Capítulo Uno [01]

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  ¿Ustedes se imaginan trabajando seriamente en una de las pizzerías más famosas de la Cuidad?, nuestra protagonista si, aunque no era lo que ella esperaba.

– T/N, te pido por favor, anda a arreglar la electricidad–. Me decía un poco suplicante.

– No, no me importa cuanto supliques, no voy a ir–. Dije desafiante, y era demasiado obvio el porqué, ESTOY TRABAJANDO en un local que es una atracción de horror con un animatrónico que me quiere "matar", y quiere que vaya, está loco.

  Después de aproximadamente 15 minutos en los que me insistió que fuera a electricidad, arreglar algunos fallos y que la luz no se cortara en lo que duraba mi turno. Ganó la discusión, y decidí ir sin quejas, a lo que en las cámaras se vio como el robot SpringBonnie estaba en el área de electricidad tratando de entrar en la habitación.

– T/N, VA A CORTAR LA LUZ, LLEVALO PARA OTRO LADO CON LA VOZ DEL NENE Y ANDAAAA–. Tiempo de reaccionar no tuve cuando me gritó por el teléfono, y si, era obvio, él también podía ver las cámaras, como quería llegar viva a mi camita, empecé a apretar el botón que producía risas de niños para algún lugar lejos obviamente, había que desviar al tétrico muñeco.

  Aunque tampoco me podía ir sin una herramienta con que arreglar y tal vez defenderme, agarré una linterna, una palanca y una llave que era lo que necesitaba y salí corriendo sin antes escuchar un "cuídate" de él en el teléfono.

  Me sentí segura pese a lo muy asustada que me encontraba y seguí. Digamos que fue fácil llegar y arreglar los fallos, de paso cerrar bien la puerta para que el animatrónico no venga a tratar de arruinar la noche de nuevo.

  Ignoremos que se me olvidó pensar en algo mientras volvía a la oficina, y es, en esos minutos que me tardé en ir y arreglar los fallos, el gran muñeco pudo haber vuelto, incluso, tal vez este atrás mío. Estaba en lo cierto, escuché pisadas metálicas acercándose y sentí que me quería morir.

  No sabía que hacer, miré para todos lados, vi un lugar pequeño pero oscuro, con rapidez me escondí ahí y esperé a que el conejo pasara y con suerte no me viera.

  Pasó, vi como se movía, era tétrico, me quería ir, pero había algo que no cuadraba, ¿Desde cuándo los animatrónicos son electricistas?, porque eso no se ve todos los días. Por suerte no me vio, tenía que aprovechar y ser Flash.

  Se preguntarán, ¿Cómo es qué se me facilita moverme en la pizzería?, simple, no es la primera vez que trabajo en una pizzería así, me hice la costumbre de memorizarme el lugar por si algún día pasaba algo como esto o peor.

  Ahora lo único que quedaba por hacer era ir y con suerte llegar sin encontrarme al gran conejo grande.

  No miento si digo que si me lo encontré pero no me vio, puedo llegar tranquilamente sino fuera que cuando estoy nerviosa suelo hacer cosas que no me benefician en nada, COMO AHORA. Al querer llegar a la oficina me puse tensa porque se que él está cerca y sin querer golpeé la palanca contra una de las paredes cuando quise pasar rápido.

  Un eco se hizo en la pizzería, lo único en lo que pensé mientras escuchaba las pisadas acercándose era que quería desaparecer. Así que corrí cómo si fuera de vida o muerte, PORQUE ERA ASí. Pero ese gran muñeco verde estaba en la oficina, arruinó el plan.

– ¿Ahora qué hago?–. Me pregunté internamente mientras me sentaba en un rincón sin que me pudiera ver. – Si espero puede que venga por acá y puede pasar lo peor pero si vuelvo, él me va a ver por las cámaras, ¿Y si lo enfrento?–. Pensé mientras me paraba. El silencio se detuvo, sentí algo metálico apoyándose en el marco del pasillo, miré con mi corazón en la garganta, y vi como asomó su cara y seguido me gritó.

  POR IMPULSO LO GOLPEÉ CON LA PALANCA EN LA CARA, haciéndolo caer incluso, y salí corriendo sin mirar atrás. En cuestión de segundos él estaba pisandome los talones.

  ¿¡Los animatrónicos podían correr más rápido que un humano!?, bueno, tiene un poco de lógica. Pero en estos momentos no podía hacer nada, así que sólo lloraba mientras trataba de correr y perderlo por ahí.

  Aunque pensándolo bien, nunca tendría que haberlo golpeado, tal vez eso no hubiera empeorado aún más las cosas, pero ya era tarde, al menos eso pensé cuando me di cuenta que ya no estaba detrás mío.

–...¿Qué?–. Me pregunté, miré para todos lados y no estaba, no perdí tiempo y nuevamente corrí en dirección a la oficina.

  Cuándo llegué, me fijé en todos lados haber si estaba, más en las cámaras pero no, había desaparecido, solamente había una respuesta, miré mi reloj y eran las 06:00.

  Mi tercer noche terminada.

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837~

Realidades alternas (Springtrap/William Afton)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora