Capítulo Catorce [14]

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  Han pasado dos semanas desde que llevamos a Springtrap a casa, tratamos de seguir nuestra rutina de la semana como siempre, aunque en nuestro trabajo, la vigilancia se mantenía y las preguntas sobre el incidente en el local Fazbear Fright también.

  Nos realizan cuestionarios a todos por igual, aunque sabemos que esas preguntas van únicamente para nosotros dos, puesto que somos los únicos que tuvimos tanto contacto con el animatrónico, nos llamaron la atención, tuvimos restricciones en el trabajo y ahora nos vigilan muy de cerca.

  También parece que entre los empleados no levantamos sospechas, pues nos comparten rumores de que un empleado fue el que incendió el local y que en sí ya parecía loco, o que el animatrónico estaba vivo porque llevaba un cadáver dentro. Pero nadie estaba seguro de nada, lo creían en un 50%, y eso le generó más preguntas a William sobre aquel conejo, pues recuerda que no ha visto un cuerpo dentro del robot pero era de igual manera raro.

  Fuera de los rumores y del trabajo, las cosas iban bien pese a todo, aunque al cabeza de hongo por ahí le molestaban de más las cosas que hacía Springtrap, pero nada que una charla o un café no resolviera.

  Pasaron unos cuantos días hasta que a T/N la llamaron para volver a trabajar en un local, y obvio sería uno completamente diferente, ella había estado tomando el lugar de otro guardia al teléfono mientras esperaba tener un puesto propio nuevamente. Le gustaba mucho la primer pizzeria que apareció en aquel pueblo que ahora era ciudad, y para su suerte pudo ir.

  Al día siguiente se fue entusiasmada y hablaban con William sobre la nostalgia que les producía saber que ese lugar seguía en funcionamiento, pero más grande fue su sorpresa cuando llegó al lugar. Estaba completamente vacío, no se encontraba en las ruinas pero el ambiente daba a entender que ya no pasaba nadie por ahí. Recorrió el lugar con su linterna hasta el interruptor que decía en las instrucciones, el lugar se iluminó a más no poder, sus ojos brillaron al ver el escenario, el gran Fredbear que la atormentó y llenó de alegría en su niñez.

  El enorme oso que marcó su infancia, se veía desgastado, por todo el tiempo que había pasado allí. Solamente se encontraba él. Ni un rastro de Springbonnie, y recordó que ahora tenía al gran conejo en su casa, lo veía familiar pero con todo el cambio de color y lo destruido que estaba, nunca pensó que era ESE conejo. Comenzó a llamar a Springtrap así porque su mejor amigo le dijo que le recordaba a Springbonnie, ahora se sentía tonta de lo obvio que era todo.

  Pero siguió en su camino hasta llegar a la sala de vigilancia, estaba bastante nueva para que hayan pasado tantos años, y se dispuso a vigilar las cámaras.

  William por su parte tenía que ayudar a otro de sus compañeros que estaba en otra pizzeria, aunque el problema no eran los animatrónicos pegados al escenario, era el mismo guardia que se hacia la cabeza de que en cualquier momento iban a cobrar vida y lo iban a atrapar.

  Entonces él, como todo buen acompañante del guardia de seguridad, lo calmaba cada vez que en las cámaras aparecían estáticas y luego volvían a la normalidad, pensaba que en cualquier momento le iba a dar un ataque al corazón al pobre chico que estaba en sus primeros días como guardia. Pero todos contentos terminaron su jornada del día.

  Llegaron a casa bastante agotados, o al menos el cabeza de hongo, ya que T/N por su parte estaba cansada de aburrimiento ya que pasar de un conejo animatrónico viviente que la quería matar a un tierno pero turbio oso gigante apagado y condenado a estar toda la vida en un escenario era triste y sin nada de acción, así que por momentos se levantaba a recorrer el lugar, volver a la sala de vigilancia y charlar con su compañero de las cámaras para no estar toda la noche sentada a punto de dormírse.

  Él dio por finalizado el día, y se acostó a dormir, eran las 6:30. Springtrap no se veía a simple vista, ella se preocupó y fue en busca del conejo por el departamento. Hasta que lo encontró en la sala de estar, acostado boca arriba, desparramado pero con los ojos cerrados, le pareció raro eso, nunca lo vio así, ni cuando lo encontraron en el bosque después del incendio en el local.

– Springtrap!....Springtrap!–. Lo llamó un poco fuerte. El conejo abrió un ojo y dirigió su mirada hacia la chica, dando a entender que estaba bien o al menos eso aparentaba. — William y yo acabamos de volver, descansaremos un poco, ¿Sabés?, no rompas nada mientras tanto–. Dijo burlesca a lo que él movió las orejas aceptando la indirecta muy directa.

  Ella fue a dormir un poco más tranquila, ¿Y cómo no?, si el chico que dormía a su lado profundamente le provocaba ganas de dormir tan perfecta y cálidamente como él. Supuso que mañana sería un buen día.

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846~

Realidades alternas (Springtrap/William Afton)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora