Epílogo.

122 17 10
                                    

Gritos, disparos, sangre,  todo pasaba con rapidez, nadie se detenía a observar lo que sucedía, Kirk pudo notara a Anabelle disparando desde lo alto de una torre a los soldados que con sus armas intentaban controlar el temor del pueblo. Lars lo iba guiando de entre la gente, estaba siendo su escudo, porque aún entre la sangrienta escena, habían algunas personas que querían acabar con él.

Se sentía como un niño profundamente enfermo de miedo, las luces se estaban yendo, algo dolía en su cuerpo y todas las sensaciones se reunían en su cabeza para hacerlo perder la lucidez, por un momento sus dedos se soltaron de los de su amado y entonces lo vio a él retrocediendo, tenía el rostro marcado por la rabia, su mirada seguía dulce para él, lo observó mientras volvía para tomarlo en sus brazos y todo se oscureció, sus párpados pesaban toneladas como para ser capaces de de abrirse otra vez, entonces ya sólo podía escuchar voces lejanas, ecos pintados de dolor, un grito desgarrado desde el alma.

Respiraciones agitadas, risas juguetonas y besos cariñosos.

—Te amo, Kirkie, te amo.

Abrió los ojos mientras observaba unos orbes preciosos color esmeralda, brillaban y se hacían pequeños por una sonrisa que se extendía en sus labios.

Las sensaciones de su cuerpo finalmente se despertaron, sentía su piel desnuda junto a la de Lars, sus calores corporales se unían para abrigarse, estaban bajo las sábanas aterciopeladas.

Sintió los labios húmedos del danés en su mejilla, succionando su piel y bajando a su cuello para dejar mordidas suaves, sus respiraciones seguían agitándose y su boca empezaba a soltar sonidos suaves que daban indicios de placer, Lars soltó un sonido burlón y acomodó sus piernas en sus caderas para recostarse en su pecho y abrazarlo desde ése lugar.

—Me gusta creer que hay un millón de maneras de amarnos que no involucran el sexo.

—Si las hay, Larsie.

Sus manos bajaron para recorrer en caricias a su amado y se quedaron en su espalda para sentir más su presencia.

—Entonces incluso podemos hacernos el amor con la mirada.

—Si podemos— Susurró con una sonrisa traviesa entre sus labios.

—¡Kirk!— La voz era de Lars, lo estaba gritando, pero ahora mismo estaba justo ahí con él y no parecía percibir nada, aún así el llamado persistía, era su Lars, no lo confundiría nunca —¡Kirk!

—¿Lars?— Susurró moviéndo el cuerpo de su novio que estaba encima suyo.

—¿Quién es Lars?

Hammett se levantó de golpe al escuchar ésa voz, venía de detrás suyo, quedó algo descolocado al ver que Gary Holt lo estaba mirando con expresión molesta, mientras percibía que su cuerpo desnudo estaba sobre él.

Su cuerpo estaba congelado, quería hablar y gritar, pero no sabía lo que sucedía.

—Te debes a mí, sólo a mí— Masculló con molestia enterrando sus dedos en el mentón del rizado quien sólo asintió mientras retenía algunas lágrimas.

Hammett ahogó un gemido de dolor cuando su cuerpo estalló de manera brusca contra el piso y sólo intentó cubrirse mientras seguía recibiendo golpes.

—Eres una basura, escoría, pecador, sólo el sufrimiento te pude redimir de tus pecados.

Su cuerpo se deshizo en el piso cuando el látigo golpeó sobre su espalda, kirk ni siquiera pudo gritar, sabía bien que el sacerdote no tenía piedad, bajó la cabeza y apretó los dientes con el segundo golpe en su espalda, sentía sangre deslizarse desde sus heridas abiertas, recordaba con rabia mientras soltaba lágrimas lo que horas antes le había hecho, sentía tanto dolor, su alma había sido manchada una vez más y su cuerpo profanado.

—Dios te perdonara Kirk— Pronunció cerca de su oído, Hammett tenía mucho miedo de ésa proximidad, pero no podía hacer nada —Yo también te voy a perdonar— Sus piernas adolescentes se tensaron junto al resto de su cuerpo al sentir aquella mano intrusa acercarse a su intimidad.

—Te gustan los hombres, ya tenemos algo en común, no es problema, ponte a trabajar.

Hammett asintió avergonzado, no entendía como es que todos sabían que era homosexual, si el nunca lo había dicho a nadie y la única que supo fue su madre, pero ella había muerto con ése secreto hacia mucho tiempo.

—Tal vez debo dejarte descansar y no insistirte tanto, pero es que estoy asustado y te necesito mucho, tal vez tiene razón James en decir que te he arruinado la vida— Nuevamente era Lars, está vez lloraba y la sensación de Kirk era diferente, le dolía el corazón y lo sentía más real, lo escuchaba pero no lo veía por ningún lado, no podía moverse, pero lo sentía ahí —No sé que va a pasar, Kirk, todo ha cambiado tanto en tan poco tiempo... y mis padres, tal vez no los vuelva a ver nunca.

Ulrich dejó de hablar por un momento, para limpiar sus lágrimas y entonces pudo ver a su amado fruncir el ceño y abrir y cerrar los ojos por la luz, lo había visto llorar mientras dormía, pero parecían ser sólo pesadillas.

—¿Lars?— Preguntó incorporándose, el danés lo observó desencantado por un momento, asintió y entonces Kirk le echó una mirada de arriba a abajo.

Finalmente lo abrazó con efusividad y empezó a llorar como un niño pequeño desconsolado. Llevaba un día y una noche  dormido, Robert había dicho que se había deshidratado y que tal vez toda la situación le había causado algún tipo de trauma, Lars lo entendió y espero con paciencia todo ése tiempo, no imaginaba las cosas horribles que su amado tuvo que pasar.

—Amor mío, no me dejes ahora—Susurró el rizado entre sollozos, Lars acomodó sus cabellos y lo besó de manera dulce y necesitada, lo extrañaba mucho.

—Yo nunca te voy a dejar, Kirk.

Sus palabras apenas y lograron conciliarlo, Hammett seguía llorando, ahora no tanto por sus sueños si no porque volvió a ser conciente de lo mucho que había sufrido desde el día que Lars había tenido que irse. Se mantuvieron juntos y prometiendose la estadía juntos a donde tuvieran que ir, hasta que Kirk finalmente pudo tranquilizarse y darse cuenta de que estaban en un lugar desconocido entonces Lars empezó a llorar porque recordó nuevamente todo lo que le preocupaba.

—Cuando tú te desmayaste Anne tuvo que protegernos y la asesinaron, Anabelle se rompió ahí mismo y se suicidó, Robert, Jason y James me ayudaron a sacarte y tuvimos que huir, estamos en la casa de Robert, pero somos las personas más buscadas de Inglaterra, para salvarnos Anabelle tuvo que asesinar a un sacerdote y los que estaban junto a él, y Robert para sacarnos del sanatorio tuvo que asesinar a algunas monjas, Jason también rompió muchas reglas ayudándonos a escapar y mis padres ahora están presos, el precio de nuestro amor y vida juntos es nuestra libertad.

Kirk asintió con la mirada triste, había arruinado muchas vidas, sólo para vivir como fugitivos, para quitarle a los padres de Lars todo por lo que habían luchado, para quitarle a Anabelle la posibilidad de ser feliz junto a Anne, para quitarle a James, Jason y Lars una vida normal y a Robert una vida de anonimato por lo que tanto había luchado.

—No llores amor— Susurró el danés besando su frente y limpiando sus lágrimas —Una vez dije que daría todo para poder estar a tu lado y amarte, bien, no he cambiado de opinión, todo por poder estar contigo, mis padres se las arreglarán, los conozco muy bien, James y Jason están juntos al fin y Anabelle y Anne, están juntas en donde quiera que estén, todos hicieron mucho por nosotros, no podemos dejar que se vuelva inútil.

Sus labios se volvieron a unir en una suave caricia y empezaron a entrelazarse de manera amorosa, estaban juntos finalmente.

Ahora , es todo, muchas gracias por leer,
votar y comentar cositas bien bonitas y darme
ánimos hasta terminar y por tenerme paciencia
a mi y al cringe de algunas escenas.

Nos leemos luego ♡


𝑺𝒘𝒆𝒆𝒕 𝑪𝒂𝒓𝒆𝒔𝒔; 𝑲𝒍𝒂𝒓𝒔.(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora