𝟏𝟔. 𝐔𝐧 𝐯𝐢𝐚𝐣𝐞 𝐞𝐧 𝐭𝐫𝐞𝐧 𝐝𝐞 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚𝐬 𝐲 𝐫𝐮𝐦𝐨𝐫𝐞𝐬.

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Lo que quedaba de verano fueron dos semanas muy agradables en casa de los Granger. Los padres de Hermione fueron de lo más simpáticos y cariñosos conmigo. Hermione y yo pasábamos gran parte del día solas en su casa mientras sus padres trabajaban en su consulta como dentistas. Bien nos quedábamos en casa hablando o leyendo, o salíamos a pasear por la calle, quizá de compras o al cine. La verdad es que resultaba agradable hacer esas cosas normales de amigos. Y cuando sus padres llegaban a casa, cenábamos los cuatro juntos y pasábamos un rato agradable de charlas o pequeños juegos antes de irnos a dormir. Al principio, tenía miedo de sentirme como excluida por no ser de la familia, pero no fue así. Me trataron como una más de ellos. Y... estuvo muy bien tener momentos de familia normales. No era que me quejara del campamento y de mis hermanos, los quería mucho, pero la verdad es que estaba bien poder pasar aquellos ratos familiares normales, sin preocupaciones mágicas o mitológicas.

La última noche de agosto, la señora Granger preparó una gran cena que disfrutamos en el jardín bajo la buena noche que hacía. Cuando nos fuimos a la cama, ya era un poco tarde. Antes de meterme a la cama, comprobé mi baúl una vez más para asegurarme que no me dejaba nada. Me puse el pijama y me metí entre las sabanas de la improvisada cama en la que dormía en la habitación de Hermione. Hablamos un poco, pero enseguida caímos rendidas las dos.

A la mañana siguiente, despertamos sobre las nueve. No era precisamente muy temprano, pero aun estaba dormida mientras me vestía, haciendo que aquello me costase mas de lo normal. Casi me pongo los pantalones del revés, y luego me dejé caer sobre la cama unos segundos más, o creo que fueron solo unos segundos. Cuando bajé a desayunar, Hermione y sus padres ya estaban en la mesa del comedor a medio desayuno. Me uní a ellos y, aunque el señor Granger me aseguró que aun teníamos tiempo de sobra, empecé a comer algo más rápido de lo normal. Una vez terminamos, vimos un poco la televisión mientras la señora Granger lavaba los platos —insistió en que no quería ayuda— y después cogimos los baúles para cargarlos en el coche y partir hacia la estación.

Cuando llegamos a la estación de King Cross ya eran las diez y media pasadas. Cargamos los baúles en dos carritos y caminamos tranquilamente hacia la barrera. Antes de llegar, junto al anden nueve, nos despedimos de los padres de Hermione. No podían tardar mucho en irse. Tenían que trabajar. Suficiente hacían con abrir la consulta más tarde aquel día. Después, Hermione y yo nos apoyamos en la pared donde estaba la barrera y con disimulo la atravesamos. El anden nueve y tres cuartos aun no estaba repleto de gente como me lo había encontrado el año anterior cuando llegué. También era cierto que esta vez aun era un poco pronto.

—¿Ves a Harry y Ron? —dijo Hermione

—No, pero aun tienen una media hora para llegar, Hermione —dije mirando el reloj

Esperamos un rato en el anden, rato en que nos encontramos y saludamos a otros compañeros que ya estaban allí o llegaban como Anthony Goldstein de Ravenclaw, o hablamos un rato con Hannah y Susan que llegaron no mucho después de nosotras. Al final, decidimos que lo mejor era ir subiendo al tren y escoger un compartimento y esperar ya allí. Justo cuando subíamos al tren, me giraba para mirar de nuevo la barrera y vi a Lavender atravesarla.

Encontramos el primer compartimento vacío un poco mas allá de la mitad del tren y entramos en ese mismo. Nos ayudamos por turnos entre nosotras para subir nuestros baúles a la rejilla portaequipajes y nos sentamos junto a la ventanilla desde donde podíamos observar el anden y a la gente que aun había en el y que iba llegando. No hablamos mucho en un principio, solo miramos por la ventanilla a la gente en el anden, esperando ver a nuestros amigos. Mi mente también empezó a divagar pensando como sería nuestro segundo curso en Hogwarts, que clases daríamos, deseando que fuera un año tranquilo y pensando de nuevo en como sería ese Lockhart como profesor, el único profesor nuevo que tendríamos.

HOPE: LA UNIÓN ENTRE DOS MUNDOS. (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora