Capitulo 2

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Noté los primeros rayos del sol chocar contra mis párpados, yo había dejado las cortinas cerradas…

-¿Pero qué demonios…? – Pensé.

Abrí los ojos de golpe cuando escuché pisadas por toda la habitación. Vi la espalda de un chico de cabellos largos y espalda ancha, este estaba parado frente a una pequeña mesa que estaba colocada junto la pared contraria a mi cama. Se volteó hacia mí.

-Así que despertó, señorito –Me dijo con una sonrisa, era un jovencito, tendría a lo mucho tres años más que yo, tenía la piel extremadamente blanca y ojos esmeralda. –Mi nombre es Gerard Arthur Way Lee y estoy aquí para servirle, amo. –No quitó la sonrisa de su rostro ni un instante.

Estaba demasiado dormido como para dar una respuesta inteligente en ese momento, él era mi nuevo enemigo, así que decidí callar y hacerme el enojado. El levantó una charola de plata con una taza de té y un pedazo de tarta recién horneada.

-Traje el desayuno, espero sea de su agrado. –La puso sobre mis piernas aun envueltas en la frazada. Tuve la intención de tirársela en la cara como a las otras amas de llaves, pero mi estómago gruñía demasiado como para desperdiciar el desayuno. Anoche ni siquiera cené por culpa de la visita de mi padre.

-Gracias…- Susurre ¿Apenado? Y empecé a comer, todo estaba realmente delicioso.

-Bien, luego del desayuno tiene que tomar un baño y prepararse para su clase de piano, luego vendrá su maestra de latín y entonces tendrá el resto del día libre. Sin más que decir, lo dejo tomar su desayuno, con su per…

-¿Cómo sabes todo mi itinerario? –Dije molesto ¿Cómo se supone que sepa todo de mi? Acaba de llegar ¿No?

-Es lo que un mayordomo debe hacer –Dijo como si nada –Hice que los demás sirvientes me informaran todo lo que sabían de usted.

Y salió… Me dejó con la palabra en la boca, desgraciado. Un desgraciado con mucho encanto a decir verdad.

-Un desgraciado con ojos muy lindos…-Susurré al viento. Y termine mi desayuno sonrojado por mi tonto comentario.

****

Soné la campana que tenía al lado de la cama, ya me había bañado y ya empezaría a hacerle la vida imposible al mayordomo.

-¿Llamaba? –Apareció por la puerta, era eficaz después de todo.

-Vísteme.

-¿Qué? –Parecía sorprendido ante mi petición.

-Es lo normal, soy tu amo, ahora obedece.

Empezó a vestirme, la camisa blanca y perfectamente planchada, un chalequito de seda fina  de color azul oscuro, mis pantaloncillos, un gran y perfectamente colocado lazo en el cuello, las medias y finalmente, los zapatos. Sonreí, le di una patada en la barbilla, no muy fuerte, tampoco era tan cruel, pero logre hacer que echara la cabeza hacia atrás.

-Eso dolió, amo –Me miró con sus perfectos ojos esmeraldas y me sonrió. Esperaba que se enojara. Que rabia.

Terminó de vestirme y salió por la puerta. Me dejó sentado sobre la cama y claramente enojado.

***

Había pasado la mañana y mi maestra de latín estaba montando el carruaje acompañada por Adrien, el chofer. Cabe destacar que el molesto mayordomo no se había separado de mi ni un solo instante, me molestaba y hasta llegaba a darme un poco de miedo, más ahora que ya no tendría nada más que hacer el resto del día. Gerard parecía mi sombra, parado atrás de mí, con una sonrisa que ya no sabía si me molestaba o me agradaba ver; Sólo había hablado para decir que se había acabado la clase de piano y tenía 15 minutos exactos para prepararme por la venida de la maestra de latín.

-Señorito ¿Desea comer algo en especial para la merienda? –Hablo de pronto. Era mi oportunidad.

-Fish and chips* -Puse mi cara lo más angelical que pude y Gerard se sorprendió un poco, era normal, en estos tiempos difíciles por los que pasa Inglaterra, es un poco complicado encontrar bacalaos.

-Haré lo que pueda – Sonrió y se retiró. Sólo esperaba que llegara diciendo que no consiguió el bacalao y yo le gritaría hasta que las cuerdas vocales ardieran.

-By Gerard-

-“Fish and Chips” -Remedé la voz del niño desgraciado.

Ya había escuchado, hasta del propio padre que era un malcriado y ahora empezaba a demostrarlo, pero necesito el trabajo y el embajador me paga bastante por hacer esto. Mamá me necesita, ella y mi hermanito necesitan de mi.

Gerard Way jamás se da por vencido y hace cualquier sacrificio por su familia. Hasta aguantar a un señorito malcriado y obedecer a todos sus caprichos.

Salí de la mansión en el carruaje de la familia y me dirigí a un pequeño puesto fuera de la cuidad, tenía mis contactos, después de todo he vivido en la calle durante mis 17 años de vida y ahí conoces lugares donde se puede conseguir lo que sea si tienes unas cuantas libras esterlinas encima.

***

-Señorito, la comida está preparada y puesta en la mesa –El me miro sorprendido ¡JÁ! Seguro pensó que no conseguiría el bacalao. Sonreí triunfante.

-E-está bien, ya bajo.

Bajó de la cama y camino hacia la puerta, donde yo estaba. Al pasar por mi lado tropezó con la agujeta de su zapato, y lo sostuve entre mis brazos antes que llegara al suelo. Su cara quedo frente a la mía, cerca… Demasiado cerca. Ojos avellana, nariz redonda y perfecta, labios pequeños y delgados… Hermoso, después de todo el chiquillo era hermoso. Me sonrojé y el bajó la mirada apenado, se apartó de mi.

-Tiene la agujeta suelta

-Déjala –Se arrodilló y la ató solo.

Después de eso, no volvimos a hablar en el resto del día.

-By Frank-

Después de la comida, me senté en el jardín. No podía creer que me vi tan débil ante el enemigo ¡Bien Frank! Caer en los brazos del hombre al que quiero fuera de mi hogar. A partir de este momento no puedo volver a equivocarme, no puedo volver a darme ese lujo.

Pasé las horas sentado bajo un árbol, recordando los momentos con mi madre, cuando nos sentábamos en este mismo jardín y yo cantaba canciones para ella mientras comíamos bizcochos…

-Señorito… Vamos adentro –Escuché una voz masculina a lo lejos.

No…

-Está dormido… -Que linda voz.

Sentí que algo me levantó del suelo y floté unos metros. Abrí los ojos.

-¿Qué pasó?

-Se quedó dormido bajo el árbol del jardín y ahora lo llevo a su habitación –Asi que la voz era Gerard y yo no flotaba, el me cargaba en sus brazos…

Oh… Espera, ¿QUÉ?

-¡BAJAME! –Reaccione en ese momento, de nuevo parecí vulnerable, rayos.

No hizo caso a mis golpes e insultos y me cargó hasta mi cama. Empezó a sacarme la ropa

-¿Q-qué haces? –Estaba más rojo que un tomate.

-Mi deber –Me sonrió.

No dije más. El me sacó toda la ropa y me puso el camisón de seda para dormir. Salió de la alcoba.

Me quedé solo en la oscuridad. 

Sólo...

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*Fish and Chips: Bacalao y papas fritas, se hizo famosa en los circulos de Londres en 1830.

MAYORDOMO / FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora