𝟔. 𝐔𝐧𝐚 𝐞𝐱𝐭𝐫𝐚𝐧̃𝐚 𝐜𝐡𝐚𝐫𝐥𝐚 𝐲 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐮𝐫𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐩𝐫𝐨𝐟𝐞𝐜𝐢́𝐚.

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Un par de semanas después, mas o menos, estábamos en clase de Transformaciones intentando una transformación nueva. Todo parecía un día mas en Hogwarts, pero cuando la clase acabó y recogí mis cosas, la profesora McGonagall llamó mi atención. Me giré confundida a mirarla. No se me ocurría que podía haber hecho. Pero más confundida me quedé cuando me dijo que el profesor Dumbledore quería hablar conmigo y que debía ir en ese momento a su despacho.

Muy confundida, salí al pasillo con ella, que me guiaría hasta el despacho. Traté de repasar mis últimas semanas, si había hecho algo para molestar al director, pero no se me ocurría anda. Quizá se había enterado de nuestra salida de la noche del cerbero, pero yo no había sido la única. No tenía sentido que me llamara a mi sola. Aunque quizá hablaría con cada uno por separado... No tenía ni idea, así que decidí dejar de comerme la cabeza con aquello y esperar. Llegamos hasta la estatua de una gárgola. McGonagall dijo una contraseña y la gárgola se apartó revelando unas escaleras de caracol. McGonagall se apartó para que pasará yo sola y empecé a subir las escaleras. Al final, me topé con una puerta. Con cierto temor, levanté despacio mi mano y golpee la puerta un par de veces. En cuanto escuché como el director me daba paso, respiré hondo y entré.

—Ah, Hope, ya estás aquí, bien, bien —dijo Dumbledore

—¿Q-quería verme, profesor? —pregunté mas tímidamente de lo normal

—No has hecho nada malo, Hope —aclaró Dumbledore, y de pronto, me sentí más tranquila—. Solo quiero hablar contigo. Creo que ya sabes lo raro que es que alguien pertenezca a los dos mundos que conviven en este.

—¿Cómo dice?

—Magia y mitología, Hope —dijo Dumbledore—. Se que lo sabes, como también se que eres una semidiosa.

Mi boca se abrió ligeramente de la sorpresa, pero ni una palabra salió por ella.

—Eh... —Ningún sonido más salió de mis labios

—Desde que naciste, tienes la bendición de Hécate, ya imaginas, como todos los magos. Ya lo habrás dado en Historia de la magia, pero los magos de la antigua Grecia y Roma tenían razón al pensar que toda nuestra magia, nuestro mundo, es gracias a Hécate, o Trivia en el caso de los romanos —explico Dumbledore—. Solo que a diferencia de sus hijos semidioses, nosotros canalizamos la magia con una varita de una forma diferente. Aunque, por si no lo sabes aun, hay algunos magos, magos muy poderosos, que, con mucha práctica, han aprendido a utilizar la magia sin varita. Tu podrías ser uno de ellos en un futuro, a lo mejor más cercano de lo que crees.

—¿E-en serio? —dije asombrada

—Si —contesto Dumbledore—. Veras, Hope, he sabido de hijos u otros descendientes de magos y algún dios. Pero en la mayoría de los casos resulta ser solo su parte divina la que destaca, por parte de la magia resultan ser squibs. No tienen magia. Aunque esto pasa sobre todo con los semidioses. Con otros descendientes es un poco mas normal que puedan ser las dos cosas a la vez, sobre todo si la parte divina les viene de muy lejos, y tampoco son mucho mas especiales que cualquier otro. Pero tu caso... Hacia mucho que no pasaba un mestizo por Hogwarts.

—¿A que se refiere con otros descendientes? —pregunto Hope

—A los descendientes de los semidioses, los legados —dijo Dumbledore—. Yo mismo se que desciendo de la que, si no me equivoco, es tu madre. Aunque ya de hace varias generaciones de mi familia.

Mi boca se volvió a abrir ligeramente. Era tan raro pensar que fuera familia de Dumbledore, por muy lejano que fuera el parentesco

—Hay otra cosa, Hope —dijo Dumbledore—. Después de hablarlo mucho, Quirón y yo hemos llegado a la conclusión de que es mejor que lo sepas, al menos parte...

HOPE: LA UNIÓN ENTRE DOS MUNDOS. (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora