2) Hello again.

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Desde lo que había ocurrido aquella noche donde todo comenzó en un club nocturno, Wheein no pudo dejar de recordarlo una y otra vez, habían pasado unos días y aún seguía sin creer cómo había podido actuar de esa manera, no era la primera vez que acababa ebria debido al alcohol pero sí era la primera de una forma mucho más intensa, tanto como para que casi no se podía ni mantener en pie, mucho menos lo que hizo, acabar besándose con una mujer la cual no conocía absolutamente de nada, eso... y acabar yendo mucho más lejos cuando terminó en su casa.

Sobre todo eso último era lo que no había manera de que se le quitara de la cabeza, estuvo mucho tiempo analizando la situación, sí, es cierto que estaba ebria pero también había una buena razón detrás: Necesitaba atención, cariño, lo que entonces llevó a aquello. A pesar de todo, no olvidó cómo habían quedado la última vez que se vieron, ella necesitaba darse una ducha, por lo que Cheng Lin le ofreció su cuarto de baño para ello y como no llevaba ropa encima no tuvo más remedio que prestarle la suya, lo que eso significó que tuvo que regresar a casa con ella y devolvérsela otro día, y ese día ya había llegado.

Se encontraba en su apartamento, vistiéndose y colocando la ropa de la mayor en una bolsa, procurando no arrugarla demasiado, también la había lavado con anterioridad, no quería entregársela en malas condiciones, tuvo la suficiente amabilidad de haberla ayudado como para no devolverle ese favor, aunque fuese mínimo pero así lo quiso. Cuando estuvo todo listo, salió de su departamento, poseía la dirección de la china ya que se lo había entregado en un papel así que no tuvo problemas en llegar, Google Maps era una aplicación que también ayudaba mucho en estos casos, tomó un autobús y se dirigió hacia allí, pasando desapercibida todo lo que pudo.

Estaba un poco lejos pero no le importó ir, aunque por un lado se estuviese muriendo de vergüenza pero la ropa no era de ella, tenía que devolverla, así que de una forma u otra volverían a verse las caras, por mucha vergüenza que pudiese pasar. Le tomó unos largos minutos hasta llegar hacia la dirección que marcaba la hoja de papel, así que cuando llegó bajó del bus y fue caminando, ni siquiera sabría qué decirle después de entregarle la ropa, ¿un gracias y ya está? ¿eso y ya simplemente marcharse? Realmente sentía que estallaría de la vergüenza en menos de un segundo cuando la volviese a ver.

Pero Wheein en realidad no sólo quería devolverle la ropa, quería algo más, quería ofrecerle su amistad, lo que hizo por ella no es que fuese poco precisamente, en serio la ayudó mucho, por lo que le hizo interesarse en ella de aquel modo, no sabía cómo se lo diría exactamente pero primero lo importante, entregarle su ropa. Cuando creyó ya estar frente a la puerta correcta, simplemente tocó el timbre y esperó, sintiéndose un poco nerviosa, con antelación ya le había avisado a través de mensajería instantánea que iría ahora mismo a entregarle su ropa, ya que además de darle la dirección también le había dado su número de teléfono.

Suspiró nerviosa y se queda mirando fijamente la puerta del hogar de la china mientras esperaba, ¿ChengLin estaría dispuesta entonces a que se conocieran más la una a la otra y pudieran ser amigas?

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Para Rainie todos los días eran una locura, siempre hacia cosas buenas o malas, daba lo mismo, porque al fin de cuentas la china era de esas personas que solo daban que las cosas fluyeran, que avanzaran debido a lo que su paso quisiera y no podía hacer nada más y así lo prefería, al fin de cuentas la chica siempre se dejaba llevar por lo que sentía, así siempre terminaba haciendo una que otra cosa 'indebida' y al fin de cuentas siempre era igual, cuando supo que Wheein iría a devolverle sus cosas no se preocupo mucho en arreglarle o algo así, esperaría hasta el último momento para arrastrar sus pies hasta el cuarto de baño y darse una ducha.

Comenzó a darse un par de vueltas en su cama, escuchaba como su mascota ladraba para pedirle comida y termino por rodar lo suficiente hasta poder dar con la orilla de la cama y levantarse, arrastro los pies colocándose las pantuflas y fue hasta la cocina, Rainie tenía la manía de dormir en ropa interior, aunque fuera invierno e hiciera frio, daba lo mismo porque tenía calefacción en la casa, comenzó a caminar dejando que las pantuflas se arrastrasen por el suelo de madera que poseía su casa en ciertas zonas y agarro la comida de su mascota para echarle en el pocillo y volver a la cama o al menos eso era lo que planeaba hasta que vio la hora y se dio cuenta que debía ducharse y vestirse.

No se demoro mucho en meterse a la ducha, el agua estaba tibia, nunca le gusto caliente en verdad y fría le congelaba demasiado, su piel amaba el contacto que tenia con el agua, le hacía despertar mejor y estaba ahí concentrada olvidándose de nuevo del tiempo, cuando escucho el timbre, espero a salir de la ducha, se coloco la toalla alrededor del cuerpo y comenzó a secarse el cabello con otra, coloco unas chancletas que usaba siempre para después de la ducha en sus pies y fue hasta la puerta para abrirla, nunca le importo realmente el que dirían o que no dirían por como decidía abrir la poeta.

Coloco su mano en la manilla para abrir la puerta, miro a Wheein con una sonrisa en los labios como siempre y abrió la puerta un poco más para que pasara —Perdón pero estaba recién saliendo de la ducha— dijo con aquel suave tono de voz que solía poseer, pero siendo sincera tampoco es que estuviera incomoda por abrirle la puerta en toalla —Iré a vestirme, puedes esperar en el salón— continuo hablando esperando a que la chica entrara para cerrar la puerta tras de sí —A menos que quieras acompañarme— y es que la mayor nunca perdía una oportunidad para coquetear, aunque esta vez realmente solo lo dijo en broma —no te preocupes es broma— dijo y cerró la puerta para ir hasta su cuarto y vestirse lo más rápido que pudo para no hacer esperar durante mucho tiempo a la menor de las dos.

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