𝟏. 𝐋𝐚 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐚𝐫𝐭𝐚𝐬

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Me llamo Hope.

Simplemente Hope. Sin apellido. O así era hasta aquel día a mitades de julio.

Cuando desperté, el día no parecía más que ser uno más del verano. Remolonee un poco en mi cama de la cabaña seis. O al menos hasta que una almohada se estampó contra mi cara. Suspiré y abrí los ojos. Pude vislumbrar junto a mi cama a la que era mi hermana y mejor amiga Annabeth, que sonreía de forma divertida.

—Vamos, Hope, hay que ir a desayunar —me dijo con un gesto de cabeza

Ella era un año mayor que yo, y desde que tenía seis años, cuando me escapé de casa, de mi familia adoptiva, habíamos estado siempre juntas. No recordaba mucho de mi vida antes de los seis años. Solo que pase por muchas familias de acogida, primero en Londres, hasta que una de esas familias decidió que nos mudáramos a Estados Unidos. Es lo único de lo que me alegro de esa época de mi vida. Además, si no hubiera sido así, si no hubieran decidido mudarse, jamás hubiera conocido a Annabeth, Thalia, Luke y Grover.

Me froté los ojos con las manos y me estiré apartando las sábanas de encima de mi. Me levanté estirándome y un bostezo escapó de mis labios. Me entré al baño a lavarme la cara y volví a salir para vestirme. Unos pantalones vaqueros cortos desgastados, la camiseta naranja del campamento y unas viejas zapatillas deportivas. No tenía gran cosa. Todas mis pertenencias me cabían en una simple mochila. 

Minutos más tarde, salía junto a mis hermanos de la cabaña seis rumbo al pabellón del comedor. Entramos y nos sentamos en nuestra correspondiente mesa. Como de costumbre, una vez me serví la comida, me levanté con Annabeth y echamos parte de nuestra comida al fuego como ofrenda a los dioses antes de volvernos a sentar y comenzar a comer. Nada parecía diferente. Desayunaba tranquilamente charlando con un par de mis hermanos.

Lo que no me esperaba era que cuando estábamos a punto de terminar y levantarnos, dos lechuzas llegaran volando y un par de cartas cayeran justo sobre mi plato. Di un respingo y las observé confundida. Mis hermanos me miraban, la mayoría con la misma expresión de confusión. Cogí las cartas y me fijé que cada una tenía un escudo diferente grabado en el sobre. En una, un león, una serpiente, un tejón y un águila rodeaban una gran H; en la otra, el escudo mostrada unas cintas doradas con la inscripción "Ilvermorny, escuela de magia y hechicería" que rodeaban una especie de trébol de cuatro hojas azul, con un extraño animal en cada hoja: lo que parecía un gato, alguna clase de ave, una serpiente cornuda y una extraña criatura que caminaba a dos patas. Al darles la vuelta, vi el destinatario. Leí el de la carta con el escudo de los animales más normales.

Señorita H. Lupin

Cabaña Nº6

Campamento Mestizo

Long Island

New York

La otra era exactamente igual, solo que en lugar de ese extraño apellido, Lupin, decía "H. Baxter". Baxter, hacía años que no usaba aquel apellido. Era el apellido de la última familia adoptiva en la que estuve, antes de escaparme. Era horrible aquella familia. Siempre me preguntaba cómo les dejaban adoptar. Porque sabía que había una serie de condiciones que una familia o pareja debía cumplir para adoptar y no creía que aquella cumpliera ni la mitad. Luego, volví a leer la otra carta. Lupin. La carta de los animales extraños estaba claro que era para mi, y aquella sentía que también, pero no entendía la mención de aquel apellido. Esperando quizás respuestas, abrí aquella carta para leerla:

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Director: Albus Dumbledore (Orden de Merlin, Primera Clase, Gran Hechicero, Jefe de Magos, Jefe Supremo, Confederación Internacional de Magos)

HOPE: LA UNIÓN ENTRE DOS MUNDOS. (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora