué es? —Cuestionó escapándose una leve risa de su boca, a pesar de que sabía que no la iba a responder no pudo evitarlo debido a esa inmensa emoción concentrada en su cuerpo.

En cuanto se encontraba en el auto de la más mayor, ya empezó a intuir que querría llevarla a un sitio, entonces ese lugar debía de ser impresionante y trataba de sorprenderla, a pesar de que la menor no tenía ni idea de qué sitio era estaba segura de que fuese el lugar que fuese seguro que ChengLin sí lograría su objetivo, algo realmente le decía que sí iba a ser así, se trataba de la mujer que amaba, ¿qué otra cosa sino iba a esperar?

Al cabo entonces de unos minutos, llegaron y caminó continuando con aquellas indicaciones que la contraria le daba, caminaba con cuidado, procurando no caer, aunque eso no le preocupaba lo más mínimo, ChengLin desde el primer día y aún sin conocerla siempre había cuidado de ella, siempre, así que a medida que iba caminando su emoción se intensificaba más y más, estaba a punto de averiguar la sorpresa que la china le tenía preparada y ya es que se sentía hasta como la típica niña pequeña a punto de abrir sus regalos de navidad.

Y finalmente ese momento llegó, nada más ChengLin le quitó aquella venda y vio aquella inmensa pista de patinaje se quedó totalmente asombrada, ¿cuánto tiempo había pasado desde la última vez que había asistido a una? muchísimo, demasiado tiempo diría ella, comprendió en ese momento entonces lo que la mayor quería, patinar con ella, y no es que se le diese mal, no le costó demasiado aprender, pero sabía que había perdido un poco de práctica, pero era algo que seguramente no tardaría en recuperar.

Lo que también le sorprendió es que no era eso lo único que la china le tenía preparado sino también música, la vio acercarse a ella y tras escuchar su pregunta obviamente no iba a dudar, para eso la había traído hasta aquí, ¿no? todo lo que se tratase de estar junto a ChengLin no se iba a negar, además, eso se veía tan romántico que le estaba encantando.

—Por supuesto que quiero. —Afirmó a su pregunta con una boba sonrisa.

¿Algo importante que decirle? era toda oídos entonces, la profunda curiosidad volvió a aparecer, ¿de qué se trataba? volvía a sentirse un poquito ansiosa por saber.

—¿Ah? D-Dime, te escucho.

Se puso algo nerviosa, no sabía de verdad qué podría ser eso tan importante de lo que quería hablar, suponía que se trataría de ellas pero el qué exacto no, así que se quedó mirándola fijamente a los ojos, esperando pues que se lo dijera y manteniendo esa boba sonrisa consigo.

On your side.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora