𝟏𝟓. 𝐄𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨𝐬❟ 𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐭𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐟𝐚𝐦𝐨𝐬𝐨𝐬 𝐲 𝐩𝐞𝐥𝐞𝐚𝐬.

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Ya era mitad de agosto. Los últimos días en el campamento no habían sido fáciles, me costaba asimilar todo lo de Luke. Es que no lo entendía. Era familia para mi y estar en el campamento sin el no era lo mismo. Pero ya llevaba un par de días en el Caldero Chorreante, el lugar donde había quedado con Harry, Ron y Hermione. Y me obligué a dejar de pensar en ello. Así que aquel día, me guarde mi varita, mi espada, mi monedero y las llaves de la habitación en los bolsillos de mi pantalón y bajé casi con prisa al bar. 

Aquel día estaba bastante vacío. Apenas había gente en tres mesas, pero ninguno eran mis amigos o sus familias. No me senté en ninguna de las mesas. Solo me dediqué a pasear por el bar mientras esperaba. Se suponía que debían llegar en cualquier momento. Fue cuando pasaba como por cuarta vez junto a la chimenea que un ruido me sobresaltó y al segundo después Fred emergió de esta. Antes de poder recuperarme de la sorpresa, había llegado George.

—¡Fred, George! ¿Como...?

—Red Flu —dijo Fred

—¿Que?

—La Red Flu —dijo George—. Es... básicamente, viajar a través de las chimeneas.

—Ah.., muy bien —fue lo único que pude decir. No entendía aquel medio de transporte, pero intuía que no me gustaría.

No mucho después era Ron quien aparecía por la chimenea. Se incorporó y miró alrededor como buscando a alguien. Apenas se percató de mi presencia, pero una mueca de extrañeza se formó en su cara al no ver a alguien.

—¿Dónde está Harry? —preguntó

—Aun no ha llegado —dije

—¿Cómo que no? —dijo Ron—. Ha entrado en la chimenea justo antes que yo.

Ante su respuesta, los cuatro nos miramos preocupados. No entendía muy bien como funcionaba aquel medio de transporte, por lo que no podía imaginarme que le había podido pasar a Harry. Esperaba que nada grave. Antes de poder decir mucho más respecto al tema, el resto de los Weasley apareció por la chimenea, primero fue Percy, seguido por Ginny y por último sus padres. La preocupación se extendió a todos ellos cuando les dijimos que Harry no había aparecido, aunque la señora Weasley fue la que peor reaccionó. Luego, el señor Weasley sugirió que, con suerte, Harry solo se habría pasado un par de chimeneas y que saliéramos al Caldero Chorreante a buscarlo. Apenas hubo tiempo de saludos porque yo acabará de encontrarme con ellos, la preocupación era mayor.

Eso hicimos. Salimos al pequeño patio trasero del bar y el señor Weasley abrió la pared con su varita. Caminamos a través de la abarrotada calle, mirando a cada lado, sin divisarlo en ningún momento, al menos no hasta que llegamos justo delante de las escaleras que subían a Gringotts. Allí estaba Harry, junto a Hermione y Hagrid.

—¡Harry! —dijo el señor Weasley—. Esperábamos que solo te hubieras pasado una chimenea

—¡Ay, Harry, cielo. Podías haber salido en cualquier parte! —decía la señora Weasley

—¿Dónde has salido? —Me había entrado la curiosidad.

—En el callejón Knockturn —respondió Harry.

—¡Fenomenal! —exclamaron Fred y George a la vez.

—A nosotros nunca nos han dejado entrar —añadió Ron.

—Y han hecho bien —gruño Hagrid—. Bueno, tengo que irme ¡Os veré en Hogwarts! —Y se alejo a zancadas.

—¿A que no adivináis a quien he visto en Borgin y Burkes? —nos comentó Harry mientras subíamos las escaleras a Gringotts—. A Malfoy y a su padre

HOPE: LA UNIÓN ENTRE DOS MUNDOS. (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora