𝟏𝟕. 𝐏𝐥𝐚𝐧𝐭𝐚𝐬 𝐥𝐥𝐨𝐫𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐲 𝐝𝐮𝐞𝐧𝐝𝐞𝐜𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐝𝐨𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫

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Al día siguiente, desperté sobresaltada por un sueño que no recordaba y no me molesté en preguntarme que habría soñado. Ya estaba acostumbrada a ellos. A veces recordaba y a veces no. Pero era mejor cuando no lo hacía. Me había despertado la primera, así que aproveché y me fui al baño ahora que estaba libre para darme una ducha revitalizadora. La necesitaba. Estaba ya a medio vestir cuando Hermione despertó. La esperé y bajamos al Gran Comedor con nuestras mochilas con los libros ya a la espalda. Una vez abajo, nos sentamos en nuestra mesa junto a Neville

—¿Qué clases crees que tendremos hoy? —le pregunté a mi amiga

—Espero que Defensa contra las artes oscuras —contesto ella

—Por favor, dime que no es por Lockhart... —casi supliqué

Hermione se sonrojó, y yo solo pude soltar un pesado suspiro. Comenzamos a desayunar. Yo me serví solo un par de tostadas. Aquella mañana no tenia demasiada hambre. Al rato, llegaron Harry y Ron al Gran Comedor y se sentaron junto a nosotras. Hermione se había puesto a leer "Viajes con los vampiros" de Lockhart y les dio los buenos días tan fríamente que tuve claro que todavía les reprochaba la manera en que habían llegado al colegio.

Al contrario, Neville y yo los saludamos alegremente

—El correo llegara en cualquier momento —comento Neville después—. Supongo que mi abuela me enviara las cosas que me he olvidado

Efectivamente, enseguida un centenar de lechuzas penetraron con gran estrepito en la sala. Un gran paquete de forma irregular cayo enfrente de Neville, y un segundo después, una cosa gris cayo sobre la taza de Hermione, salpicándonos a todos con leche y plumas

—¡Errol! —dijo Ron sacando por las patas a la empapada lechuza. Esta se desplomo, sin sentido, sobre la mesa, con las patas hacia arriba y un sobre rojo y mojado en el pico—. ¡No...!

—No te preocupes, no esta muerto —le dijo Hermione

—No es por eso... sino por esto.

Ron señalaba el sobre rojo.

—Las lechuzas te traen el correo, ¿sabes? —dije confundida—. Es normal que lleve una carta

—Pero eso es un howler —dijo Ron

—Será mejor que lo abras, Ron —dijo Neville—. Si no lo hicieras, sería peor. Mi abuela una vez me envió uno, pero no lo abrí y... —tragó saliva— fue horrible.

—Pero, ¿qué es un howler? —pregunté

Pero Ron fijaba toda su atención en la carta, que había empezado a humear por las esquinas.

—Ábrela —urgió Neville—. Será cuestión de unos minutos.

Ron alargó una mano temblorosa, le quitó a Errol el sobre del pico con mucho cuidado y lo abrió. Neville se tapó los oídos con los dedos. No comprendí por qué lo había hecho hasta una fracción de segundo después. En el salón se oyó un bramido tan potente que desprendió polvo del techo.

—... ROBAR EL COCHE, NO ME HABRÍA EXTRAÑADO QUE TE EXPULSARAN; ESPERA A QUE TE COJA, SUPONGO QUE NO TE HAS PARADO A PENSAR LO QUE SUFRIMOS TU PADRE Y YO CUANDO VIMOS QUE EL COCHE NO ESTABA... —En el salón, la gente se volvía hacia nosotros, y Ron se encogió en el asiento—... ESTA NOCHE LA CARTA DE DUMBLEDORE, CREÍ QUE TU PADRE SE MORÍA DE LA VERGÜENZA, NO TE HEMOS CRIADO PARA QUE TE COMPORTES ASÍ, HARRY Y TÚ PODRÍAIS HABEROS MATADO [...] COMPLETAMENTE DISGUSTADO, EN EL TRABAJO DE TU PADRE ESTÁN HACIENDO INDAGACIONES, TODO POR CULPA TUYA, Y SI VUELVES A HACER OTRA, POR PEQUEÑA QUE SEA, TE SACAREMOS DEL COLEGIO.

Se hizo un silencio. El sobre rojo ardió y se convirtió en cenizas. Así que eso era un howler. Se oyó a algunos en el Gran Comedor reírse y, poco a poco, el habitual alboroto retornó al salón. Hermione cerró el libro Viajes con los vampiros y miró a Ron.

HOPE: LA UNIÓN ENTRE DOS MUNDOS. (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora