Cap 2

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Pipipipiiiiiiii

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Pipipipiiiiiiii... Pipipipiiiii...
Cuando sonó el despertador a las seis menos cuarto de la mañana, Melody se
quiso morir. Estaba agotada. Apenas había dormido cuatro horas y eso la mataba.
Tras desperezarse, se sentó en la cama, resopló, se levantó y se encaminó a la ducha. Allí se quitó el vendaje que llevaba en el codo sin mirar demasiado. No quería marearse. Cuando el agua comenzó a correr por su cabeza murmuró.

-¡Qué placer!

Durante varios segundos se apoyó en la pared de la ducha mientras el agua
resbalaba por su cuerpo; la imagen del hombre con el que había terminado la
noche cruzó por su mente y suspiró. Pensar en él, en su sonrisa, en su mirada y
en su segura más que potente virilidad le calentaba el alma y, sin saber por qué,
se pasó las manos por el cuerpo hasta llegar a su ombligo. Allí paró y sonriendo,
dijo.

-Melody... Melody... ¡No alucines!

Suspiró tratando de olvidar lo que segundos antes imaginaba y terminó rápidamente su ducha. Una vez que se hubo vestido, y ya más despejada, se dirigió hacia la cocina, donde cada mañana sus padres la esperaban tomando café.

-Buenos días, mi preciosa Aiday -saludó su padre.

Con una candorosa sonrisa, se aproximó al hombre que adoraba y lo besó en la mejilla. Luego se acercó a su madre para besarla y, mientras se servía un café, preguntó guiñándole un ojo a su padre.

-Mamá, ¿has hecho tostadas? - La mujer le puso rápidamente un platito delante y, satisfecha, contestó.

-Por supuesto, Melodía. Sé que te gustan mucho.

Su padre le guiñó un ojo y Melody, encantada, sonrió. Sabía lo importantes que eran aquellos pequeños detalles y no le costaba nada hacerle saber a su madre lo
mucho que aquellas tostadas representaban para ella.

-Mamá, ¿qué planes tienes para hoy? -se interesó mientras desayunaba.

-Iré a comprar fruta al mercado y luego, esta tarde, tu padre y yo nos
iremos a casa de tu tía Lina a jugar a la lotería. Por cierto, ese amigo
tuyo, Yoongi, cada día tiene más pinta de delincuente.

-¡Mamá!

-Ni mamá, ni memé, Melodía. Pero ¿qué se ha hecho en las orejas ese muchacho? Si parece un batusi. ¡Qué disgusto debe de tener su madre! - No pudo evitar reír; Yoongi llevaba meses dilatándose los agujeros de las orejas.

-Sólo pido al cielo que nunca te enamores de un hombre que lleve las orejas así ni... -prosiguió su madre.

-Ni que lleve pearcing, ¡ya lo sé, mamá! -la interrumpió ella.

Su madre suspiró. No entendía a la juventud actual y mirando el pelo de su
hija, protestó.

-Mira tu cabello. ¡Ay, qué pena, hija mía! Con la bonita melena que tienes,
¡menudo crimen te has hecho rapándote un lado de tu hermosa cabeza!

𝐶𝐴𝐹𝐸 𝐶𝑂𝑁 𝑆𝐴𝐿.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora