—Sé que presentarme así es una locura. Incluso sé que lo de la boda es otra insensatez —agregó él—. Pero un mes sin verte me ha bastado para saber que no quiero vivir sin ti. Si no quieres vivir en Kazajistán porque estarás alejada de tus padres o tus amigos, ¡vivamos en Madrid Estoy abierto a todos los cambios que quieras proponer y…—Cierra la boca, Dinmukhamed.
—Dimash —corrigió él.
—Para de una vez —gimió ella.
—No, cariño. Lo he pensado y no voy a parar.
—Pero… Dinmukhamed…
—Dimash —insistió y, abriendo los brazos, murmuró— Tú me has enseñado a ser más extrovertido, más abierto y franco. Me has hecho ver la vida desde otro prisma y, ahora, no sé qué hacer sin ti.
Melody tembló. Esas palabras le estaban afectando más de lo que nunca pensó.
Luego le oyó decir:—Me has enseñado a sentir, a apreciar, a percibir la vida de otra manera y ahora necesito seguir lo que mi corazón quiere. Y lo que él quiere y yo quiero eres tú. Sólo tú.
Oír aquello conmovió a Melody.
Buscó apoyo moral en su amiga Triana, que, a pocos pasos de ellos, enternecida, se tapaba la boca con una servilleta mientras grandes lagrimones corrían por su cara. Aquel loco, desatado, imprevisible y maravilloso amor era lo que ella siempre había buscado y de pronto Melody lo tenía frente a ella; sin poder evitarlo, se emocionó.Aquellas lágrimas tan significativas a Dimash le dieron valor para acercarse
a ella y lenta, muy lentamente, le pasó una mano por la cintura, hizo que lo mirara a los ojos y dijo:—Ahora que has conseguido que te diga las cosas que nunca pensé decir delante de tantas personas y que sabes que te quiero con locura, ¿qué tal si me dices que tú también me has echado de menos?
Melody cerró los ojos. Aquello era una locura, pero… ¡viva la locura! Tras tomar aire y saber que ella sentía exactamente lo mismo que él y que ante eso nada se podía hacer, abrió los ojos y, segura de lo que iba a decir, murmuró sonriendo:
—Te he echado de menos, Dinmukhamed.
Aquellas simples palabras le hicieron saber a él que por fin todo estaba bien y suspiró mientras corregía:
—Dimash, cariño. Dimash para ti.
Volvía a tener a la mujer que amaba a su lado y, acercando sus labios a los de ella, la besó, sin importarle las docenas de ojos emocionados que los observaban, ni los aplausos que se oyeron tras aquel candoroso y romántico beso.
Una vez que sus bocas se separaron, Melody, sin comprender todavía lo que
había ocurrido, fue a hablar cuando él la cogió entre sus brazos y, entre vítores, la
sacó del restaurante.—Dinmukhamed, suéltame.
—Dimash—murmuró él.
—Tengo que trabajar. —Ella rio.
—No, cielo. Hoy no trabajas. Te doy el día libre. — Divertida por aquello, sonrió y, al ver que bajaba la escalera del hotel mientras la gente aplaudía a su paso, preguntó:
—¿Adónde vamos?
—Dimash, feliz como nunca en su vida, anunció:—A mi casa, que a partir de este instante es nuestra casa. Allí te desnudaré, te haré el amor y terminaré de convencerte para que te cases conmigo mañana mismo, aunque sea en Las Vegas. Ah, por cierto, hablé con tu padre esta mañana y tanto él como tu madre nos dan su bendición y no te esperan esta noche a dormir.
Alucinada, lo miró.
—¿Has hablado con mis padres?
—Él asintió y explicó:—Cuando saliste de casa, me recibieron y tuve una larga e interesante conversación con ellos. Por cierto, tu madre hace unas tostadas muy ricas.
Boquiabierta al pensar en sus padres, soltó una carcajada y, observándolo, cuchicheó:
—Dimash, estás loco. —Encantado por aquello, él la besó y añadió:
—Me encanta que me llames Dimash y, sobre todo, saber que hago buena pareja con Melody la Loca.
La susodicha, al oír aquello, puso los ojos en blanco pero finalmente sonrió. Él acababa de cometer una gran locura por amor y, sin duda, ella no se iba a quedar atrás.
Los cuentos de princesas que su madre le leía cuando era pequeña no existían o raramente pasaban en la vida. Sin embargo, ella era una chica afortunada y su cuento de amor, con su morboso y maravilloso príncipe Kazajo llamado Dinmukhamed Kanatuly Kudaibergen o mejor conocido o como a ella le gusta llamar Dimash Kudaibergen, acababa de comenzar.
Este es el final de la historia. Espero les haga gustado tanto como a mi. Esperen a mas noticias. Abra mas historias en adelante.
Les mando besos y abrazos, las amo Dears ❤
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𝐶𝐴𝐹𝐸 𝐶𝑂𝑁 𝑆𝐴𝐿.
FanfictionMelody es una joven moderna y extrovertida a la que le encanta salir con sus peculiares amigos. Aunque no es el trabajo de sus sueños, se gana la vida como camarera en el restaurante del hotel Villa Aguamarina de Madrid. Un día, a la salida de una f...