“Carta de amor”
Melody suspiro por enésima vez mientras veía detenidamente el piano, quería escribir algo, se sentía inspirada, pero las palabras no salían, comenzaba a tornarse complicado y desesperante. Dejo de lado el piano y se levantó de su rosada cama, aún seguía en pijama y no pensaba quitársela hasta que fuera la hora de tomarse una ducha, cosa que sería hasta la noche. Entro al baño de su habitación y se acercó al lavabo, abrió el grifo y comenzó a tirarse agua a la cara, agua que se mezclaba con sus lágrimas. Cerró el grifo y se vio al espejo, el maquillaje había desaparecido dejando al aire el ya casi invisible moretón en el ojo, evidencia de la peor noche de su vida, aparte de la noche de la violación. Suspiro y frunció el ceño mientras escuchaba el timbre de la casa resonar por la casa entera y haciendo que frunciera el ceño confundida. Dio una revisada a su reloj de muñeca marca Michael Kors y vio la hora que marcaba: 7:45.
«¿quién será a esta hora?» se cuestiono mentalmente mientras bajaba peldaño por peldaño las escaleras de su hogar, antes de abrir la puerta se vio al espejo y abrió.
Se sorprendió al no ver a nadie, salvó una rosa blanca tirada junto con un pequeño sobre color lila. Extrañada se agachó y los tomo, se asomó una vez más para ver quién pudo haber sido y al percatarse de que no estaba o que se dio a la fuga, cerró la puerta. Subió a su habitación y se encerró para después dejar de lado el piano y lanzarse boca abajo a su cama.
Primero olfateó la hermosa rosa y cerró sus ojos al sentir el riquísimo olor entrar por sus fosas nasales, sonrió y la dejo en su mesa de noche. Seguido de aquello, abrió con tranquilidad y paciencia el sobre. Era una carta.Era de Justin.
“Querida Melody:
Wow, eso sonó cursi o como las películas. Como sea, te he enviado esta carta por que me he dado cuenta de que hablando no resolveremos nada, y de eso me di cuenta ayer, cuando saliste llorando y desconsolada de la habitación, en ese momento supe que no te dejaría ir, así que corrí de tras de ti, por cierto, ¡mujer como corres! Apuesto lo que sea a que en este momento estas sonriendo, y si lo estas haciendo, me alegra saber que aún te hago sonreír aunque sea un idiota enamorado por una chica que no merece a un chico como yo. ¿Sabes? Siendo 100% nunca había amado a alguien como te amo, si, aún te amo y no dejare de amarte, ni cuando de mi último respiro dejare de hacerlo por que tu marcaste mi vida, de una manera positiva. Gracias a ti supe que valía la pena vivir y más teniéndote a mi lado, también aprendí que no debía ahogarme en mis estúpidos problemas cuando hay gente allá afuera con problemas mucho peores. Ya que estoy siendo sincero te diré algo. Cuando te conocí te tenía envidia, si, envidia. Envidia de que tu sonrieras todo el tiempo y que fueras tan hermosa –claro que aún no sabía por lo que habías pasado– pero cuando más te conocía y más me acercaba a ti, más cambiaba mi forma de pensar, ahora creo que eres un ejemplo a seguir. ¿Sabes por que? Por qué has soportado bastantes cosas a tu corta edad, y aún sigues sonriéndole a la vida como si tu vida haya sido un lecho de rosas. Por esta y miles de razones más te amo y no quiero perderte, esta vez si quiero recuperarte y no dejarte ir nunca. Así que... Que empiece la contienda.
Te amaré hasta la muerte, Justin.”
Melody sonrió aún con las lágrimas recorriendo sus mejillas libres de maquillaje y tomo su celular que aún tenía una foto de ellos juntos como fondo de pantalla. Sonrió y abrió su bandeja de mensajes y abrió uno nuevo para mandarlo a Justin.
“¿Crees que con estas hermosas palabras te voy a perdonar? Ja, que empiecen los juegos del hambre y que la suerte esté siempre de tu lado:)”