“¿Quién no odia a Blake?”
—¿cómo has amanecido bebe?—pregunto Joan acariciando la mejilla de su hija. Alexa le había explicado ya todo lo que había sucedido y Melody también le explico la noche anterior
—bien, mama—le dedicó una media sonrisa y se acercó a la estufa curiosa—¿qué cocinas para el desayuno?
—no estoy cocinando nada, sólo limpió la estufa. Iremos a desayunar con tus abuelos—dijo sonriendo—será mejor que te alistes, saldremos en una hora—sonrió
—iré a ducharme—beso la mejilla de su madre y subió cada peldaño rápidamente.
Sin vacilar entro a la ducha y tardo aproximadamente 20 minutos dentro de la lluvia artificial y después salió a escoger lo que se pondría hoy.
Escogió un hermoso vestido turquesa con flores y sus tacones beige, se maquillo natural y se perfumó para bajar finalmente e ir a subirse al coche para partir a casa de los abuelos. Se sentó en el asiento del copiloto junto con Joan; Frankie y Annie accedieron a ir atrás juntos, Melody sólo dijo cosas importantes en el camino, se sentía incomoda ahora que su madre y hermanos sabían la razón por la cual se comportaba tan silenciosa y decaída.
—odio a Blake—soltó de la nada Annie y Frankie carcajeo amargamente
—¿quién no odia a Blake, querida?—pregunto y Melody sonrió levemente alegre de que sus hermanos tratarán de hacerla reír.
—he pensado que si podríamos ir de compras o algo, debemos aprovechar las ofertas navideñas antes de que las quiten—dijo Joan viendo de reojo a Melody.
La castaña se dedicó a ver como quitaban los adornos navideños de las calles para cambiarlos por unos de año nuevo.
—las ofertas de año nuevo son mejores que las de Navidad, mama—confeso Melody con una sonrisa burlona
—en eso Melody tiene razón, mama—dijo Frankie—el año pasado me compre unos tenis Nike a 25 dólares que en las ofertas navideñas costaban 50, ¡y originalmente costaban 80!—exclamo y Melody carcajeo
—¿lo ves?
—mañana sacarán las ofertas de año nuevo, mejor vamos mañana—dijo Annie justo antes de que Joan se estacionara en casa de los abuelos.
Los cuatro saludaron a los abuelos y comenzaron a desayunar en el elegante comedor de la casa, conversaron y Nonna continuaba con su intenso interrogatorio sobre Justin a la pobre de Melody. Annie continuaba parloteando sobre como Justin le había propuesto su amor a Melody e incluso les mostró el video a sus abuelos que ya tenía un millón de visitas en Youtube. El timbre los interrumpió y como siempre, Melody se ofreció a ir a abrir la puerta. Antes de hacerlo, se vio en el espejo de la entrada, se lanzo una auto sonrisa y abrió.
—¿Justin? ¡Por dios, Justin!—sonrió efusiva y abrazo a su novio que no veía en dos semanas
—si que me has extrañado, bonita—dijo riendo mientras enrollaba sus brazos en el pequeño cuerpo de Melody dándole un cálido abrazo.
—la verdad que si—beso sus labios cortante—¿cómo me has encontrado?—Justin enarco una ceja y Melody río—Alexa...
—exacto
—¿quién es linda?—exclamo Nonna
—¡Abuela! No te hagas la desentendida si bien que sabes que es Justin—exclamo Amnie haciendo reír a la joven pareja
—oh, cierto—llevo una de sus manos a su frente sonriendo y tomo la mano de Justin—¿quieres pasar?
—uhm, claro—dijo el aún riendo y entro a casa cerrando la puerta tras el.
Ambos caminaron al comedor y Nonna aplaudió emocionada al ver al chico que se había robado el corazón de su nieta.
—Nonna, abuelo, el es Justin, mi maravilloso novio...—sonrió señalando a Justin.
«Maravilloso novio que no me merezco» pensó triste y volviendo a la realidad.
—un gusto—saludo a cada uno.
Justin no duró mucho tiempo en casa de los abuelos ya que ambos salieron a caminar tomados de la mano tiernamente.
—de haber sabido que estarías así de hermosa habría escogido otra cosa que ponerme—dijo mientras colocaba un brazo en los hombros de Melody. Esta río.
—te ves bien así, me gusta—sonrió y Justin se volvió a ella
—te amo...—dijo enamorado.
«¡No! ¡No me ames! ¡Debes odiarme!» exclamo mentalmente Melody y trato de tragar el gigantesco nudo en su garganta. En cambio, sonrió y beso a Justin sintiéndose incapaz de decirle que lo amaba, por que lo hacía, pero se sentía una estúpida por lo que le había hecho.
