Capítulo 1

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Cuatro años después.

Londres, Inglaterra 1854.

-¡DIJE TÉ NEGRO, HECHO CON HOJAS COMPLETAMENTE OXIDADAS! ¡ESTO NO ES LO SUFICIENTEMENTE FUERTE!–Grité lo más hostil que pude, la verdad no entendía nada de tés, pero quería molestar a la mujer obesa que tenía al frente –Esto esta asqueroso –Le lancé la pequeña taza de porcelana a los pies, esta chocó con una piedra del jardín y se rompió en mil pedazos -¡INÚTIL IGNORANTE!

Ella entró a la casa corriendo con los ojos llenos de lágrimas. Eso bastaría…

*****

Hace  2 días se había ido la última ama de llaves que había contratado mi padre, en estos 4 años han pasado al menos unas 20 amas de llaves por esta mansión, ninguna aguanto mucho más de 2 meses las humillaciones y caprichos del “señorito”. Estúpidas… Ninguna va a ocupar el lugar de mi madre, me rehúso a que una de esas mujeres este a mi cargo.

-Thomas, ven al recibidor –Padre… Tenía meses de no verlo. Él solo mandaba una nueva ama de llaves a que cuidara de mí.

Sonreí… Siempre que venía, yo sonreía con la esperanza de que hubiese renunciado a la corte de la reina, que esta vez, se quedara por siempre, que tratáramos de ser una familia y yo, al fin lograría alejar la soledad que me acechaba. Prácticamente salté de mi cama y bajé lo más rápido que me permitían mis delgadas piernas las escaleras que daban al recibidor.

-¡Padre! –Dije emocionado, le di un pequeño abrazo que él no respondió, claro…

-Al grano Thomas, me cansé de que saques de aquí a todas las mujeres que envío para que cuiden de ti, esta vez estaba cerca de Londres, en West Midlands –Tomo asiento en un pequeño sillón -Así que decidí ponerle fin a esto por mi propia mano. –Suspiró e hizo una pequeña pausa -No las envío para que tomen el lugar de tu madre, ella era única.

-Eso lo sé –Me puse tenso, él sabía porque las echaba de aquí.

-Necesitas mano dura, si no quieres una figura femenina entonces… -Casi lo vi sonreir, CASI, pero Cheech Iero no sonreía desde que ella nos dejó. Aclaró su garganta –Mañana vendrá un mayordomo.

-De igual manera lo sacaré de aquí –Cheech no entiende, no quiero gente nueva en mi vida, sea hombre o mujer, no quiero a nadie, nadie.

-Entonces buscaré a otro después –Se levantó de su lugar, hasta ahora no había notado que no traía equipaje con él –Debo irme.

-Como siempre –Dije lo más seco que pude y me dispuse a subir las escaleras nuevamente.

-Adiós Frankie… –Volteé, pero papá ya estaba cerrando las grandes puertas de la mansión a sus espaldas.

Subí las escaleras hasta mi habitación, igual ya estaba entrada la noche y estaba cansado. Mañana vería al famoso mayordomo, me comportaría como el señorito malcriado y no duraría más de 2 meses dentro de la mansión.

MAYORDOMO / FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora